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El nuevo amor de la televisión es turco

Con rapidez y continuando una tendencia presente en Latinoamérica, las series producidas en Turquía se han vuelto las telenovelas predilectas de los uruguayos
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08 de agosto de 2015 a las 05:00

El Piñe y Claudia Fernández sonríen y hacen reír a sus invitados. El formato nuevo de Bendita TV les brindó un aire fresco a los conductores y al programa de archivo que va por su décima temporada. Pero hay una parte de la audiencia de canal 10 que domingo a domingo espera que la transmisión en vivo de Bendita TV termine en hora. No porque no disfruten del show uruguayo, sino porque probablemente esa semana, por algún motivo, se perdieron un capítulo de una de sus dos nuevas telenovelas predilectas: Las mil y una noches y ¿Qué culpa tiene Fatmagül?

Atento a esa necesidad, canal 10 emite todos los domingos a partir de la medianoche dos resúmenes que funcionan como repasos de los momentos más relevantes de ambas series, que entre semana se emiten de lunes a viernes. El formato de programa recopilatorio no es muy utilizado en la televisión nacional, pero la respuesta positiva que la audiencia ha dado a estos programas es el indicativo de una sola cosa: las telenovelas turcas llegaron para quedarse.

La particularidad de este fenómeno se refleja en la emisión de tres telenovelas en horario central de dos señales de aire uruguayas: canal 10 y canal 4. Pero la tendencia no es exclusiva de Uruguay. La telenovela es un género televisivo fuertemente asociado con su producción de origen latino, con países como México, Brasil, Colombia y Venezuela como sus principales creadores y con décadas de experiencia en el juego. Sin embargo, Turquía se alzó rápidamente como el nuevo y flamante jugador en el mercado televisivo de ficción en Latinoamérica, con sus programas dominando los ratings.


La cocina de la televisión

Detrás de las bambalinas de la pantalla chica hay un punto de encuentro crucial para sus trabajadores: las convenciones internacionales. Es allí donde los canales y los equipos de programación van a la búsqueda de la compra y venta de los próximos productos que harán que los espectadores detengan el zapping en su señal. En una de ellas se cocinó la tendencia que abrió el camino para que las ficciones de Turquía se propaguen por los televisores latinoamericanos, en lo que los integrantes de esta industria han bautizado como "la invasión turca".

De acuerdo al informe anual publicado por el Observatorio Iberoamericano de la Ficción Televisiva (Obitel), una organización que reúne diferentes análisis sobre los ámbitos de la producción y programación de ficción para televisión de América Latina, fue la señal chilena Mega la que decidió apostar primero a este producto exótico, puntualmente con la transmisión de Las mil y una noches. La estrategia empresarial, catalogada entonces como una locura, convirtió al canal en el de mayor audiencia de su país y posicionó a Chile como la puerta de entrada para otras series procedentes de Turquía.

De acuerdo al informe de Obitel, pese a que el país vivió en 2014 "una verdadera crisis" en su industria televisiva debido a la reducción de los auspiciantes, la señal Mega fue el único canal que obtuvo ganancias, al recurrir a Turquía como una fuente no tradicional de series de ficción románticas. En unos pocos meses, Las mil y una noches le aseguró al canal un liderazgo en audiencia y provocó que desde entonces hasta ahora se hayan emitido ocho telenovelas turcas en Chile: Las mil y una noches, ¿Qué culpa tiene Fatmagül?, Ezel, Sila, Amor prohibido, El sultán y Kuzey Güney y Tormenta de pasiones.

Además, el país se transformó en la plataforma principal de exportación de las ficciones turcas, al comercializarlas con doblajes chilenos para 12 países de Hispanoamérica.


Entretenimiento diferente

En Uruguay fue canal 10 el primero en apostar a Turquía. Las mil y unas noches tuvo su estreno en enero de 2015 y desde entonces su audiencia solo se ha acentuado. Los 22.310 usuarios que siguen la cuenta de Facebook "Las mil y una noches // Canal 10" son un mero indicador de su éxito. Tras la buena acogida de la telenovela, la señal redobló la apuesta. En marzo incorporó la serie Secretos, que ya no se emite, y en julio sumó ¿Qué culpa tiene Fatmagül? dentro de su programación diaria.

Canal 4 también se unió a la tendencia de las telenovelas turcas y hoy en su grilla se encuentra Ezel, estrenada en mayo y emitida de lunes a viernes. También se emite a la tarde En nombre del honor, aunque es de origen rumano. Pese a que canal 12 todavía se aferra a su estrecha relación con las telenovelas brasileñas, es probable que el furor logre que eventualmente dirija su mirada hacia el mercado eurasiático.

Según explican los autores del estudio de Obitel, hay dos motivos que hacen atractivas a las telenovelas turcas. En primer lugar, dada la oferta y acceso global a contenido audiovisual para televisión a través de diferentes plataformas, la audiencia latina "atiende más a la calidad del contenido y a las historias que se narran en dichos productos, independiente de dónde provengan".

En este sentido, las telenovelas turcas presentan un nivel de producción alto, con costos por cada hora de programación que llegan hasta los US$ 100 mil. Según el informe, el uso de exteriores y "la textura audiovisual que las empareja con las series brasileñas" hacen que estos contenidos audiovisuales se vean y suenen bien. El montaje y la posproducción de audio también son cuidados e incluso cada serie cuenta con una banda sonora compuesta especialmente.

