Este blog fue publicado originalmente en el blog Not Only Salad
Si les cuento esto no me van a creer. Desde chica me obsesiona la cocina al wok. No sé porqué, pero algo tiene que ver con el movimiento que se le hace al sartén, a los miles de colores que pintan los platos que se cocinan en él. La cuestión es que siempre le preguntaba a mamá si podíamos comprar uno, pero teníamos cocina de vitrocerámica y no encontrábamos un wok de fondo chato (generalmente son bien redondeados).
El Wok es una especie de sartén de hierro, tradicional en la cocina del sureste asiático. Su fondo es de forma redondeada, y generalmente tiene un diámetro no menor a 30 cm. Normalmente se usa para saltear alimentos usando una técnica conocida como “wok hei”, y aunque me falten años para dominarla como este señor, ¡las recetas igual nos salen muy ricas! Es importante aclarar que el Wok siempre se usa a fuego máximo, por lo cual las cocciones son muy rápidas.
Cuando se usa correctamente, el Wok sirve para cocinar los alimentos manteniendo todo su sabor y propiedades. Lo que más frecuentemente se cocina en él son vegetales, y éstos logran cocinarse por fuera manteniendo una textura crocante por dentro. Los sabores se mezclan de una forma muy especial y se logra una cocina más fresca y saludable.
Cocinar de esta forma es un placer porque permite muchas posibilidades. La combinación que les propongo hoy surgió sobre la marcha, muy a lo “cuisine du marché”, pero en casa pueden variarla a su gusto.
Primero que nada debemos poner a marinar la carne, que en este caso es bife de vacío. Es un excelente corte de carne muy tierna, ideal para churrascos y recetas de este tipo, pero también pueden hacer su wok con lomo, entraña, pollo o cerdo. La marinada es un paso importante para agregarle sabor a la carne, y pueden dejarla por media hora, o idealmente de un día para el otro. Cuanto más tiempo, más sabor. Sugiero que sea el primer paso que hagan ya que mientras la carne se marina, pueden ir adelantando el corte de los vegetales, que lleva su ratito…
Los platos al wok tienen que tener COLOR, ser vistosos, y por eso sugiero que elijan vegetales de diferentes tonos. ¡¿Qué más lindo, y sano, es un plato con mucho color?! Yo usé morrones de tres colores, pero a parte zucchini y cebolla colorada. A lo último, ya con el wok fuera del fuego, le agregue unos tomatitos amarillos que encontré de casualidad en el supermercado, y que la verdad quedan divinos. Pueden también terminar su plato con un poco de hierbas frescas picadas, que deberán elegir en función de los sabores de la receta. En este caso pondría un poquito de perejil o ciboulette.
*Stephanie Rauhut es gastrónoma profesional y autora del blog "Not Only Salad". Estudió cocina en Uruguay, en Francia, y tras haber tenido durante varios años su empresa de pastelería, se dedica actualmente a la comunicación gastronómica y de viajes.
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