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Descuelgues y productividad: las debilidades de la negociación salarial
Un informe sobre negociación colectiva mencionó algunas consideraciones sobre el sistema actual. Como fortalezas enumeró la elevada cobertura de los convenios colectivos y la cohesión que otorga el sistema de negociación. Pero también marcó debilidades como la escasa utilización de los descuelgues salariales y la exclusión de la productividad en las discusiones tripartitas.
El documento, divulgado este martes, indica que los Consejos de Salarios por rama de actividad son el principal ámbito de negociación, con poco margen de maniobra para implementar variantes a nivel de empresas.
Añade que la coordinación entre sectores está dada por el Consejo Superior Tripartito y los lineamientos salariales que propone el Poder Ejecutivo, pero cada negociación se da por carriles independientes por lo que la articulación entre sectores es relativamente débil.
La elevada cobertura de los convenios colectivos fue señalada como una fortaleza, lo que determina en los hechos un sistema amplio que incluye a buena parte de los trabajadores y empresas.
A efectos de minimizar las distorsiones y mejorar la eficiencia del mercado, es necesario incorporar mecanismos que recojan de mejor manera las diferencias que existen entre sectores, regiones y tamaño de empresas y trabajadores, plantea.
Pero eso supone un dilema que para la política que no debería perderse de vista: introducir flexibilidad es relevante para reconocer estas heterogeneidades, pero podría poner en riesgo la cobertura, complementa.
La segunda fortaleza enumerada fue la cohesión que proporciona el sistema de negociación colectiva, un atributo en la medida que permite canalizar conflictos y gestionar diferencias entre las partes bajo un esquema regulado y un ámbito interinstitucional validado por las partes.
Sin embargo, indica, debe tenerse en cuenta que existen desafíos en materia de representatividad, tanto a nivel de trabajadores como de empresas.
El informe fue solicitado por el Ministerio de Trabajo, con el apoyo de CAF –banco de desarrollo de América Latina- y elaborado por la consultora CPA Ferrere.
Debilidades
El documento señala que los descuelgues son utilizados con baja frecuencia y los procedimientos que los regulan tienen oportunidades de mejora. Una de las modificaciones para un mejor resultado sería protocolizar cláusulas transparentes para los descuelgues.
Para eso es necesario definir de manera detallada los criterios generales – condiciones necesarias y suficientes- para que una empresa pueda descolgarse de lo establecido por el convenio vigente. Esos criterios deberían definirse por ley o por decreto del Poder Ejecutivo.
Con ellos, las empresas podrían solicitar el descuelgue mediante un planteo justificado en base a evidencia. El informe dice que una opción que podría evaluarse con precaución para darle más solidez al planteo es promover, para empresas de más de cinco trabajadores, la constitución de Consejos de Empresas.
En ese ámbito los empresarios deberían fundamentar y justificar a los trabajadores el descuelgue. Así se conseguiría que la solicitud podría tener un primer nivel de acuerdo entre los trabajadores de la empresa que pide el descuelgue.
El informe aclara que la constitución de Consejos de Empresa es un tema controversial en Uruguay. Explica que si bien es una práctica extendida en los países europeos con tradición de negociación colectiva arraigada, la experiencia comparada en América Latina sugiere un funcionamiento que ha limitado la equidad. Por esa razón, argumenta que tomar un camino de ese tipo debe que ser evaluado con cuidado antes de adoptarlo.
Si se entendiera que el requerimiento tiene fundamento se encomendaría la evaluación a una comisión técnica con integración tripartita que tendría como únicos cometidos reclasificar actividades y asesorar a los consejos sobre los descuelgues.
El documento agrega que ese ámbito podría llamarse Comisión para la Reclasificación y Descuelgues (CRD). Para la resolución, la CRD se asesoraría con estudios técnicos basados en evidencia. A partir de eso, la comisión debería poder comparar información (facturación, resultados y remuneraciones) entre la empresa que solicita el descuelgue y el marco de referencia (rama de actividad, localización y tamaño) al que la compañía está integrada.
Entonces, la CRD haría un informe contrastando la información recabada y procesada con los datos que la empresa que solicite el descuelgue aporte.
En otro capítulo el documento asegura que salvo excepciones, en general la negociación salarial no incorpora adecuadamente la productividad del trabajo, una dimensión crítica para el equilibrio eficiente del mercado laboral.
Comenta que a pesar de las controversias del pasado, ha ido generando terreno la idea de que hay buenas razones para que los salarios guarden cierta relación con la productividad del trabajo.
Añade que si bien persisten diferencias sobre los fundamentos y las dificultades de implementación son importantes, hay oportunidades para avanzar en generar las condiciones para que futuras negociaciones salariales que contemplen aspectos vinculados a la productividad.
El informe indica que un requisito fundamental para avanzar en esta dirección es constituir un ámbito institucional que brinde a todas las partes confianza sobre la pertinencia de los indicadores elegidos.
Expuso que es recomendable adoptar una estrategia gradual eligiendo algunas ramas de actividad por las que empezar, evaluando las dificultades enfrentadas y extrayendo lecciones que permitan mejorar el proceso de indicadores.
Sugiere elegir algún grupo para que haya información fácilmente disponible, las actividades sean relativamente homogéneas y los actores involucrados tengan experiencia en convenios basados en indicadores.
