"Iceberg" por Fernando Velázquez

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Crítica a la tecnología con tecnología: la nueva generación de artistas uruguayos

Las obras de dos artistas uruguayos son finalistas del Lumen Prize, una competencia global para premiar el mejor arte creado con tecnología
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17 de septiembre de 2020 a las 05:02

Por Anouk Rielo Castells - Especial para Cromo

La obra Iceberg de Fernando Velázquez (uruguayo residente en San Pablo) y la obra Terram in Aspectu de Liliana Farber (uruguaya residente en Nueva York) son dos de las obras finalistas al Lumen Prize, un prestigioso premio de competencia internacional dirigido al arte creado desde la tecnología. Este concurso anual se celebra desde 2012 y ha otorgado más de US$ 70.000 desde entonces. La convocatoria  la realiza Lumen Art Projects, una organización sin fines de lucro con sede en el Reino Unido. Los ganadores serán anunciados el 22 de octubre por streaming.

Iceberg de Fernando Velázquez

"Iceberg" por Fernando Velázquez

Iceberg se compone de un conjunto de obras a través de las cuales el autor hace uso de la figura del iceberg para establecer una alegoría del verdadero conocimiento que los seres humanos tienen acerca del mundo que les rodea, de la tensión existente entre lo que se conoce y lo que es posible conocer. Con un 70% de su cuerpo inmerso en el agua, una porción mayoritaria es invisible al ojo humano. De la misma forma “la gran mayoría de las relaciones y de las tensiones de la realidad nos van a ser desconocidas”, cuenta Velázquez a Cromo.

Esta instalación interactiva está conformada por un conjunto de 11 tótems de madera que corresponden a los 11 Icebergs más grandes rastreados hasta la fecha. Estos tótems representan lo que sería la naturaleza, y cada uno de ellos comporta un sistema tecnológico compuesto  por un sensor, un LED, un parlante, una linterna láser, un monitor y un servo-motor. Los tótems, conectados entre sí, son una simulación de inteligencia artificial que se manifiestan y reaccionan al espacio: lo que hacen lo “deciden” entre ellos en función de la cantidad de la gente que entra o de la posición de estas personas.

“Vos sacas que hay un movimiento, que si tú haces un movimiento pasa algo. Pero no terminas de entender muy bien qué es lo que pasa. De cierta manera eso es la sociedad. Estamos envueltos en un mecanismo, en un gran sistema que está cada vez movilizado por estos algoritmos de inteligencia artificial, que alguna manera dictan lo que hacemos, saben mucho más de nosotros que nosotros mismos”, afirma el artista.

Al mismo tiempo en el suelo se proyecta un vídeo con imágenes de la Antártida superpuestas con citas de la historia de la filosofía. Para Velázquez, la Antártida es el lugar donde está la vida más añeja, más primitiva, y sobre esta, a través de citas filosóficas se representa la historia del pensamiento humano. “Hay un contraste entre los cinco mil años que nos llevó construir algo que decidimos llamar civilización, y una cosa tecnológica arriba que no entendemos muy bien, que se mueve, y hace cosas, que se desarrolló en cinco años, y que está cambiando el planeta”.

Terram in Aspectu de Liliana Farber

“Terram in Aspectu” de Liliana Farber

Terram in Aspectu consiste en una serie de fotografías satelitales (generadas por un algoritmo de inteligencia artificial entrenado con imágenes de islas de Google Earth) de islas fantasma, inexistentes, que aparecieron en mapas históricos pero se demostró que no existían.

“Tenemos una mirada muy crítica cuando vemos un mapa hecho a mano, pero tendemos a tener una especie de fe ciega hacia las imágenes hechas por computadora, hechas automáticas con datos, como es el caso de las imágenes satelitales”, explica la artista. La obra Farber indaga acerca la manipulación de la información y las intersecciones entre realidad y ficción, reflexionando sobre la concepción, los legados y la institución del conocimiento: “uno pensaría que estos errores no suceden en la realidad, que conocemos todos los rincones, pero sigue habiendo esos errores, y muchos surgen de viajes coloniales y del intento de expandir imperios”.

El trabajo de la artista se enmarca en la intención de trazar un enlace entre el pasado y el presente, señalando cómo las grandes empresas (como Google, Facebook o Twitter) tienen la capacidad de transformar la cultura y el lenguaje, de la misma forma que lo hicieron las fuerzas coloniales de Europa a través del mar y la tecnología del libro hace cinco siglos.

El arte y la tecnología: una relación histórica

“El arte siempre ha trabajado con las invenciones tecnológicas de su tiempo” afirma Farber. Nos encontramos ante un panorama escéptico, desde la mirada institucional y la del propio público, con respecto a estas nuevas formas de arte en las que intervienen algoritmos e inteligencia artificial. Sin embargo, para los artistas de este gremio, este escepticismo forma parte de un proceso hacia la normalización de esta conjunción entre arte y tecnología. “El primer gran salto lo da la fotografía. Lleva un tiempo en la historia para que la fotografía sea considerada como arte”, declara Velázquez.

Cuentan los artistas que este arte no está institucionalizado, y que a las instituciones les lleva mucho tiempo asumir que esto es arte. Farber cuenta que poco a poco los museos y intentan traer al frente este tipo de arte, pero que aún no está normalizado en lo que se refiere a coleccionismo y al público general: “yo creo que hay movimiento, pero queda mucho trabajo por hacer”. No obstante, ambos consideran que un premio como este, con alcance internacional, es importante, es un incentivo, y es un paso hacia la institucionalización.”Lo más increíble es que seamos dos uruguayos finalistas, es grandioso”, afirma Velázquez.

Está surgiendo una generación de artistas que están entrenándose en las nuevas tecnologías para poder criticarlas desde adentro”, afirma Farber. Ya en 2018 el artista uruguayo Martín Calvino entrenaba a un algoritmo para que aprendiese las estructuras gramaticales y poéticas de las canciones de tango y empezase a generar letras propias. En 2019, el ingeniero y matemático uruguayo Haldo Spotón daba una charla en Punta del Este sobre inteligencia artificial que culminó con una representación en vivo interpretada por músicos uruguayos de una pieza de música clásica compuesta 100% por máquinas. Este 2020 los artistas uruguayos Fernando Velázquez y Liliana Farber son nominados a un premio internacional enfocado en el arte surgido de la tecnología.  La unión de arte y tecnología está muy presente, y ha venido para quedarse.

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