Interagrovial

El arroz se revaloriza como palanca económica y soporte social

En medio de la emergencia, el sector da trabajo en zonas clave, el rendimiento es alto, crece la demanda externa, tras ocho años puede haber un margen y el área tal vez crezca

Tiempo de lectura: -'

24 de abril de 2020 a las 14:30

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 3 45 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 3 45 / mes

Todavía están las cosechadoras levantando el grano de las chacras, pero ya se han vendido al menos cuatro barcos de arroz uruguayo de la nueva cosecha, que llevarán el grano a Panamá y Haití. Mientras, en Tocantins (próximo a Brasilia, al norte) medios de ese estado brasileño anuncian importaciones sin precedentes del grano uruguayo. Si el agro es el sector que primero impulsará a la recuperación económica, el arroz puede adjudicarse el ser el primer rubro que reacciona. Porque esta cosecha va en camino a compensar con rendimiento la menor área sembrada y con una colocación ágil está dando una gran mano para sostener la mano de obra en unas de las zonas más vulnerables de Uruguay.

La pandemia de covid-19 tiene algo que ver con la agilidad del mercado. Complica las exportaciones asiáticas y estimula la demanda.

El arroz en Tailandia –segundo mayor exportador del mundo– alcanzó este mes los US$ 587 la tonelada, US$ 100 dólares más que el mes pasado (US$ 483), consolidándose como el mayor valor desde julio de 2012 según los datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA). Durante esta semana pasada los precios bajaron algo (US$ 570), pero la inquietud respecto a la disponibilidad de arroz asiático continúa.

En India, por ejemplo, exportador fundamental, las exportaciones tienen una logística altamente dependiente del trabajo humano, que ha colapsado hasta nuevo aviso.

Debido al desabastecimiento de alimentos como consecuencia de la pandemia, algunos países limitan las exportaciones para garantizar el abastecimiento interno.

En Bangladesh también se frenó la exportación. El gobierno anunció que “en esta situación, no hay margen para permitir las exportaciones de arroz”.

Vietnam –el tercer mayor exportador mundial del cereal desde 2013– suspendió la firma de nuevos contratos de exportación, para  garantizar que los suministros nacionales sean suficientes durante la pandemia. El Ministerio de Industria y Comercio solicitó al gobierno esta semana que reanude las exportaciones, pero limite el volumen a 800.000 toneladas para abril y mayo. Una disponibilidad irregular.

Birmania, el séptimo mayor exportador, implementó una cuota de exportación de 100.000 toneladas por mes, menos de la mitad del volumen habitual.

En Brasil, la reducción de la producción nacional, las fluidas exportaciones de la cosecha pasada y los elevados precios internacionales impulsaron el precio local en plena cosecha –algo que no sucedía hace muchos años–.

El Indicador de arroz cáscara Esalq/Senar Rio Grande alcanzó los R$ 55,05 por bolsa de 50 kilos acumulando una suba mensual de 6,09% y alcanzando el máximo valor en reales desde que hay registros (15 años).

La fortaleza de los precios en el país vecino debe sostenerse al menos hasta la próxima cosecha.

Como consecuencia, el USDA prevé un ajuste de 2% interanual en las exportaciones mundiales de arroz a 42,2 millones de toneladas en 2020, la más baja en cuatro años, es decir 1,5 millones de toneladas exportadas menos que un año atrás y 5 millones menos que lo exportado dos años atrás.

El factor incertidumbre estimula el acopio. El USDA estima que las existencias mundiales de arroz alcanzarán un récord histórico de 181,6 millones de toneladas, lo que supone un aumento del 3% respecto al año pasado y de 28% en los últimos cinco años. 

Otro factor que limita la oferta exportadora son las severas sequías en Tailandia y Vietnam. Según el USDA, la producción de arroz de Tailandia caerá 14% las exportaciones tailandesas, habitualmente sobre  11,5 millones de toneladas, cerrarán este año agrícola en 7,5 millones.

Avanza la cosecha uruguaya

Mientras, en Uruguay se avanza  en la cosecha, ya sobre este fin de semana seguramente con más de 80% del área trillada, en  general con buenos rendimientos.

Según informó la Asociación Cultivadores de Arroz (ACA), en el último relevamiento semanal la primera mitad cosechada tuvo un rendimiento promedio de 9.000 kg por ha, corresponde a las chacras sembradas en fechas óptimas –setiembre y noviembre–.

