La recuperación del mercado laboral perdió fuerza y el desempleo trepó al 11% en febrero

Según los datos difundidos este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la tasa de ocupación se ubicó en 54,9% de la población en edad de trabajar en su medición puntual de febrero.

Esto implicó la destrucción de 8.000 empleos netos durante el segundo mes del año, con una baja de tres décimas en la tasa de ocupación. Este indicador tuvo un comportamiento oscilante en los últimos meses, con subas y bajas intercaladas desde noviembre del año pasado, cuando el nivel de ocupación se ubicaba en 55%.

Durante los meses de marzo y abril, las restricciones a la movilidad y el alto nivel de acatamiento de las exhortaciones sanitarias llevaron consigo un fuerte retraimiento en los niveles de empleo. La caída de la actividad económica provocó un deterioro de 4,3 puntos en la tasa de ocupación entre febrero y abril del año pasado. Se trató de una retracción brusca de 122.000 puestos de trabajo.

Buena parte de esos empleos se recuperaron de manera rápida durante el año pasado, conforme la conducta de los uruguayos se fue relajando y la actividad retomó cierta normalidad. Entre abril y noviembre se recuperaron 88.000 puestos de trabajo. Sin embargo, sobre el final del año esa recuperación perdió fuerza y los expertos entienden que volver a los niveles de ocupación de 2019 llevará al menos dos años. 

En los primeros meses de la crisis sanitaria, la fuerte caída de la ocupación no trajo consigo un aumento significativo de la tasa de desempleo. Sin embargo, ese fenómeno de aumento se está viendo en los últimos meses conforme la creación de empleo se debilita y los uruguayos desalentados, que interrumpieron la búsqueda de empleo por entender que las condiciones del mercado hacían difícil su reinserción, retoman esos procesos.

Es así que en los últimos dos meses relevados la tasa de desempleo pasó de 10,5% de la población económicamente activa a 11,1% y la tasa de actividad aumentó de 61,3% en diciembre a  61,7% en febrero. En febrero eran 198.000 los uruguayos que buscaron de forma activa y sin éxito su inserción en el mercado de trabajo.

Entre los indicadores alternativos que el INE releva de forma mensual desde el estallido de la emergencia sanitaria, cobra especial relevancia el teletrabajo en un período en el cual los casos activos aumentan y tanto el gobierno como el grupo asesor científico llaman a reducir la movilidad.

Tanto en diciembre como en febrero, el presidente Luis Lacalle Pou comprometió al sector público a reducir la presencialidad laboral y realizó una exhortación al sector privado de que acompañe la medida. Sin embargo, el impacto en los números recogido por la Encuesta Continua de Hogares fue marginal.

En noviembre, 9,4% de los trabajadores desempeñaba sus tareas desde su casa. Este registro era levemente mayor al 7,5% que se alcanzó en octubre y apenas por encima de los niveles cercanos a 5% previos a la pandemia. 

En diciembre, los niveles de teletrabajo aumentaron a 11,3%, pero el crecimiento se detuvo allí. En enero, bajaron a 9,9% y en febrero retomaron 11%, muy por debajo de los máximos de 19,3% de abril del año pasado. Esto demuestra que casi la mitad de los trabajadores que en abril de 2020 ejercían de forma remota sus tareas, en febrero seguían yendo a trabajar en condiciones más parecidas a las de octubre.

Subutilización del trabajo en máximo

La tasa U-6, que es un indicador alternativo de la subutilización del factor trabajo y de las dificultades en el mercado laboral, se ubicó en 19,7% en el primer bimestre del año y en 20,9% en el promedio de los últimos cuatro trimestres, que es el valor máximo de la serie (2013), según el monitor de coyuntura económica que divulgó este martes la Universidad Católica (UCU). 

Esta tasa se había ubicado en 18,9% en el promedio de 2019 y alcanzó su máximo (22,5%) en el segundo trimestre del año pasado, cuando se dio el “pico” del impacto de la pandemia sobre el mercado de trabajo.

¿Qué es la tasa U-6? El Bureau of Labor Statistics (BLS) de EEUU publica mensualmente diversas medidas de la subutilización del factor trabajo en ese país. Entre ellas se destaca la tasa U-3, que es la que en Uruguay se conoce como la Tasa de Desempleo y que que INE publica mensualmente en su Encuesta de Hogares. Pero también se destaca la llamada tasa U-6, que, además de considerar a los desocupados, toma en cuenta a los subocupados y a aquellas personas que no están buscando trabajo activamente pero que manifiestan que lo desean y que lo buscaron sin éxito en los últimos 12 meses. Esta última categoría también incluye a los trabajadores que se han dado por vencidos en la búsqueda de un empleo porque sienten que ya no lo encontrarán.

La información que mensualmente divulga el INE permite conocer precisamente las cantidades de los trabajadores desocupados y de los subempleados, pero no así la de quienes forman parte de la tercera categoría referida (desalentados), la que debe ser estimada, según la UCU. A esos efectos, se compara la población económicamente activa (PEA) actual con la de los últimos trimestres. De este modo se estima la Tasa U- 6 como el cociente entre la suma de desocupados más subempleados y más desalentados y la suma de la PEA más los desalentados.