El referéndum es una herramienta de democracia directa. El “pueblo” es convocado a votar –en este caso- sobre una ley. Nuestra democracia funciona normalmente como un sistema representativo: los ciudadanos votan representantes para que sean estos los que gobiernen, para que legislen y tomen decisiones. El sistema representativo se fundamenta en que no todo el “pueblo” tiene los conocimientos o el tiempo necesarios para tomar las muchas y muy variadas decisiones que implica gobernar. Por ello, los mecanismos de democracia directa están pensados para situaciones excepcionales. Uno de los principales argumentos que se han manejado para promover el referéndum contra la LUC, es que los legisladores no pudieron analizar debidamente el proyecto. ¿Pueden hacerlo los ciudadanos que no tienen esa función, que tampoco tienen los medios y el asesoramiento técnico para ello? ¿Tienen los elementos para decidir temas de inteligencia estratégica del Estado, seguridad social, empresas públicas, etc, etc.?
Esta nota es exclusiva para suscriptores.
Accedé ahora y sin límites a toda la información.
¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá