Del shock al cambio de rumbo: historias de reconversión laboral

Empresas que cierran y trabajos en proceso de extinción dejan paso a las historias de quienes se animan a reinventarse profesionalmente para lograr una reinserción en el mercado

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27 de febrero de 2019 a las 05:04

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Laura y Reina Bustelo esperaban jubilarse de su trabajo como operarias de la fábrica de sondas para uso médico Teleplex. Hasta que un día del verano de 2018, la multinacional estadounidense decidió cerrar su planta de producción en Uruguay. De un día para el otro, Laura, Reina y otras más de 150 empleadas –la mayoría jefas de hogar– se quedaron sin el trabajo al que le habían dedicado 48 horas a la semana durante entre 10 y 25 años. 

En los últimos tiempos se han conocido noticias similares. Plantas de producción que cierran por pérdida de competitividad y costos altos, o por la mayor conveniencia de importar los productos que antes elaboraban; decenas o cientos de empleos pueden perderse con cada cierre, y trabajos de carácter mecánico y operativo  son “devorados por los aplastantes avances tecnológicos”, como apuntó el jefe de Right Management de la consultora Manpower, Alejo Acosta. 

Las hermanas Bustelo son ejemplo del “shock emocional” –como describió la propia Reina– que viven los trabajadores a quienes golpea esta realidad. “No sabés para dónde agarrar” describió Laura, que trabajó 17 años en Teleplex. 

Es que generalmente, dijo Acosta, el trabajador que se enfrenta a estas situaciones de forma repentina, no ha recibido el entrenamiento en las nuevas necesidades “más de índole tecnológico e informático”, debido a que, justamente, dedicó su vida y tiempo al trabajo y la familia. 

“Dedicas muchos años a trabajar y no tenés estudios. En mi época no era fácil acceder a una carrera y si encontrabas un trabajo bien, te quedabas ahí”, subrayó Laura. Añadió que los horarios rotativos de la fábrica prácticamente imposibilitaban agregar el estudio a un ya difícil balance de la rutina entre trabajo y crianza de hijos.

“Mucha gente sale con un poco de plata y quiere hacer algo propio pero no sabe de negocios. Quiere abrir un kiosco y en el barrio hay 85 kioscos”. Beatriz Martínez, Beatriz Martínez & Asociados

Según la consultora Beatriz Martínez, de la consultora homónima, cada vez que una persona pierde un trabajo de toda la vida “entra en un proceso de crisis”. Y si a eso se le suma que lo que se supo hacer toda la vida dejó de ser útil y está en proceso de extinción, ¿cuál es la salida? Hay una que se vuelve cada vez más inevitable para estos casos: la reconversión laboral. 

Cambiar de identidad

Reconvertirse laboralmente por necesidad, es decir, formarse en una profesión, sector o especialidad distinta a la ejercida durante años es, para Martínez, algo así como “pasar a ser otra persona”: “Te preguntan cómo te llamás y después qué hacés. Vos sos lo que hacés en tu trabajo, porque el trabajo estructura tu personalidad”.  

Hay quienes deciden reconvertirse tras el shock de un cierre o despido. Pero también están los que detectan a tiempo el riesgo de desaparición de su oficio y se adelantan al golpe. 
La diferencia entre el primer y segundo caso se encuentra, principalmente, en el impacto a nivel psicológico. Según el gerente sénior de recursos humanos de Mazars, José Luis O’Neil, “la persona requiere pasar por un proceso de ‘duelo’, en el que puede encontrar dificultades para ‘soltar’, lidiar con la incertidumbre, superar la frustración, resignar algunas cosas y enfocarse en lo nuevo”. 

“La persona no debería tenerle miedo al cambio. Uno sabe lo que puede hacer. Si hoy pierdo lo que tengo, es un ejercicio individual pensar a dónde puedo apuntar”. Ernesto Scayola, director de Advisory en EY

Pero en cualquier caso y jerarquía, el reciclaje a nivel profesional “es casi como empezar de cero”, señaló el director de Advisory de EY Uruguay, Ernesto Scayola. En ese sentido, agregó que implicará “dar pasos para atrás”. Y el manejo de las expectativas se vuelve clave. “Ya no sos experto como en la otra posición, y si pretendo ganar lo mismo en un área donde no era especialista, va a ser difícil”, apuntó. 

 

"En el mejor de los casos las personas que se reinventan visualizan la situación de la empresa, del mercado en la que esta opera y la suya propia con antelación. Son personas que se ocupan más que preocuparse". José Luis O'Neil, gerente sénior de recursos humanos de Mazars.

Reina Bustelo, a sus 56 años, pasó de ser operaria de máquina a auxiliar de servicio en el hospital Maciel. Tras el tiempo, apareció la idea de superación que la llevó a acercarse al Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop), que brinda diversas herramientas para la reconversión laboral.  “La posibilidad de prepararme siempre la tuve presente, porque es una herramienta cuando no sabés a qué rama dedicarte, en un momento en el que quedás sin nada”, dijo. 

Su hermana, en tanto, se prepara –también en Inefop– para una esperada reinserción laboral. Mientras tanto realiza un curso de informática, lo que a su entender “más se necesita” en el mercado de trabajo. “Tenés que encontrar algo y seguir o si tenés la posibilidad, estudiar y prepararte para tener otra salida. Igual no es fácil decir ‘hago un curso y me pongo a estudiar’ después de tantos años sin hacerlo”, comentó. 

Inefop capacitó en 2018 a 250 mil personas, indicó su director, Eduardo Pereyra. El instituto brinda la posibilidad de capacitarse  y orienta en caso de una necesaria reconversión laboral. El proceso empieza por una entrevista personal con un técnico orientador educativo laboral, con quien se analiza cuál de los cursos disponibles se adecúa más al perfil, experiencia y expectativas de la persona. 

“La clave está en poner el foco en el trabajador, en su talento y su potencial. Brindarle el apoyo y el asesoramiento necesarios para que encuentre su fuerza interior y la convicción para emprender nuevos rumbos. Alejo Acosta, Head de Right Management en Manpower

“Lo que hacemos es contratar proyectos de formación que están funcionando, y entonces se lo podemos acercar a la persona”, dijo Pereyra. También se asiste cuando la persona que se encuentra en esta situación quiere armar un emprendimiento, o que a nivel colectivo (una empresa que cierra, por ejemplo) desee desarrollar un proyecto cooperativo. 
Entre las áreas de formación que se ofrecen y se demandan, Pereyra destacó servicios, desarrollo de software, servicios de salud y de logística, y hasta reparación de aire acondicionado, formación en idiomas y turismo. 

Acompañados

Hay empresas que envían a los empleados despedidos a procesos de outplacement que varias consultoras brindan con el objetivo de acompañar y orientar. La gerenta de consultoría en capital humano de KPMG, María Laura Volpi, comentó que en la consultora se reciben “todo tipo de ejemplos”. Están los que aprovechan este momento como una oportunidad para pensar en otro tipo de roles en los que desempeñarse. También quienes se agarran de su experiencia para dedicarse a la consultoría, y los que deciden crear un emprendimiento.  Según Scayola, “en el mejor de los casos” la necesidad de reconversión laboral es detectada por la misma empresa. Esto se da, por ejemplo, ante la automatización de puestos de trabajo. “Cuando trabajamos en proyectos de robótica, una de las líneas de trabajo es cómo puedo automatizar, pero la otra es qué pasa con la persona que ocupaba ese rol y en qué la puedo ocupar en la misma empresa. ¿Tengo forma de cubrir  esta brecha formándola en competencias que le faltan?”, subrayó.

Entre jerarquías

Esta situación le puede pasar a un operario de fábrica sin formación académica, pero también a un gerente o empresario. Según la consultora Beatriz Martínez “es más difícil que un gerente se reinvente de cero”, aunque considera que “el impacto social es mayor” a más jerarquía, por “una cuestión de estatus”. 

“El proceso emocional es mucho más abrupto en gerentes”, dijo. Según Scayola, es más probable que un ejecutivo de alto cargo esté más acostumbrado a estudiar para actualizarse. 

Adelantados

Entre los que se supieron adelantar a la ola que arrasó con su anterior oficio, está Alejandro Vieira. Se recibió de ingeniero químico, y durante años se dedicó al diseño de plantas industriales. Hoy tiene una consultora junto a tres socios de diseño de centros de distribución. Vieira supo hacer una lectura del mercado en 1997, cuando sus clientes comenzaron a cerrar sus aparatos productivos para importar: “Eso hizo que hubiera que crear centros de distribución donde manejar esa misma mercadería”. 

