El gobernador de Texas, Greg Abbott

Mundo > Presión

El gobernador de Texas envía un centenar de migrantes a la residencia de la vicepresidenta demócrata

El republicano Gregory Abbott pone presión a la Casa Blanca y a la Corte Suprema de Justicia para que no ponga fin a la norma que impide a los migrantes ingresar a Estados Unidos para que sus autoridades evalúen si pueden permitirles radicarse en el país
Tiempo de lectura: -'
26 de diciembre de 2022 a las 13:53

En medio de una ola de frío polar, el gobernador Gregory Abbott, miembro del Tea Party, el ala ultraconservadora del Partido Republicano, envió más de un centenar de migrantes centroamericanos y mexicanos en autobuses a la residencia de la vicepresidenta demócrata Kamala Harris.

Abbott envió a familias, en su mayoría con niños, a la puerta de la residencia oficial de Harris en Washington. Abbott ya había hecho esto con miles de migrantes antes de las elecciones de medio término del 8 de noviembre con el propósito de robustecer el voto republicano. Ahora el motivo es presionar a que la Corte Suprema falle a favor del Título 42.

En su origen se trata de un párrafo “de redacción imprecisa” que permite a las autoridades sanitarias estadounidenses denegar la entrada de personas a los Estados Unidos “para evitar la propagación de enfermedades transmisibles”. El ex presidente Donald Trump se valió de esa enmienda para frenar a los migrantes y no darles la posibilidad de ser entrevistados por las autoridades de migración mientras esas personas residan en espacios públicos que los protejan de las condiciones ambientales y puedan alimentarse y asearse.

En la última semana hubo una escalada respecto de esta norma. La Casa Blanca pidió el 20 de diciembre a la Corte Suprema que rechace el pedido de un grupo de gobernadores republicanos que solicitó la extensión de ese controvertido Título 42, al tiempo que los demócratas quieren dejarlo de lado para darles chance a los que cruzan la frontera y quieren radicarse en suelo estadounidense.

El problema de Biden en su pedido al máximo tribunal de nueve miembros es que seis de ellos son conservadores. Incluso tres de ellos fueron puestos allí por Trump meses antes de dejar el poder.

El pedido de Biden es módico: que el tribunal espere unos días más a efectos de acondicionar espacios de acogida para los migrantes en medio de la ola de frío polar y las fiestas de Navidad y fin de año.

Las temperaturas en Texas por estos días están en -10C°. Las familias que están a la intemperie están en riesgo de vida. Muchos de ellos accedieron a albergues transitorios mientras que otros migrantes ni siquiera eso.

Las organizaciones humanitarias que asisten a los migrantes en la frontera coordinan con funcionarios de la Casa Blanca la atención de los desplazados ante la inacción del gobernador Abbott, que retomó la política de mandar inmigrantes a la capital. Allí, muchos de los enviados por el gobernador texano fueron alojados en una iglesia en el barrio del Capitolio, según la organización First Response (Primera Respuesta).

El gobernador de Texas, uno de los estados donde más afluencia de migrantes ilegales recibe, tiene la costumbre de fletar autobuses a Washington, Nueva York y Chicago, ciudades gobernadas por demócratas. La semana pasada fueron nueve los vehículos enviados por Abbott, con mayoría de ecuatorianos y colombianos según la citada ONG.

La situación se convierte en crítica con la ola polar. Solo en Nueva York, desde abril se estima en más de 21.000 la cantidad de migrantes enviados desde la frontera, muchos de los cuales están viviendo en las calles y sin papeles que los autoricen a estar en suelo estadounidense. Todos fueron enviados por los gobernadores republicanos de Florida, Texas y Arizona. Este último estado es el único que cambió de signo político dado que el republicano Douglas Anthony Ducey será reemplazado por la demócrata Katie Hobbs.

Mientras tanto, en los últimos meses, los alcaldes de Washington y Nueva York tratan de dar asistencia a esos miles de centro y sudamericanos que no tienen capacidad de comprar comida o de transportarse. Las autoridades los ficharon, con sus datos de origen y les dieron autorizaciones para desplazarse, buscaron albergues transitorios y comida.

No todas las iniciativas fueron humanitarias de acuerdo a las ONG que atienden temas de migración. Por ejemplo, en Nueva York, las autoridades habilitaron un campamento en la isla Randalls, al norte de Manhattan, con capacidad para mil personas, destinadas a hombres solos. Tras tenerlos en esas condiciones provisorias, los reubicaron en un viejo hotel reconvertido en el centro de Manhattan.

El modelo fue tomado de lo realizado con las personas que estaban en situación de calle durante la pandemia. El alcalde de Nueva York, Eric Adams, pide la colaboración de iglesias, templos y sinagogas para alojar a quienes quieren tramitar su derecho de asilo.

En medio de la ola polar, esto es crítico. Los problemas de salud y la desesperación de no saber qué será de su existencia, llevó a un migrante venezolano de 26 años a suicidarse en un albergue de Queens. El frío continúa y es difícil saber cuál será el fallo del máximo tribunal de Justicia de Estados Unidos.

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...