Extrañamente, quien haya visto las diferentes promociones hechas por los actores protagonistas notará cierto envejecimiento en sus personas con relación a sus personajes. Es que, originalmente, muchas de las series que hoy se ven en la región fueron emitidas en su país de origen a mediados de la década de los 2000.

De hecho, en Turquía fueron emitidas en episodios de una hora y media, una vez a la semana y durante distintas temporadas. Para adaptarlo al mercado latinoamericano y su emisión diaria –más relacionada con el formato de telenovela–, en Chile los capítulos son reeditados, divididos e incluso algunas escenas son directamente eliminadas cuando no suman a la tensión que se debe generar entre capítulo y capítulo.


Una cultura ajena

Más allá de la calidad estética, fueron los contenidos de las series turcas los que hicieron que los canales uruguayos las consideraran un entretenimiento ideal para el horario central.

Para la gerenta de programación de canal 10, Patricia Daujotas, la señal se enfocó en "la calidad de la historia", antes que en su origen. "Tenés un disparador de un conflicto muy dificil de encontrar. Hay que tenerlo para tener una gran historia", explicó Daujotas al referirse a Las mil y una noches. Su premisa es parte de la madre de un niño enfermo con cáncer que acepta pasar una noche junto a su jefe, a cambio de una suma considerable de dinero que la ayudará con el tratamiento de su hijo.

El gerente de programación de canal 4, Carlos Novaro, tiene una opinión similar y resaltó al guion como el principal elemento seductor de las ficciones turcas. "Son historias de telenovelas que hemos visto. Son romances, pero más elaborados. Las historias, al ser productos de una sola emisión, apuntaron a una mejora de la escritura de los libretos. Tienen una elaboración mayor", indicó. Novaro agregó que, aunque estas ficciones se enmarcan en la sociedad turca, los elementos históricos y culturales son utilizados para apoyar el melodrama.

Para Obitel, las telenovelas turcas manejan un espacio cultural tradicional marcado por la religión y una noción de familia entendida como núcleo de amor e identidad, con una estructura patriarcal en la que la mujer es vista desde un rol maternal y como objeto de la violencia masculina.

Ese papel de la mujer ha resultado polémico para parte de las audiencias occidentales, ya más acostumbradas a personajes femeninos fuera de ese encasillado rol. En las telenovelas turcas la principal disputa es casi siempre el cuerpo de una mujer. Ya sea en Las mil y una noches o en ¿Qué culpa tiene Fatmagül?, las protagonistas sufren un acto de violencia de algún tipo que dispara la historia de serie. El protagonista masculino suele ser el culpable y debe pasar el resto de la telenovela expiando esa culpa y "replicando la estructura: violencia/desconfianza, enamoramiento, contrición, perdón/amor", en diferentes capítulos, explica el mencionado informe.

En estas telenovelas hay una representación más explícita del sexo y la violencia, un rasgo que contrasta con un tratamiento pausado, sentimental y recatado de los intérpretes, que realizan actuaciones pausadas. "En las (telenovelas) turcas nada se sobreexplica. Los personajes no necesitan repetir que se aman, se miran. Esto implica un ritmo narrativo más lento, pero que ha sido bien valorado por los espectadores", indican los investigadores de Obitel.

Sin embargo, el éxito no ha evitado que las ficciones tengan sus detractores. En enero, con el estreno de Las mil y una noches, la comunidad armenia en Uruguay y Argentina juntó firmas a través de la plataforma Change.org, para hacérselas llegar a los gerentes de programación de canal 10 y canal 13 argentino. En la carta condenaban la emisión del programa, al cual catalogaban de una "acción de lobby del gobierno turco, para empañar la conmemoración por los 100 años del genocidio armenio".

Y si bien las telenovelas turcas hablan de una cultura musulmana, en el estudio de Obitel se cree que las tensiones del melodrama turco "sintonizan con los problemas que la telenovela latinoamericana ha recuperado".

Por su parte, Daujotas entiende que los conflictos narrativos y culturales de las novelas turcas son diferentes a los que se han visto en la televisión uruguaya y eso es lo que mantiene a la audiencia cautivada. "Una cultura ajena genera curiosidades. Es un elemento adicional que favorece a la historia", dijo.

Por su parte, Novaro, de canal 4, lo calificó de una moda que está viviendo su cúspide. Aunque dijo desconocer hasta cuándo durará, aventuró que esto es solo el principio de la invasión turca en la televisión uruguaya.


En el aire

Las mil y una noches. Sherezade es una arquitecta viuda que acepta pasar una noche romántica con su jefe, Onur, por dinero para poder pagar el tratamiento de su hijo con leucemia. De lunes a viernes, a la hora 22.30, en canal 10.


¿Qué culpa tiene Fatmagül?
Una chica es violada por un grupo de jóvenes. Para tapar el crimen, las familias se ponen de acuerdo en casarla con uno de los cuatro agresores. De lunes a viernes, a la hora 21.45, en canal 10.

Ezel
. Un hombre traicionado por sus amigos y por la mujer que amaba regresa años más tarde tras salir de cárcel con otra identidad para cobrar venganza. De lunes a jueves, a la hora 20.30, en canal 4.

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