Para el reciclaje profesional, dijo que fue clave “desempolvar conocimientos” adquiridos durante la carrera. Además, hizo cursos de logística dictados por la Cámara de Comercio, la Cámara de Industrias y la Cámara alemana. Pero el estudio, añadió, es constante. Se ha ido especializando en temas como inteligencia artificial y tecnologías de la información. En su opinión, “es necesario estar haciendo constantemente cursos de capacitación y aggionarse”. En el sector de logística, dijo, “se viene todo lo que es inteligencia artificial”, por lo que ya se está preparando por medio de crusos y posgrados, tanto a nivel local como regional. 


“Independientemente de la capacitación y el conocimiento técnico, lo importante son las competencias personales”. María Laura Volpi, gerenta de consultoría en capital humano en KPMG

Juan Opertti también se reconvirtió hacia la logística. Es ingeniero industrial mecánico y pasó buena parte de su vida trabajando en la industria del metal, en la producción de galpones y silos. (hoy es director logístico de Costa Oriental, representando al Grupo Katoen Natie para Sudamérica).  

La competencia del exterior generó que la empresa del metal  Armco, para la que trabajaba, decidiera discontinuar la producción local en esa área. “Hoy la empresa produce chapas galvanizadas. Es un ejemplo de éxito de una industria uruguaya que ha logrado reconvertirse y ser competitiva debido a la razonable adaptación de su portfolio de productos ”, añadió. De allí pasó a la textil Sudamtex como gerente de Planificación de producción de tejido sintético, lana y tejidos de punto, hasta que comenzó a percibir las dificultades en la empresa. “Empecé a ver a una China muy pujante comenzando a introducir sus productos en Uruguay y teníamos un tema de escala”. Salió de la empresa y al tiempo encontró el llamado para gerente regional de logística para Sudamérica en Katoen Natie.

Corría el año 1997 y la empresa precisaba capacitar gente, ya que no había especializaciones en logística en Uruguay. Fue enviado a Bélgica, donde realizó un entrenamiento intensivo de dos años. Hoy también es director de la Cámara de Zonas Francas e intenta promover al país como centro de distribución. “Hoy la logística genera más ingreso que el software y el turismo”. Opertti formó parte del equipo creador de la carrera de ingeniería en logística en la UTEC tanto en Rivera y Fray Bentos, es profesor adjunto allí y en la ORT. La clave para reconvertirse, señaló, es “tener flexibilidad de adaptación”: “Hay una premisa que es: ¿estás cómodo? Más vale que no lo estés”. 

A pesar de tener solo 23 años, Mauricio Eirin atravesó una reconversión laboral notoria: pasó de ser operario maquinista a ejecutivo de cuentas de la consultora Manpower.

Al notar la baja en el trabajo de la empresa donde se dedicaba a la producción de jeans (25% menos de confección cada año, dijo). Empezó a estudiar administración de empresas y luego entró a la consultora como administrativo, hasta quedar en el cargo actual. 

Las claves
  • Currículum. ¿Cómo armar el currículum cuando la única experiencia que se tiene es en un trabajo que ya no existe? O’Neil de Mazars indicó que “hay un currículum que se diseña con una presentación diferente, que muestra lo que la persona sabe hacer y en que es útil para el nuevo puesto”. Volpi de KPMG dijo que se conversa con la persona, se reconstruye su historia laboral y las situaciones, logros, tareas y responsabilidades vividas en ella. “En muchos casos hasta han hecho cursos en la empresa y no guardaron el certificado”, dijo. 
  • Competencias blandas. La gerenta en consultoría de capital humano de KPMG, María Laura Volpi, considera que más allá de los conocimientos técnicos que se tengan,son las competencias blandas las que serán siempre valoradas y que por ende se deberían desarrollar. Para desarrollar estas “competencias transversales” (liderazgo, trabajo en equipo, resiliencia, orientación a resultados, entre otras) trabajan tanto KPMG como Manpower, CPA Ferrere e Inefop, a través del proyecto Templar.
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