Muchas veces por temor a que los alimentos se echen a perder se suele recurrir a la heladera como método de conservación. Sin embargo, en algunos casos esto puede resultar contraproducente. Aquí va una lista de productos que conviene almacenar a temperatura ambiente.
Especias: no precisan ser refrigeradas nunca, tal como aclara la nutricionista Liliana Grimberg, coordinadora del área de nutrición del Centro Terapéutico Dr. Máximo Ravenna en Buenos Aires.
Café: presenta aceites naturales que se conservan mejor a una buena temperatura, ni muy fría ni muy caliente. Lo ideal es conservarlo en un frasco de vidrio hermético y en un lugar con poca luz.
Salsa de soja: tiene suficientes conservantes naturales que hacen que se pueda mantener en buen estado fuera del frío de la heladera.
Aderezos: como el vinagre, la mostaza, la salsa picante, el kétchup y los aderezos a base de vinagre o aceite, también pueden almacenarse fuera de la heladera. De todos modos, no sufren daño si se conservan en frío.
Hierbas: algunas se marchitan rápidamente en el frío. Cuando se compran frescas, lo ideal es colocarlas en un vaso de vidrio con agua y dejarlas sobre la mesada de la cocina.
Huevos: es cierto que su vida útil se prolonga por 4 o 5 semanas en heladera. Sin embargo, mantenerlos a temperatura ambiente por unos días antes de cocinar, los vuelve más fáciles de pelar. Los huevos sucios o agrietados deben refrigerarse y usarse tan pronto como sea posible. Una vez refrigerados deben mantenerse así hasta su uso.
Papas y boniatos: son amantes del calor. Pueden alterarse en la heladera. Lo ideal es conservarlas en lugar fresco, sin luz directa y preferentemente en bolsas de plástico. Además, conviene alejarlas de las cebollas, pues estas liberan una sustancia que las deteriora.
Hortalizas en escabeche: poseen mucho vinagre y otros conservantes que hacen que se puedan guardar bien en la alacena.
Frutas: como la palta, banana, melón, kiwi, mango, papaya, durazno, ciruela, damasco, pera y el ananá son frutas tropicales y, por ende, no son amigas del frío. Conviene dejarlas a temperatura ambiente para conservar mejor su sabor y textura. Por su parte, los tomates pierden parte de su sabor cuando se refrigeran.
El ajo: es recomendable guardarlo en lugar fresco, seco y dentro de una bolsa de red ya que el frio provoca daño en la textura y el sabor.
Para leer más sobre nutrición y vida saludable, ir a www.comermejor.com.uy
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