Educación: menos confrontación y más colaboración

La premisa de base de los modelos de educación basado en competencias es que el sistema educativo actual reproduce y hace perdurables (perpetúa) inequidades educativas porque sigue un modelo tradicional de educación que fue diseñado a principios del siglo XX. Inequidades que se traducen en rendimientos educativos y niveles de aprendizaje por debajo de lo esperado para el grado educativo que se cursa, ausentismo, repetición, extraedad, deserción. 

El supuesto de que todos los alumnos pueden aprender el mismo programa de estudios al mismo ritmo y de la misma manera, contradice la evidencia empírica. Sin embargo, la estructura lineal de los planes de estudio convencionales “obliga” a todos los estudiantes a moverse sobre una sucesión de contenidos curriculares rígidamente definida.

La educación basada en competencias es una re-conceptualización del sistema educativo. Pone el foco del sistema educativo en el estudiante, individualmente considerado. En vez de grupos de estudiantes de una misma o similar edad avanzando en un mismo tiempo por los grados educativos, “se parte del reconocimiento que cada estudiante tiene ritmos diferentes en sus procesos de aprendizaje”.

Rediseñar el sistema actual de manera tal que todos los estudiantes avances en sus procesos de aprendizaje a sus propios ritmos y dar apoyo a los estudiantes que lo requieran para que puedan efectivamente avanzar acumulando saberes y competencias acordes con las expectativas y metas de aprendizaje que se espera logren, es un mayúsculo cambio.

Un modelo educativo basado en competencias sostiene que todos los estudiantes pueden aprender si se les da el tiempo que necesiten y la oportunidad para ir demostrando logros de aprendizaje y poder así avanzar hacia el subsiguiente tramo o ciclo de aprendizaje. El diseño curricular presentado por la ANEP está organizado en ciclos. Tres ciclos educativos con foco en la trayectoria continua del estudiante: 1.° ciclo: desde la educación inicial hasta 2.° año de Educación Primaria; 2.° ciclo: desde 3.° año hasta 6.° año de Educación Primaria; 3.° ciclo: desde 7.° año a 9.° año de la Educación Media Básica (Actuales 1.°, 2.° y 3.° de la educación media). Cada uno de los tres ciclos comprende dos tramos con sus respectivos perfiles. Los perfiles de tramo dan cuenta de determinados indicadores de progreso que describen cuál es el nivel de desarrollo esperado en las competencias definidas en el Marco Curricular Nacional presentado por la ANEP. Lo que se espera al finalizar los distintos tramos y ciclos educativos de la educación básica integrada.

Se entiende que sistemas educativos que permiten a los estudiantes avanzar con brechas en aprendizajes fundamentales y no prioricen logros reales (objetivos) de competencias integrales (holísticas) relevantes difícilmente preparen a los estudiantes para las demandas y desafíos del futuro y difícilmente reduzcan y cierren brechas de equidad.

En la implementación de la transformación curricular y educativa seguramente se transitará por un proceso de aprendizaje sobre la marcha, refinando y ajustando. Nada extraordinario, así sucede siempre y es bueno que así suceda. En primer lugar, una educación basada en competencias es un cambio de paradigma; requiere superar inercias, dejar de lado ciertas prácticas y adoptar y adaptarse a nuevas prácticas.

Esto no sucede por decreto. En segundo lugar, hay que construir y desarrollar capacidad para un modelo de educación basado en competencias -formación y apoyo a docentes y estudiantes para desarrollar los conocimientos y competencias del nuevo paradigma-. Si bien no hay un único modelo de educación basado en competencias, hay algunos aspectos que caracterizan a la mayoría de estos modelos:

1)    Se avanza y se pasa de un ciclo a otro ciclo una vez que se demuestra haber adquirido el nivel de competencia previsto. Es un sistema concebido para “asegurar” que los estudiantes logran adquirir un nivel de competencia para poder entonces avanzar hacia un siguiente nivel de competencia. El aprendizaje es la constante y el tiempo para alcanzar y lograr ese aprendizaje es flexible. 

2)    El aprendizaje se mide y evalúa en base a progresos en metas de aprendizaje. Las competencias incluyen objetivos de aprendizaje explícitos, medibles y transferibles. Objetivos de aprendizaje que buscan empoderar a los estudiantes en sus procesos educativos. 

3)    Hay distintos propósitos de las evaluaciones: determinar las condiciones iniciales del aprendizaje, guiar aprendizajes, guiar y monitorear progresiones de aprendizaje, certificar aprendizajes. Todos importantes. La atención se pone en los logros y avances de cada estudiante respecto a su nivel previo (el estudiante consigo mismo), como también con respecto a un punto de referencia externo de logros (el desempeño del estudiante en relación con sus pares y el desempeño del estudiante en comparación con los perfiles de egreso).

4)    Requiere prácticas  consistentes de evaluación asociadas a las progresiones de aprendizajes que sirvan de apoyo y guía para el proceso de enseñanza y aprendizaje. En la educación basada en competencias el énfasis se coloca en evaluaciones para el aprendizaje. Evaluaciones formativas que tienen menos de pruebas con fines de evaluación y más de procesos interactivos de enseñanza y aprendizaje.

Requiere contar con buenas rúbricas de evaluación formativa. Esto es, criterios o indicadores para evaluar de manera objetiva el aprendizaje adquirido por los estudiantes. Utilizar información de estas rúbricas de evaluación formativa para planificar la enseñanza y el aprendizaje.

Conocer y comprender las fases o etapas típicas del desarrollo por las que los estudiantes evolucionan y transitan en los procesos de aprendizaje (progresiones teóricas de aprendizaje, validación empírica de estas progresiones). 

“Las Progresiones de Aprendizaje (PA) describen el desarrollo del continuo de cada competencia en niveles de complejidad creciente, como pasos de un camino hacia los logros expresados en el perfil de egreso“.

Importa ofrecer cursos de capacitación en evaluación formativa, estimular el desarrollo de comunidades de aprendizaje en evaluación formativa, poner a disposición de los docentes materiales de apoyo, guías de rúbricas de evaluaciones formativas, herramientas y recursos para apoyar y lograr un uso extendido y efectivo de la evaluación formativa.

5)    Los estudiantes reciben apoyo diferenciado y a tiempo. Apoyos basados en las necesidades individuales de aprendizaje. Es dar apoyo a los estudiantes que lo requieran a los efectos de que logren aprender y logren avanzar a un ritmo razonable en sus trayectorias educativas.

6)    Sistemas de educación centralizados en el ritmo de aprendizaje de cada alumno tienen mucho de proceso personalizado (permitir al estudiante elegir algunas asignaturas, talleres, cursos) y proceso individualizado (permitir que el estudiante avance a su propio ritmo y acorde con sus particulares necesidades educativas)

Será un gran desafío llevar esto a las distintas competencias planteadas: competencia metacognitiva, competencia intrapersonal, iniciativa y orientación a la acción, comunicación, relacionamiento con los otros, pensamiento creativo, pensamiento crítico, pensamiento científico, pensamiento computacional y competencia en ciudadanía local, global y digital. 

Dr. Guillermo Fossati (Ph.D)
Director del INEED