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Infidelidad financiera: cómo administrar el dinero en pareja para evitar errores comunes

Existen malos hábitos que enfrentan a una pareja en términos de organización económica
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26 de febrero de 2019 a las 10:15

La administración de las finanzas personales no es una tarea fácil, requiere de conducta, paciencia, proyecciones claras y fuerza de voluntad para evitar caer en tentaciones efímeras que pueden hacer tambalear nuestra economía. Si este ejercicio diario, además, hay que llevarlo a cabo en pareja, el desafío es aún mayor. Según advierten expertos en el tema, para lograr la estabilidad financiera ’de a dos’ es fundamental el diálogo fluido y sincero, y que ambos tengan criterios en común sobre cómo manejar el dinero. De lo contrario, la mala administración de una de las partes y la falta de entendimiento podría derivar en una ruptura definitiva del vínculo.

“Las finanzas en pareja son fundamentales. Si hay necesidades no cubiertas, si el dinero no llega a final de mes y la pareja tiene formas diferentes de abordar este tema, los problemas están asegurados”, plantea la coach en Neurofinanzas e Inteligencia Inversora, Rosa Estañ Homs. “Todos estos problemas terminan perdiendo la magia del amor, de la ilusión que unió un día a una pareja. La angustia de sentir que las dificultades son constantes e insuperables, por falta de dinero, o por criterios diferentes en la forma de administrarlo, son la causa de reproches, peleas y sentimientos de rabia o dolor. Cuando hay sufrimiento por falta de dinero, la consecuencia es una alejamiento emocional y problemas que pueden terminar en separación o divorcio”, detalló.

Entre los malos hábitos que enfrentan a una pareja se destacan:

  • La mala gestión del dinero, cuando se gasta más de lo que se gana, y no hay capacidad de ahorro.
  • Cuando uno de los miembros de la pareja no trabaja fuera de casa, o gana poco dinero, y el otro le reprocha que no aporte lo necesario para el hogar.
  • Gastos innecesarios realizados de forma arbitraria, que desequilibran el presupuesto familiar.
  • Uso frecuente de las tarjetas de crédito revolving (de pago aplazado) para pagar compras no planificadas.
  • Endeudamiento sistemático para atender eventos como viajes, celebraciones familiares, electrodomésticos o caprichos.
  • Ausencia de planificación económica en el hogar.
  • Inversiones en negocios hechos de forma impulsiva, sin conocer la posible viabilidad ni rentabilidad para ese dinero común.
  • Cuando la mujer gana más dinero que el hombre y este se siente mal por su condición.

Por su parte, el analista financiero Rodrigo Nadal, sostuvo que hablar sobre estos temas es elemental en una pareja no solo para tener una administración eficiente del dinero, sino para plantear objetivos comunes como viajes, la compra de un auto, una refacción o mudanza. “La situación puede empeorar cuando una de las partes incurre en una deuda que puede afectarlos a ambos y no le informa su pareja”, alertó.

“Al encontrarse en estas situaciones lo más sincero es informar a la otra parte sobre lo que está sucediendo para evitar que la deuda aumente. Cuando una de las partes desconoce una deuda, mantiene sus mismos niveles de consumo; lo cual, en algunos caos, puede provocar que la deuda aumente. Es probable que el deudor crea que tiene la situación controlada y que puede solucionarlo solo, pero siempre es bueno informar a la otra parte para que controlen sus gastos comunes como salidas o regalos”, comentó el director de Resuelve tu Deuda.

El analista de mercados y vicepresidente de Futuro Bursátil Santiago Llull, planteó que “las deudas no informadas por uno de lo cónyuges son los indicios de la mentira y el ocultamiento, muchas veces en pos de no preocupar a la otra persona pero termina siendo doblemente perjudicial a la pareja”.

“Porque esto implica la falta de diálogo y no permite la correcta planificación. Sobre todo si esa deuda va a ser exigible”, amplió.

En tanto, agregó que con la llegada de los hijos también existen etapas diferentes. “En una primera etapa tendremos gastos en pañales y comida, llegará la escolaridad y las actividades extras”. En por esta razón que Llull aconsejó planificar con tiempo pero ya no más por dos, sino por la cantidad de integrantes de la familia.

“Si en todos esos años tomamos los recaudos financieros y planificamos nuestra vida no deberíamos tener mayores
inconvenientes . Pero a veces la vida no es tan lineal, tan planeada y debemos tomar algún tipo de seguro”, recomendó.

Rosa Estañ Homs planteó que cuando la pareja está en fase de ‘enamoramiento‘, cuando se están planteando seriamente vivir juntos, es necesario abordar de frente, con absoluta sinceridad, el tema de cómo manejan ambos el dinero, las finanzas o las inversiones.

Las preguntas, según apuntó debería ser: “¿Qué piensas sobre el dinero? ¿Cómo de importante es para ti? ¿Qué creencias tienes sobre el dinero? ¿Cuánto dinero ganas y cómo lo administras? ¿Dedicas una parte a ahorrar para invertir, o piensas que hay que vivir al día? ¿Qué piensas sobre las tarjetas de crédito y los prestamos al consumo? ¿Para ti es importante comprar vivienda o vivir de alquiler? ¿Te preocupa el futuro económico? ¿Qué estás haciendo para cubrir posibles necesidades?”.

“Este tipo de preguntas hay que hacerlas, sí o sí. Las personas tienen reparo en hablar de estos temas de dinero, cuando son importantes para la estabilidad de la pareja”, indicó.

Distintas formas de afrontar el dinero según la personalidad monetaria

El ahorrador: es responsable, prudente, planificador, orientado a metas orientado hacia el progreso y el futuro. Le importa mucho la seguridad. Sus aspectos negativos: Es desconfiado, miedoso, aburrido, estresado, controlador, poco espontáneo, con dificultad para disfrutar y hacer algo extra que aporte entusiasmo y novedad a su vida.

El derrochador: es apasionado, emprendedor, con espíritu libre, capaz de disfrutar de la vida, estimulado para el dinero y la economía. Sus aspectos negativos: Impulsivo, manirroto, no conserva el dinero, irresponsable, excesivo, ligado a la rápida recompensa, puede realizar pequeños negocios o inversiones llevado por el entusiasmo no fundamentado.

El despreocupado: es optimista, confiado, tiene un espíritu libre, es relajado, sereno, tranquilo. Sus aspectos negativos:

Dejadez, incompetente para manejar el dinero, poco realista, poco práctico, no se focaliza, no hace previsiones. Ante la idea de
‘Dios proveerá‘ puede haber una forma poco responsable de afrontar el dinero y la economía personal.

El desapegado: le gusta lo simple, es servicial, inspirador, independiente, no se deja llevar por el impulso de la compra, puede ser sobrio. Sus aspectos negativos: poco realista, poco previsor, le falta estabilidad o ‘tierra‘, puede prestar dinero sin culparse en como lo va a recuperar, puede ser dependiente de que otros le ‘saquen las castañas del fuego‘.

Fuente: Cronista

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