El presidente electo de Colombia designó a un defensor de DDHH como comisionado para la paz

Rueda fue director de la ONG Comisión Intereclesial de Justicia y Paz (CIJP), una organización que expone casos de violaciones a los derechos humanos cometidos en las regiones colombianas en conflicto. “Danilo Rueda será nuestro Comisionado para la Paz. Una potencia mundial para la Vida significa construir la paz”, escribió Petro en su cuenta de Twitter.

Aunque conocido desde finales de los años noventa entre las comunidades que sufren la violencia, Rueda saltó a los titulares en abril pasado, cuando protagonizó uno de los momentos más difíciles de la campaña electoral de Petro. Fue cuando visitó, junto a Juan Fernando Petro, el hermano del mandatario electo, la cárcel de La Picota.

Allí se reunieron con algunos sentenciados por casos de corrupción y paramilitarismo. Rueda explicó que las reuniones son parte de su trabajo: “Desarrollamos una dinámica de conversaciones extrajudiciales con diversos actores que han tenido responsabilidad en la violencia para generar una confianza que pretende construir el escenario de la verdad”, explicó.

A Rueda le tocará recuperar el diálogo con el ELN, cortado en 2019 por el gobierno de Iván Duque, y avanzar en la pretensión de Petro de buscar entendimientos con otros grupos ilegales, entre ellos el poderoso Clan del Golfo. Para algunos analistas locales, con la designación, el presidente electo reitera su compromiso con su propuesta de alcanzar una “paz total”.

La iniciativa, según explicó el propio Petro, pretende incluir a todos los actores del conflicto y renovar la importancia de un cargo que durante los últimos cuatro años tuvo poco protagonismo durante la gestión de Juan Camilo Restrepo, el comisionado de Duque, un crítico con el Acuerdo de Paz firmado por el Estado las ex FARC.

Rueda es un profundo conocedor de la problemática. Desde la ONG que dirige ha intervenido en los procesos de desmovilización de las organizaciones paramilitares y guerrilleras, un trabajo que le ha valido amenazas y persecuciones. Su designación ha sido saludada, por ejemplo, por la Misión de Apoyo de la OEA para el Proceso de Paz.

La representación diplomática ha valorado su “amplia trayectoria en la construcción de paz territorial y la defensa de los derechos humanos”, como “clave para el camino que Colombia empieza a recorrer con el nuevo Gobierno”, señaló la misión de la OEA. Un apoyo importante. Rueda será la cabeza de una entidad cuya misión conoce muy bien.

El nuevo comisionado estuvo cerca al proceso de paz que se lanzó en La Habana, iniciativa que permitió el desarme de las FARC, pero también lideró misiones humanitarias para escuchar las condiciones en las que se están detenidos jefes paramilitares extraditados en Estados Unidos.

Según los análisis que publican los medios locales, el nombramiento es un nuevo golpe al uribismo, lo mismo que la designación de Iván Velásquez como ministro de Defensa. Dos dirigentes comprometidos con los derechos humanos y el proceso de paz, lo que previsiblemente ha disparado las críticas de la derecha, que se opone a cualquier posibilidad de diálogo con los grupos armados.