Es muy acertado el símil usado por la intendenta de Montevideo Ing. Carolina Cosse respecto a considerar “los espacios públicos como el living de la casa”. La intendenta hizo esa referencia cuando explicó las razones que han llevado a la comuna a retirar papeleras de las plazas públicas, lo que ha generado cierta controversia, sobre todo por la facilidad para que la gente pueda dejar desperdicios o basura de poco monta que genera con su actividad (algo de comida, restos de papel, un envase de un refresco, etc).
"Uno no pone el tarro de basura en el living de la casa. Los espacios públicos son el living de la casa", dijo la intendenta a Telemundo el martes pasado.
"Después de hacer una experiencia inicial tomamos las que eran micro plazas, espacios públicos muy pequeños que en realidad parecía un espacio público hecho para poner una papelera, entonces dijimos ‘vamos a sacar la papelera y vamos a que haya vegetación y demás’. Y eso en el marco de nuestra nueva estrategia de limpieza reforzando la atención en esos lugares", explicó.
Para la intendenta la evaluación que se está haciendo es buena aunque "requiere un esfuerzo para las personas", pero que "eso es construir cultura". "Cultura no solo es ir al teatro y saber de música, que es muy importante, cultura también es hacer un esfuerzo, quedarse con los residuos que uno genera cuando está paseando y ponerlos donde los tiene que poner".
Más allá de un sano debate, en el que algunos señalaron ejemplos de ciudades del primer mundo en los que sí hay papeleras en espacios públicos, cabe rescatar la idea de que los espacios públicos deben ser tratados como el living de la propia casa.
Pero no solo en cuanto a que haya o no haya papeleras. El espacio público debe cuidarse como el living de nuestras casas o como nuestras casas donde uno no tira desperdicios o basura pero tampoco lugares donde se pintan con impunidad total grafitis o se pegan avisos en lugares impropios o se encuentra materia fecal de animales que se sacan a pasear o se ve gente durmiendo a la intemperie o drogándose.
El enfoque del cuidado de los espacios públicos con la misma dedicación que si fuera la propia vivienda y, aún más, algo tan íntimo como el living de estar es muy apropiado. Y de seguirse en forma seria y cabal en todas sus manifestaciones sería muy beneficioso para la vida ciudadana. Pero ello, como decía la intendenta Cosse, requiere un cambio cultural. Y cambio cultural no solo para la gente que transita u ocupa los espacios públicos sino también para las autoridades municipales que deben velar por ellos y por su cuidado y mantención.
Como señalábamos más arriba, el tema de los espacios públicos no es solo un problema de basura o de papeleras. Es un tema de concepción ciudadana donde el respeto es fundamental. Respeto no solo a lugares, paseos y paredes sino respeto a sí mismo y a los demás. Porque quien cuida el living de su casa lo hace para sí, para su familia, para sus vecinos y para sus invitados.
De ahí que el buen aspecto de los espacios públicos no solo es responsabilidad de quien debe “hacer un esfuerzo, quedarse con los residuos que uno genera cuando está paseando y ponerlos donde los tiene que poner” sino también de muchas personas que no deben hacer en ese espacio lo que no harían en el living de su casa.
Y aquí es donde entra a jugar la responsabilidad de las autoridades municipales. Deben comprender también que los espacios públicos son “como el living de la casa” y actuar en consecuencia. No solo retirando las papeleras de las plazas sino protegiendo a los espacios públicos de muchas acciones que atentan contra su pulcritud y cuidado. Evitando la vandalización de los mismos, cuidando la limpieza y el orden.
Ello implica, por cierto, un replanteo del rol de las autoridades. Así como a muchos nos llamaba la atención ver el estado del IAVA, donde entre paredes pintadas y aulas en mal estado pocos dirían que es un buen lugar para la educación, lo mismo ocurre en la ciudades. Allí es preciso que el alcalde o el intendente asuma un rol de gestor eficaz. Y que, con sentido común y sentido práctico, aplique a la gestión urbana el concepto del ”living de la casa”. Un lugar agradable y acogedor. Ello implica centrar mucho la gestión en la limpieza, en el buen funcionamiento del transporte, en la iluminación adecuada (Montevideo es una ciudad muy oscura), en facilitar el tránsito de automóviles, en atender el problema de los abandonados.
Todo esto implica, también, reafirmar el rol del intendente y no verlo solo como un paso más, o el primero, del “cursus honorum” de la vida política. Hacer de nuestras ciudades, ya sea de las grandes capitales como de los pequeños pueblos un lugar agradable como el living de la casa es una tarea muy noble e importante. Tanto o quizá más que la de un presidente o primer ministro.
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