Gabriela Pallares

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Día internacional de la mujer

Ese dia donde nos molestan si nos felicitan, y si no, también. Nos inculcan desde chicas moral y religiosamente lo de ser generadoras de vida pero no el ser generadoras de proyectos, con valor agregad
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08 de marzo de 2015 a las 00:00

En este mes que se celebra (o se combate) como “de la mujer” reflexiono sobre dos de las infinitas aristas del tema, que si bien no hacen a la disciplina que nos ocupa del diseño en general, si lo es en particular en cuanto a las experiencias que uno elige y genera en su vida:

A) Lo importante de ese camino no es ver “cuanto” queda para nivelar sino el“cómo” se recorre y tener el poder de generar modelos alternativos

En general se busca ser iguales a los hombres y en ese punto se carece a veces de creatividad a nivel de conjunto: asumiendo que el fondo del tema sea tener igual reconocimiento por igual gestión, debería hacerse hincapié en generar modelos de gestión donde las virtudes femeninas (trabajo en equipo, multitasking, inteligencia emocional, importancia de los procesos) sean tan necesarias como las de los hombres (foco en resultados, más analíticos , agresivos y racionales), y muchas empresas ya se dieron cuenta,. De hecho las firmas que llevan la bandera de innovadoras tienen en sus filas gerenciales a mujeres: Sheryl Sandberg en Facebook,Marissa Meyer en Yahoo, Indra Nooyi en Pepsico Pero son excepciones y no reglas que reflejen más acceso a poder de decisión o mayor participación en política.

El punto no debería querer igualarse sino generar un diferencial complementario, a la gestión de los hombres con virtudes que sean tan indispensables como remuneradas, claro. Las mujeres han tenido especialmente en países en vías de desarrollo importancia crucial en innovación y crecimiento económico tanto unipersonal (por necesidad o convicción) pero hay puntos de inflexión donde las cifras no lo contemplan.

Una colega, de ésas que sí han hecho un camino exitoso (doblemente, siendo nacida en Iraq) como Zaha Hadid, 1ª mujer en hacerse con un Premio Pritzker de arquitectura, cuenta que en la universidad donde da clases , la matriculación es bastante pareja entre hombres y mujeres incluso a favor de las últimas pero como paradoja en el ejercicio profesional disminuyen drásticamente, son menos aún las que eligen un camino independiente, y menos las que triunfan. Y cuando lo hacen, (sic) “ si la arquitectura no te mata, no eres lo suficientemente bueno”. Eso dicho por alguien que no tiene hijos ni está casada: eligió su carrera. Y es casi la única que les pelea mano a mano en concursos internacionales a estudios casi todos dirigidos por hombres.

Y esa realidad es tangible también en otras disciplinas , no territorio sólo de la arquitectura.

Es como si querer todo, te condena a un camino de mediocridad y siempre es excluyente. En resumen, o sos una egoísta ambiciosa, o una mediocre Si alguien triunfa al mismo nivel que un hombre enciende todo tipo de alarmas y especulaciones. A Ms Hadid de hecho, la han tildado de antipática o de diva, por llevar trajes de diseñador y ser muy cuestionadora, tanto que en un congreso en Viena allá por el 2003 había quienes repartían camisetas de “¿Me llamarían diva si fuera un hombre?”

Está claro que los hombres no tienen esos dilemas…porque usualmente hay mujeres atrás resolviéndolos. Y como dice la periodista Adela Dubra “ Es difícil tener una carrera profesional vigorosa si tenes que llevar cupcakes a la clase especial compartida de ecología del nene a las 3 de la tarde”

La cuestión es cuando a ellas no les alcanza eso y quieren estar en el frente. O si están en la casa, que sea por elección propia. El problema previo y mas generalizado aún antes que el que se gane menos, es cuando no se puede elegir o cuando el poder no está en una. Si trabajar o no, donde estar, sin presiones del entorno, culpas, coaccion de un conyuge, o mirada de la sociedad.

Nos inculcan desde chicas moral y religiosamente lo de ser generadoras de vida pero no el ser generadoras de proyectos, con valor agregado. Por qué no ambos

Pero somos las mujeres las que educamos a los hombres.Y las que trabajamos en agencias que crean avisos sexistas de detergentes, o forman parte de la audiencia de programas que no las valorizan.

B) Al ir abriendo caminos, nos boicoteamos con otras ataduras.

