El presidente de Chile, Gabriel Boric, comenzó muy rápido el descenso al infierno, lo que se contrapone abiertamente con su vertiginoso ascenso en la política. El adalid de un proyecto político que generó demasiadas expectativas en sus votantes, pierde popularidad por las inconsistencias y desatinos de su administración, alimentando así un ambiente de desesperanza.
Esta nota es exclusiva para suscriptores.
Accedé ahora y sin límites a toda la información.
¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá