Al comienzo de abril el cartel que maneja el precio del petróleo, anunció una abrupta reducción de la producción de 1,16 millones de barriles por día para levantar el precio del crudo.
La movida, liderada por Arabia Saudí tenía por objetivo primario generar una suba fuerte del precio del crudo. Los objetivos colaterales pero evidentes eran ayudar a Rusia a solventar su invasión a Ucrania con su facturación por exportaciones petroleras y torpedear al gobierno de Joe Biden fogoneando la inflación estadounidense, frenando la actividad económica y así ayudar a la oposición pro petróleo de Donald Trump.
Previsiblemente la reacción inicial fue de un salto violento de los precios. Los mercados contaban con que habría una oferta mayor y por lo tanto el barril que venía debajo de los US$ 80 saltó a US$ 88, y varias empresas de análisis del mercado pronosticaban su llegada a los US$ 100.
Sin embargo este mes de abril cierra con el petróleo donde había partido por debajo de los US$ 80. La baja de la producción solo significó que -afortunadamente- en el planeta se quema 1,16 millones de barriles de petróleo cada día sin que el precio -pasada la sorpresa inicial- se altere.
Desde fines de los años 60 se ha hablado del “pico del petróleo” un momento en que la producción empezaría a bajar porque se agotarían las reservas. La predicción no se cumplió. Las reservas eran mayores a las que se imaginaba y nuevos métodos de extracción como el fracking habilitaron una oferta que no se preveía.
Es esperanzador que el pico del petróleo se esté -tal vez- logrando por una reducción de la demanda. Finalmente el conjunto de estrategias para dejar de tirar humo a la atmósfera parece empezar a mostrar resultados visibles.
Lo que es más importante, es posible que el crecimiento de la economía mundial en el futuro se desacople del uso de las energías fósiles. Hasta ahora cuando se lograba un crecimiento fuerte de la economía inevitablemente se lo hacía aumentando las emisiones de co2, metano y otros gases calentantes. La energía eléctrica, la industria, la construcción todo crecía consumiendo más combustible. A partir de ahora crecer seguirá implicando consumir más energía probablemente, pero no necesariamente la energía fósil que además de contaminar y provocar el calentamiento que empieza a agobiar, va a cuanta dictadura militarista y retrógrada hay en el mundo.
Las energías renovables para generación eléctrica, en las que Uruguay es vanguardia, vienen creciendo a toda velocidad y de acuerdo a la Agencia Internacional de Energía pasarán a ser la mayoría de la energía eléctrica a comienzos de 2025. Y aunque China es actualmente el país que más gases de efecto invernadero emite, es también el país que lidera en inversión e implementación de estas tecnologías. El reporte Renovables 2022 de la Agencia Internacional de Energía1 indica que es ese país junto a la Unión Europea y EEUU quienes lideran la reconversión.
La venta de automóviles, triciclos y bicicletas eléctricas se dispara en todas partes, con el liderazgo de China e India.
Muchas veces se supone en Uruguay que a China el tema cambio climático no le interesa mayormente. Todo lo contrario. Atravesaron la peor ola de calor de la historia el año pasado y están atravesando otra inédita desde el 20 de abril. El consumo de nafta y gasoil para el transporte cae en picada. En febrero la venta de nafta y gasoil de China fue en volumen 20% menor a la de febrero de 2022. Y en 2023 ya no había restricciones por Covid. Con el liderazgo de BYD pero muchas otras marcas creciendo a toda velocidad la venta de autos eléctricos en el país asiático se ha disparado aún con una baja en los subsidios. La demora en cargar la han resuelto con estaciones donde se da el servicio de cambiar la batería con poca carga por una de carga completa. El crecimiento de las ventas no se ha detenido aunque el gobierno quitó los subsidios al final de 2022 y los costos de fabricación de los automóviles baja tan velozmente que el segundo auto más vendido de China, el Wuling Mini vale solo US$ 5.000.
Los chinos tienen dos razones urgentes para despedirse lo antes posible del petróleo: si se siguen derritiendo los hielos del Himalaya peligra el abastecimiento de agua crucial para el país especialmente para su agricultura. Por otra parte depender energéticamente de barcos cargados de petróleo es una debilidad geopolítica que los hace vulnerables en caso de invadir Taiwan.
Las energías renovables avanzan además por la razón del artillero: moverse en un auto eléctrico o generar energía eléctrica con el viento y el sol ya es más barato que hacerlo con las anteriormente hegemónicas fuentes fósiles.
Todavía es temprano para asegurarlo, el optimismo debe ser moderado. El clima es un caos ya instalado que nos hará tomar agua salobre en Montevideo y que puede llevar al racionamiento del agua en Barcelona, entre tantas otras consecuencias distópicas.
Pero tal vez 2023 quede en la historia como el año en el que la demanda por petróleo empezó a caer inexorablemente. Tal vez el precio del petróleo sigue sin reaccionar a los arbitrarios recortes de la OPEP+. Tal vez los autoritarismos que en tantos lugares se financian con petrodólares empiezan a declinar como el combustible que les da sustento.
Sí, las baterías agotadas -como las pilas- son también un problema ambiental, y fabricar automóviles sigue dando impulso a la minería que también genera sus problemas. Pero el desafío más urgente es frenar el calentamiento. Es cierto, el declive del petróleo no frenará el cambio climático de un día para el otro. Pero la suma de eólica, solar, hidrógeno verde y también la otrora denostada energía nuclear, generan un cambio positivo. Y tal vez en un futuro no tan distante la fusión nuclear aseguran energía barata, limpia, que cada país puede generar. Un mundo verde, libre y en paz, hoy se ve como casi imposible. Pero un haz de luz parece vislumbrarse a cada nueva baja del precio del crudo. En la estabilidad del precio del combustible de Uruguay este mes hay más motivos para alegrarse.
1El reporte de la Agencia Internacional de Energía puede encontrarse en www.iea.org/reports/renewables-2022.
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