El Partido Laborista suspendió a la primera diputada negra por comentarios sobre el racismo

Esta vez, el escándalo estalló cuando la diputada Dianne Abbot, la primera legisladora negra en la historia del Reino Unido, afirmó que los judíos y otras minorías enfrentan “prejuicios”, pero que “racismo” es el que sufren las personas negras.

La afirmación de Abbot fue inmediatamente reflejada por la prensa local, que evocó otro caso similar. El de Jeremy Corbyn, el ex número uno del Partido Laborista, suspendido en octubre de 2020 tras comprobarse que existió acoso y discriminación antisemita durante su liderazgo en base a una investigación de la Comisión de Igualdad y Derechos Humanos, que tomó en cuenta, entre otras cosas, declaraciones del ex líder de la oposición.

La situación obligó en esa oportunidad a Starmer, su sucesor, a afirman que se trataba de un "día vergonzoso" para el Partido Laborista. Ahora, el líder del espacio decidió tomar el mismo camino y suspender a Abbot ante una carta de la diputada enviada al medio británico The Observer en respuesta a un artículo publicado la semana pasada titulado: “El racismo en Gran Bretaña no es un problema en blanco y negro. Es mucho más complicado".

La nota refería a un importante estudio académico que echaba luz sobre el gran número de irlandeses, judíos, gitanos y romaníes que habían informado que sufrían racismo en el Reino Unido. Según la Encuesta Nacional de Evidencia para la Igualdad (Evens, por sus siglas en inglés), los dos grupos que tenían más probabilidades de afirmar que habían experimentado abuso racista eran las comunidades gitana, romaní y nómada, y los judíos.

Considerado el informe más completo sobre desigualdad racial en el Reino Unido en más de 25 años, la encuesta encontró que más del 60% de los gitanos y romaníes, y más del 55% de los judíos, informaron haber sufrido un ataque racista. En su carta, Abbott sostenía que los irlandeses, los judíos y los nómadas “indudablemente experimentan prejuicios”, al tiempo que agregó que “esto es similar al racismo y las dos palabras se usan a menudo como si fueran intercambiables”.

“Es cierto que muchos tipos de personas blancas con puntos de diferencia, como los pelirrojos, pueden experimentar prejuicios. Pero no están sujetos toda su vida al racismo”, continuó la diputada ahora suspendida. Abbott comparó su situación con la de otros, diciendo que los irlandeses, los judíos y los viajeros no estaban obligados en Estados Unidos antes de los derechos civiles a sentarse en la parte trasera de los autobuses, ni traficados y esposados en barcos de esclavos. Agregó, además, que conservaron la capacidad de votar en el apartheid de Sudáfrica.

Sus comentarios fueron rápidamente condenados por dirigentes conservadores y grupos religiosos. El tema del antisemitismo es altamente sensible dentro del Partido Laborista, que ha sido sacudido en los últimos años por repetidos incidentes, además del resonante caso de Corbyn.

La carta de Abbot disparó el pedido para que Starmer interviniera. Uno de ellos provino de Grant Shapps, ministro de Energía y diputado conservador judío, quien preguntó al líder laborista si “haría algo” con Abbot. "El Partido Laborista condena totalmente estos comentarios, que son profundamente ofensivos y equivocados", declaró un vocero de la formación, al anunciar la suspensión de Abbott, mientras se realiza una investigación.

Ante las fuertes reacciones que desencadenaron la publicación de su carta, Abbott se disculpó vía Twitter: "Deseo retirar mis comentarios por completo y sin reservas y desvincularme de ellos". La legisladora agregó: "Quiero disculparme por toda la angustia causada. El racismo toma muchas formas y es absolutamente innegable que el pueblo judío ha sufrido sus monstruosos efectos, así como irlandeses, gitanos y muchos otros".

Ellos también son "indudablemente víctimas de prejuicios", añadió. Por lo pronto, y cuando el escandalo parece no haber llegado a su final, la principal organización judía del Reino Unido, la Junta de Diputados de los Judíos Británicos, afirmó que los comentarios originales de Abbott eran "vergonzosos" y su disculpa "poco convincente".