El actor inglés Hugh Grant acababa de despedir a su agente, el empleado responsable de recibir propuestas de trabajo y filtrarlas para que lleguen al intérprete solo las que considera adecuadas. No era la primera vez que la estrella de
Un lugar llamado Notting Hill tenía ese problema, por lo que decidió ejecutar una solución poco común.
Fue así que Grant se convirtió durante cuatro años en James Havilli, su agente, una decisión que, según contó en el programa de entrevistas de la BBC The Graham Norton show, "le ahorró mucho dinero". El actor recibía directamente los guiones y ofertas laborales y respondía en nombre de su álter ego.
El problema es que el actor a veces se olvidaba, o contestaba un correo electrónico luego de haber bebido alcohol y firmaba como "Hugh". En el programa contó también que una vez recibió un llamado telefónico y estableció una voz falsa que sonaba como una "anciana escocesa muy amable", todo lo que acabó derribando el personaje.