A todas las presiones que afectan profesionalmente se suman otras desde propias filas: no solo hay que ser brillante en el trabajo, atender familia, e hijos sino además..con cuerpo de modelo, ropa a la última, etc

Es como si no fuera suficiente, que inventamos otra lucha paralela, (en los medios, en otras miradas del mismo género). Y así vamos ampliando el famoso techo de cristal que otras van derribando.

Se puede ser ineficiente, mediocre, inoperante o rozar la ilegalidad, pero si físicamente se es atractiva según modelos y estándares, se le disculpa todo y tiene 90% del camino ganado, lo cual es más injusto para quienes trabajan de verdad: esa diferencia conceptual con otras mujeres ni siquiera haciendo lo mismo es más perversa que una diferencia de remuneración. Resta 20 casilleros hacia atrás en el juego, además de echar leña al fuego de los estereotipos sexistas.

La industria del cine tiene una herramienta muy gráfica llamada el Test de Beschel para evaluar la brecha de género en los filmes: Para pasar la prueba, el film debe tener:

_ Al menos dos personajes femeninos

_ Deben hablar entre sí en algún momento

_ De un tema que no involucre a un hombre

Estas simples reglas, si se aplican a la inversa aprobarían todas, sin embargo tal como se plantea, la pierden casi todas entre ellas: la trilogía de star wars, el sr de los anillos, Piratas del caribe, la serie Men in Black, Pulp Fiction, Top Gun, o Breakfast at Tiffany´s

El estudio de las listas de películas que no pasan el test se utiliza como argumento para probar que prácticamente la totalidad de la industria del cine y publicitaria se centra en la creación de contenidos que pasan por alto el punto de vista femenino y no refleja la realidad en términos de proporción de mujeres en la sociedad.

El desafío será, ejercerlo, promoverlo, crear un camino y un estilo de gestión y liderazgo que sea definido por las aptitudes profesionales, que valorice las diferencias con el modelo masculino, no con pautas impuestas por quienes se ocupan de poner trabas en caminos que ni siquiera eligen recorrer.

En estas últimas entregas de premios Golden Globes en Hollywood, a instancias de las actrices Amy Poheler y Reese Whiterspon se usó el “#Askhermore”, aludiendo a que actrices de primer nivel protagonistas y constructoras de éxitos de recaudación eran interrogadas sobre lo que traían puesto en vez de sobre sus trabajos o proyectos, al contrario que sus contrapartes masculinas. Y en esa trampa justamente intervienen, consumen, producen y responden otras mujeres …hasta que alguna patea el tablero , piensa por fuera de la caja como se dice comúnmente y exige más..

Con cada modelo anoréxica desfilando en pasarelas y sirviendo de referencia a millones de adolescentes en el mundo, o el photoshop invadiendo los editoriales gráficos, generando estándares imposibles , o el culto a cirugías estéticas , hacemos un daño mucho más grande que el generado por injusticias de remuneraciones o discriminaciones por dar prioridad a la familia: nos anulamos como individualidades o reprimimos potenciales al dar importancia a costados más superficiales e inútiles.

De hecho marcas como Dove que promueven la diversidad de físicos y complexiones en una campaña, en otras te venden productos para convencerte que las axilas deben ser iguales a las retocadas en las fotos. O diseñadores de moda como Rick Owens que incluye en sus desfiles modelos plus size pero en actitudes que dan más miedo que novelería. Toda esa apertura no es más que acciones de marketing tan livianas y superficiales como quienes caen en ellas, y se preguntan luego por qué no se las toma en cuenta seriamente.

Y cuando se siembre confianza y no ansiedad o imitación, tal vez lograremos que la mirada evaluadora sea realmente justa , comenzando por nosotras mismas.

Si no podemos como colectivo despojarnos del traje y la mochila pesada de lo estético para volcarnos al contenido, no podemos pretender que los hombres y/o las cúpulas empresariales miren más allá y reconozcan el verdadero valor de una gestión.

Porque hoy por hoy lo esencial está muy lejos de ser invisible a los ojos: de hecho lo esencial es exactamente lo que pasa por los ojos, y en esa frontera es que está exactamente el techo de cristal: Cuando las mujeres consuman, diseñen, y enseñen a respetarse y mirarse con respeto más allá de estereotipos, cuando se ponga energía en mejorar contenidos y no continentes, tal vez logremos obtener el justo precio por nuestro talento.

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