La segunda mitad cosechada, de cultivos de siembras más tardías afectados por las bajas temperaturas en plena etapa reproductiva que afectó la productividad, rindieron por debajo de los 8.000 kilos.

El rendimiento promedio supera al del año pasado por la buena luminosidad de este verano de sequía, será el tercero mayor de la historia, en el entorno de 8.400 kilos por hectárea.

Esto le da a Uruguay una oportunidad importante de capitalizar su condición de exportador confiable. Hoy de los cinco exportadores principales, cuatro están con bloqueos totales o parciales. Eso genera problemas en la cadena de suministros, hasta de producción.

China está haciendo  esfuerzos ingentes para que le lleguen los suministros a sus productores, para que puedan sembrar.

Tailandia tiene problemas con su producción futura, ya que tienen 40% del agua disponible.

Uruguay, proveedor seguro

“Uruguay tiene una oportunidad excelente para capitalizar su rol como proveedor de alta calidad, seguro, con una institucionalidad que permite fácilmente generar acuerdos, tenemos un puerto solo, todo se resuelve fácil. Esa cadena operativa se pone a funcionar con una capacidad operativa muy fuerte. Esas son ventajas que Uruguay en esta coyuntura tiene que aprovechar fuertemente”, explicó Daniel Gonnet, gerente agropecuario de la firma Casarone Agroindustrial.

Además, Uruguay resolvió la rehabilitación de México durante la semana pasada, luego de una pausa por un problema no originado en Uruguay, por aparición de un coleóptero en un contenedor, insecto que nunca estuvo presente en el país.

Para esta cosecha, la producción se ubicaría en 1,15 millones de toneladas, apenas por debajo de las 1,2 millones de la zafra pasada por una caída del área, que es compensada en parte por la mejora en la productividad.

La ACA estima un área sembrada de 132.000 ha, 13.000 ha menos que las 145.000 ha de la zafra pasada y muy por debajo del máximo de 205.000 ha en 1998/99.

Por lo tanto, para igualar la producción de la zafra pasada sería necesario obtener un rendimiento promedio nacional de 9.200 kg/ha, que no se ha alcanzado en la historia del cultivo en Uruguay.

¿Crecerá el área?

Hay quienes proyectan un posible crecimiento sostenido del área en base a diferenciación, calidad, confiabilidad, precios diferenciales y mejoras logísticas que bajen los costos de la cadena.

El comienzo del año fue favorable para las colocaciones de arroz en el mercado internacional. Del 1° de enero al 15 de abril se exportaron 229.251 toneladas, 16% más que las 198.437 toneladas del mismo período del 2019.

Perú, Brasil y Cuba se consolidaron como los tres principales destinos, tras siete meses sin ventas a México y casi dos años sin ventas a Irak.

La venta temprana de arroz para Panamá y Haití muestra un comienzo radicalmente diferente al del año pasado, pero particularmente muestra la importancia social continental que el cultivo arroz tiene.

Lleva a pensar si no debe considerarse este año como uno bisagra que rompa la tendencia de desánimo y baja de área y marque un nuevo comienzo para una cadena que es parte de la valoración de marca país que Uruguay tiene en el mundo.

En este momento de freno de la economía, se revaloriza al arroz como soporte social en Uruguay y en el mundo. Y en la reactivación de la economía el primer paso puede ser el de la palanca arrocera, que vaya contagiando al resto.

Arroceros anhelan que una mejora de precio potencie lo positivo de la baja de los costos

La que está en sus momentos finales, es la primera zafra arrocera en muchos años que puede emparejar o superar los costos, si la agilidad de la comercialización se traduce en un precio que se acerque a los US$ 10.

Considerando que el precio permanece estable respecto a la zafra anterior en US$ 190 la tonelada –US$ 9,5 por bolsa de 50 kilos–, con  rendimientos de 8.400 kg/ha promedio la facturación es de US$ 1.596 por ha, pero los costos de producción son de US$/ha 1.600, lo que llevaría a un margen prácticamente cero  tras ocho años de márgenes negativos. Si el precio llega a los US$ 10, el margen llega a US$ 70 por hectárea.
La suba del dólar y el mantenimiento del precio de los combustibles en pesos llevó a que los costos de producción por hectárea se redujeran un 10% interanual pasando de US$ 1.780 en la zafra 2018/19 a US$ 1.600 para la zafra 2019/20.

 

CONTENIDO EXCLUSIVO Member

Esta nota es exclusiva para suscriptores.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

Registrate gratis y seguí navegando.