Ciertamente vivimos un período de inflexión de la historia de la humanidad donde no solo se están encarando las adversidades de la coyuntura, sino también reimaginando y cimentando un futuro mejor y sostenible. Es de esperar que los países que tengan mayores grados de determinación, liderazgo y volumen programático en congeniar ambos desafíos, estarán en mejores condiciones de enfrentar efectivamente un futuro que nos interpela en todos los órdenes individuales y colectivos de la vida.