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El Pentágono solicitó para 2024 un presupuesto de US$ 886 mil millones, el más alto desde la Segunda Guerra Mundial

Si, como es probable, se agregan paquetes de ayuda militar de emergencia para Ucrania, más los miles de millones de dólares complementarios que el Congreso podría autorizar, el gasto total para la defensa nacional podría ascender hasta US$ 950 mil millones para el año fiscal 2024
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11 de marzo de 2023 a las 05:03

El Pentágono dio a conocer su solicitud de presupuesto para el año fiscal 2024. La cifra es de US$ 842 mil millones, lo que significa un aumento de US$ 69 mil millones más que los US$ 773 mil millones que el departamento solicitó para el año fiscal 2023.

Pero el gasto total en defensa nacional, incluyendo lo asignado para armas nucleares en el Departamento de Energía, asciende a US$ 886 mil millones. Si, como es probable, se agregan paquetes de ayuda militar de emergencia para Ucrania, más las posibles decenas de miles de millones de dólares complementarios que el Congreso podría autorizar, el gasto total para la defensa nacional podría ascender hasta US$ 950 mil millones para el año fiscal 2024.

El resultado podría ser el más alto presupuesto militar desde la Segunda Guerra Mundial, mucho más alto que en los picos de las Guerras de Corea o Vietnam o el apogeo de la Guerra Fría, indica William Hartung, investigador del World Policy Institute y columnista especializado en defensa para varios medios norteamericanos.

Más de la mitad del nuevo presupuesto del Pentágono se destinará a contratistas, y la mayor parte se destinará a los cinco más importantes (Lockheed Martin, Boeing, Raytheon, General Dynamics y Northrop Grumman) para construir desde obuses y tanques a misiles balísticos intercontinentales. Gran parte de la financiación para los contratistas provendrá del gasto en la compra, investigación y desarrollo de armas, lo que representa US$ 315 mil millones de la nueva solicitud de presupuesto.

El Congreso probablemente agregará una cantidad sustancial a la solicitud del Pentágono, en gran parte para sistemas e instalaciones ubicados en los estados de aliados clave.

Hartung sostiene que, desafortunadamente, en los últimos años, la Cámara y el Senado aceleraron la práctica de aumentar la solicitud de presupuesto del Pentágono, agregando US$ 25 mil millones en el año fiscal 2022 y US$ 45 mil millones en el año fiscal 2023. Dada las prevenciones contra la amenaza China y la guerra en curso en Ucrania, existe el peligro de que los US$ 45 mil millones agregados para el año fiscal 2023 puedan ser el piso para lo que el Congreso podría agregar en el curso del debate presupuestario de este año.

Las excepciones a las urgencias por derramar enormes cantidades de dinero en el Pentágono provienen, paradójicamente, de extremos opuestos del arco político. Los representantes Barbara Lee (Demócrata por California) y Mark Pocan (Demócrata por Wisconsin) presentaron la ley “People Over Pentagon”, que exige un recorte anual de US$ 100 mil millones en el presupuesto del Departamento de Defensa.

Por su parte, un grupo de legisladores conservadores republicanos pidió que se congelara el presupuesto discrecional en los niveles del año fiscal 2022, con diferentes matices sobre la forma en que debería encararse ese congelamiento de gastos.

El presidente Dwight D. Eisenhower creía que el país debería gastar todo lo necesario para la defensa nacional y ni un centavo más. Pero el nuevo lema del Pentágono y el Congreso parece ser “gastar ahora y hacer preguntas después”. En lugar de equiparar la financiación con una estrategia de seguridad nacional viable, el Pentágono y el Congreso están presionando para que el “mercado político” soporte cualquier nivel de pedidos.

La noción de que se deben hacer concesiones frente a otras prioridades nacionales urgentes es un concepto extraño para la mayoría de los miembros de la Cámara y el Senado, ya que rutinariamente elevaron el presupuesto del Pentágono a expensas de otras necesidades urgentes.

Para Hartung, una estrategia abierta que busca desarrollar capacidades para ganar una guerra con Rusia o China, librar guerras regionales contra Irán o Corea del Norte y sostener una guerra global contra el terrorismo que incluya operaciones en al menos 85 países es una receta para un conflicto sin fin.

Según varios analistas podría garantizarse la seguridad de los Estados Unidos y sus aliados por mucho menos dinero si se adopta una estrategia más realista y restringida y se impulsa una negociación más dura con los contratistas de armas que con demasiada frecuencia se involucran en aumentos de precios y sobrecostos, al tiempo que ofrecen sistemas que no son apropiados para abordar las mayores amenazas a la seguridad nacional.

La Oficina de Presupuesto del Congreso elaboró tres opciones ilustrativas que podrían garantizar la seguridad gastando US$ 1 mil millones menos durante la próxima década. Una estrategia que incorpore aspectos de estos planes y agilice el presupuesto del Pentágono en otras áreas podría sostenerse en aproximadamente US$ 150 mil millones por año menos que los niveles actuales.

Un nuevo enfoque adoptaría una visión más objetiva y basada en evidencia de los desafíos militares que plantean Rusia y China, confiaría más en los aliados para brindar seguridad en sus propias regiones, reduciría la huella militar global de los Estados Unidos y reduciría el plan de US$ 2 mil millones del Pentágono, precisa Hartung.

Construir una nueva generación de armas nucleares, reducir las prácticas de gastos derrochadores y ralentizar o reemplazar el gasto en sistemas obsoletos o que no funcionan como el avión F-35 y un nuevo portaaviones de US$ 13 mil millones podría ahorrar miles de millones más. Y reducir el gasto en más de medio millón de contratistas privados empleados por el Pentágono podría ahorrar cientos de miles de millones durante la próxima década.

El Pentágono no necesita más gastos, afirma Hartung. Necesita más disciplina de gastos, ligada a una estrategia realista que establezca prioridades claras y reconozca que algunos de los mayores riesgos que se enfrentan no son de naturaleza militar. El anuncio del nuevo presupuesto es el puntapié inicial en el debate de este año sobre los gastos para la defensa.

Si las voces críticas de un gasto militar fuera de control no pueden imponer sus posiciones, la amenaza latente de superar el billón de dólares puede hacerse realidad a un costo enorme para los contribuyentes.  

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