Juan Samuelle

Crecimiento animal: stock vacuno inicia etapa de fuerte expansión

Probablemente en 2022 la población de bovinos de Uruguay sea la mayor de la historia, pero todo apunta a que ya durante 2021 haya un impacto en la faena

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17 de julio de 2020 a las 12:00

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El mes de julio marca el comienzo de un año agrícola y ganadero, un ciclo que termina y otro que empieza. Para la ganadería es el comienzo de una serie de años que revierten a los anteriores. De un stock en descenso y faena cada vez más escasa, empieza una nueva etapa con una fuerte recuperación del stock y a partir del año que viene gradualmente una mayor faena. La ganadería –que por la vía de los hechos alterna contracciones y expansiones en su rodeo–, tendrá el dato exacto de una muy fuerte expansión en su población nacional.

En efecto, el año  2020 medirá muchos más vacunos que 2019, tanto por una buena parición en la pasada primavera como por una reducción muy fuerte de la extracción, tanto por lo bajo de la faena como por la retracción de las exportaciones en pie. El resultado será un crecimiento de más de 500 mil animales en las existencias de vacunas a mediados de 2020. La mayor suba en el stock desde lo ocurrido en 2002, tras la retención forzada por el impacto de la fiebre aftosa en 2001.

Tal vez suceda como en aquel entonces, de 2003 en adelante la ganadería comenzó un proceso prolongado de expansión y crecimiento. En aquel momento de la década inicial de este siglo el stock ganadero, tras subir en más de 600 mil vacunos en 2002, siguió creciendo dos años más. Y así mantuvo cuatro años de crecimiento que lo llevaron de 10,6 a 12 millones de vacunos en 2005.

530 mil vacunos más, ya mismo

Esta vez el stock aumentará en el entorno de 530 mil cabezas para pasar de 11,16 a 11,7 millones y seguramente instalarse sobre los 12 millones establemente por primera vez de 2021 en adelante.

Cuánto se expanda el rodeo y qué población pueda sostener dependerá de varios factores que analizamos a continuación.

El crecimiento del stock seguirá durante el año agrícola 2020/21 porque la faena se mantendrá baja, aunque subiendo muy gradualmente. Eso es así porque el de este año es un crecimiento que se da en categorías jóvenes, en terneros y novillitos de uno a dos años.

La producción de terneros debe superar por primera vez 2,9 millones de cabezas, consecuencia de la suma de un entore abundante y un buen verano 2018/19. Los terneros pasan de 2,73 a aproximadamente 2,93 millones. En tanto el aumento en los novillitos de uno a dos años sería  de 905 mil a 1,15 millones. En este caso aumentan por la merma  del año pasado en las exportaciones en pie. Hay más animales nuevos y menos extracción. Y en esas categorías se da un ascenso superior a 300 mil vacunos.

En los 12 meses acumulados al final de junio hay tanto una caída en la faena como en la exportación en pie. La caída en la faena de novillos es resultante de una extracción en 2017 y 2018 en los que la exportación en pie se llevó más de 400 mil animales por año, cuando el volumen exportado en pie en el último año agrícola 2019/20 se moderó a 114 mil terneros y novillitos. Y la faena de novillos quedó por debajo de 900 mil en los últimos 12 meses, 175 mil menos que en el año agrícola previo.

Pero es la faena de vacas la que más cayó, con un descenso de 202 mil respecto al año agrícola previo. La apuesta a producir terneros sigue a pleno. El stock de hembras adultas aumentaría en unas 100 mil cabezas, de 4,65 a 4,75 millones, de las cuales podría inferirse que 60 mil irían a aumentar el rodeo de cría y 40 mil el de vacas de invernada. De esa forma, las vacas de cría podrían superar por primera vez en la historia los 4,3 millones. Eso generaría un potencial “standard” de producción de terneros de base, a 66% de destete, de 2,85 millones de terneros, que sería “la nueva normalidad” de la cría.

La tasa de preñez de 2020 –evaluada por el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) en 74,9%– puede llevar a un destete del orden de 65%, lo que generará para el año próximo una producción de 2,8 millones de terneros.

El stock seguirá creciendo el año próximo, pero de forma más moderada. Eso dependerá en parte de la faena de vacas preñadas, presumiblemente escasa a lo largo de 2020.

La buena parición del año pasado, ese récord de 2,93 millones de terneros (y terneras), debe generar una buena entrada de vaquillonas en el rodeo el año próximo, unas 100 mil más. De modo que también en el caso de los vientres el stock debe prolongar su crecimiento en 2021. Dado que la faena de vaquillonas es importante, también eso colaborará con el gradual repunte.

De ese modo, Uruguay puede ir rumbo a un potencial mayor de producción de terneros y llegar así a la anhelada meta de los tres millones de terneros producidos.

Difícilmente suceda eso en el próximo verano, que será un tanto restringido en lluvias, pero la retención de vientres genera un rodeo estructuralmente mayor al que Uruguay ha tenido hasta ahora.

Probablemente en 2022 la población de vacunos de Uruguay sea la mayor de la historia, con unos 12,3 millones de vacunos, lo que será un desafío en términos de la carga ganadera y de mejora en las condiciones comerciales.

Primero, crece el stock, luego la faena, y si el marco es suficientemente tal vez suba levemente la tasa de destete lo que sería revolucionario para la ganadería.

La faena empieza a responder el próximo año

El aumento de stock que se contabilizará este año no se traducirá en el corto plazo en un aumento en la producción. Aumentará la población de novillos de uno a dos años , pero eso demorará en generar más faena, probablemente hasta el segundo semestre de 2021.

Sí se acumulará stock y en 2022 habrá un crecimiento fuerte en la actividad de la industria frigorífica.

De esa manera la faena, que en este año no llegará a dos millones  de cabezas, debería ir a 2,15 millones el año próximo y a 2,5 millones en 2022.

La más veloz recría de vaquillonas debe mantener un rodeo de vacas de cría por encima de los niveles de 4,5 millones de vientres entorados. La mayor carga hace que el cambio tecnológico no se trasunte en una mayor tasa de destete. Esas 4,5 millones con un destete histórico de 66% a 67% determinaría un nuevo eje productivo de tres millones de terneros anuales que podría ser una situación promedio para el período 2023-2030.

Alimentar ese rodeo creciente se irá volviendo un desafío. Puede generar oportunidades para invernadores particularmente con vacas de invernada. El uso de raciones en Uruguay seguirá creciendo alentado por la mayor población y la generalización de la lógica de combinar forraje y grano a lo largo del proceso productivo. Tanto el maíz como el sorgo deben tener protagonismo en sus múltiples variantes para dar soporte a una producción ganadera que sigue gradualmente acentuando su intensificación. Pero la base central de que una alta población de vacunos sea sostenible seguirá estando en la base forrajera, tanto en el mejor manejo posible de los pastizales nativos como de las pasturas sembradas.

Juan Samuelle

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