El corto plazo es tirano. Siempre, y mucho más en tiempos de emergencia como los que vivimos, es imprescindible prestarle máxima atención. Pero, como nos recordó recientemente Ricardo Pascale en su excelente libro Del freno al impulso, tenemos que pensar más y mejor en los desafíos del futuro. Una buena noticia de esta semana lleva agua hacia el mismo molino. Búsqueda informó que Beatriz Argimón, en su carácter de Presidenta de la Asamblea General, convocará a la Comisión de Futuro, prevista por la ley 19.509 de 2017.1 La creación del Día del Futuro (“último lunes de setiembre de cada año) y de una Comisión de Futuro en nuestro parlamento fue una iniciativa del entonces senador Jorge Larrañaga, y se inspiró en el “Committee for the Future” que funciona en Finlandia desde 1993.2 Le corresponderá a la Comisión de Futuro definir su agenda temática y su cronograma de trabajo. Deberán definir, también, cómo hacer para alimentar un trabajo tan delicado y complejo de buenos insumos técnicos. Esto conduce directamente a un asunto, que tiene mucho que ver con la construcción del Uruguay del futuro, y que el parlamento, en esta comisión o en otra, tarde o temprano, deberá discutir a fondo. Me refiero a la cuestión de cómo modernizar sus sistemas de asesoría parlamentaria.
Esta nota es exclusiva para suscriptores.
Accedé ahora y sin límites a toda la información.
¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá