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Echar luz sobre PISA (6)
El informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes o Informe PISA (por sus siglas en inglés, Programme for International Student Assessment, 2018) nos permite identificar algunas de las claves fundamentales que contribuyen a explicar los progresos verificados en diferentes países. Se trata de una práctica saludable de aprender de otros, así como de poner a disposición de los demás, experticia y sabiduría. Es una relación de ida y vuelta permanente. No es una cuestión de imitar ni siquiera de modelizar, sino de ampliar el abanico de perspectivas y de enfoques a partir de los cuales se entiende mejor la magnitud de los desafíos que enfrenta la educación en la actualidad.
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La investigadora Linda Darling-Hammond (2011) identifica ochos puntos que podrían contribuir a explicar de por qué Finlandia, Singapur y Corea del Sur, logran buenos desempeños en las evaluaciones PISA. Si, por ejemplo, tomamos como referencia el ranking de evaluación de lectura en el 2018 (último dato disponible), Singapur ocupa el segundo lugar, Finlandia el séptimo y Corea del Sur el noveno, de entre los 79 países que participaron de la misma (PISA/OCDE, 2019). Esbozamos los ocho puntos.
En primer lugar, una clara voluntad de lograr un financiamiento adecuado y justo de la educación que se expresa prioritariamente en incentivar la docencia en escuelas con mayores necesidades de apoyo. La equidad de la inversión y del gasto requiere de criterios transparentes y de instrumentos flexibles que combinen prioridad de la política con su fina focalización. Por ejemplo, en Corea del Sur, se dispone de un abanico amplio de incentivos para apoyar a los educadores que trabajan en contextos vulnerables en zonas urbanas y rurales.
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En segundo lugar, la organización de la enseñanza y del aprendizaje se articula en torno a un marco curricular nacional, con foco en las competencias vinculadas a pensamiento de alto nivel de abstracción, indagación y resolución de problemas mediante contenidos académicos. Por ejemplo, en Finlandia, el currículum nacional, que, a la vez, orienta y da amplio margen de maniobra al centro educativo, enfatiza las habilidades de los estudiantes de reflexionar, evaluar y manejar su propio aprendizaje.
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En tercer lugar, la eliminación de los exámenes en la educación media básica (grados 7 al 9) lo cual puede permitir una progresión más fluida hacia la educación media superior (grados 10 al 12). Alternativamente a los exámenes, se prioriza la evaluación formativa del estudiante como medio de sostener y evidenciar una educación equitativa de calidad.
El sistema educativo en su conjunto orienta y apoya a los estudiantes para que logren un dominio solvente de las competencias y los conocimientos establecidos en el currículo (el para qué y qué de enseñar y de aprender) en la educación media básica. La universalización de este nivel es el piso mínimo de equidad y de calidad a partir del cual se diversifican las opciones y los trayectos en la educación media superior facilitando la libertad de elección del estudiante.
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En cuarto lugar, la evaluación en los diferentes niveles educativos cumple el rol fundamental de orientar, apoyar y evidenciar que el alumno alcance un conocimiento profundo de los contenidos, así como de las competencias de alto nivel de abstracción. Por ejemplo, en Finlandia, donde no se recurren a las pruebas estandarizadas para clasificar estudiantes o centros educativos, la clave reside en la calidad de la retroalimentación que el docente da al trabajo del estudiante.
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Esto implica que el docente describe, en formato de narrativa, los progresos verificados en los aprendizajes, así como identifica áreas para progresar/mejorar.
En quinto lugar, una fuerte y sostenida inversión en programas de formación docente que contemple el reclutamiento de estudiantes con alto desempeño en la educación media, el subsidio completo de su formación y el pago de un estipendio mientras se forman.
En los tres países –Corea del Sur, Finlandia y Singapur– se congenia un conocimiento profundo del contenido disciplinar con un manejo amplio y solvente de diversidad de estrategias de enseñanza. Conocimiento de las disciplinas y de las pedagogías (cómo se enseña y se aprende) van de la mano apoyados por la integración de conocimientos de las ciencias de la educación, la psicología cognitiva y la neurociencia de los aprendizajes.
