Los tradicionales supermercados de barrio siguen vigentes en Uruguay y, según contaron comerciantes del sector consultados por Café & Negocios, sigue siendo un negocio rentable, aunque reconocen que el rubro exige una actualización constante para poder competir.
ID Retail utilizó el criterio de la cantidad de cajas para diferenciar los negocios. Los que tienen hasta tres cajas son autoservicios, y los que tienen más de tres son supermercados de barrio.
Según el censo, la mayoría de los pequeños supermercados suelen ubicarse en la periferia de Montevideo, en barrios como el Cerro, La Teja, la Unión y Villa Española. Lo mismo ocurre con los autoservicios, aunque estos también están presentes en barrios más pudientes como Buceo, Malvín, Punta Carretas, Prado y Carrasco.
Por su parte, el jefe de Comunicacion y Marketing del Centro de Almaceneros Minoritas, Baristas y Autoservicistas del Uruguay (Cambadu), Claudio Williman, informó a C&N que dentro de los supermercados de barrio y autoservicios (viejos almacenes reconvertidos) hay un rango de facturación muy amplio que “va de los $ 2.000 de caja (por día), hasta los $ 200.000”.
Un sacrificio diario
Antonio Ameijenda es dueño de RedMarket Nº 1, un supermercado ubicado en el barrio Colón, que es propiedad de su familia desde hace 30 años. Allí trabaja junto a integrantes de su familia, a los que se suman algunos empleados.
Según Ameijenda, tener un supermercado sigue siendo un negocio rentable pero aclaró que hay que estar transformándose en forma permanente. “Evolucionamos del pequeño almacén a un supermercado de mediada categoría (de 300 metros cuadrados) donde tenemos todos los servicios: Redpagos, puesto de verduras, carnicería, retiros de RedBrou, se aceptan las tarjetas del Mides y hasta tenemos nuestra propia tarjeta de puntos con la que se pueden juntar ‘markitos’”, comentó.
Ameijenda consideró que se brinda al “público la posibilidad de tener un pequeño supermercado de cadena frente a su casa”, con una “atención más personalizada”, algo que las grandes cadenas no pueden hacer por el público masivo que reciben.
Lo mismo opina Claudio Ramírez, propietario de los autoservicios Super Cindy. Uno está ubicado en la calle Bolivia (Carrasco) y otro en Barreiro y Achiras (Pocitos). Ramírez trabajó más de una década en la distribución de productos a los supermercados, y hace unos cinco años decidió poner un autoservicio en Carrasco y hace unos tres meses se animó a abrir otro más pequeño en Pocitos.
Apuntó que es un negocio que exige mucha dedicación a sus dueños. El propietario, precisó, llega a estar entre 12 y 14 horas trabajando y con la responsabilidad de estar en todos los detalles. “Atender al público, estar viendo qué hay que comprar, ir al banco, levantar mercadería de los proveedores. Estamos abiertos de domingo a domingo y es un trabajo muy sacrificado”, aseguró.
Ambos comerciantes coinciden en que el éxito del negocio depende de estar todo el tiempo pendiente y buscando la manera de mantener controlados los costos, para no trasladarlos al precio, dado que uno de los diferenciales de los comercios de barrio es vender más barato.
Grupos de compra
Para lograr el objetivo de precios baratos es que los dueños de supermercados de barrio y autoservicios conforman “grupos de compra”, para negociar mejores precios con los proveedores.
Williman, de Cambadu, explicó que se trata de una negociación “en bloque” que busca “descuentos y promociones especiales para mejorar los márgenes de ganancia”. Según Cambadu, en Uruguay existen entre 15 y 20 grupos de compra.
Ameijenda, del RedMarket Nº 1 de Colón, pertenece al grupo compra que lleva el mismo nombre del supermercado.
De hecho, los 12 locales que integran la red de compra llevan el mismo nombre y conforman una pequeña cadena de supermercados de barrio que funciona bajo la misma marca, pero con distintos dueños. El comerciante explicó que la ventaja de pertenecer a un grupo de compras es que permite obtener mejores precios y así ofrecer “más variedad de productos” considerando las necesidades de cada barrio.
Por su parte, Ramírez de los autoservicios Carrasco y Pocitos, forma parte de la red de compras Maxicompras. “(Pertenecer a un grupo) hace que los distribuidores te respeten de otra forma y busquen darte ofertas para poder competir con las cadenas”, dijo. Pero igualmente “hay que pelearla en el día a día”, reconoció.
Temas pendientes
Los comerciantes reconocen que tienen algunos problemas pendientes. Ramírez de Super Cyndi señaló las dificultades que encuentran para encontrar personal calificado y cumplidor. “La mentalidad ya no es ir (a trabajar) y rendir”, lo que hace que la rotación de personal sea muy alta.
Otra cuestión es la seguridad. La mayoría suele contratar guardias privados, un servicio que cada vez se vuelve más costoso debido a la imposibilidad de contratar un guardia 222. “Es un costo alto que muchas veces baja nuestra rentabilidad”, dijo Ramírez.
El empresario comentó que el objetivo de su grupo de compra debe ser imitar el modelo de Multi Ahorro que comenzó con seis locales independientes que decidieron unirse bajo la misma marca y hoy son una de las principales cadenas.
En tanto, Ameijenda, de Colón, advirtió que el desafío de los supermercados barriales es sumar servicios y ofrecer productos de calidad, teniendo en cuenta que su diferencial es la cercanía territorial pero también “afectiva”. “Lo dice nuestro eslogan: ‘El súper del barrio comprometido con la gente’”, finalizó.
Y para muestra basta un botón. Ameijenda contó que días atrás el cajero automático de su comercio se “comió” la plata de algunos clientes, ante lo que él mismo respondió poniendo $ 3.000 de su propio bolsillo para solucionar el problema y luego fue él a reclamar al banco. “Yo tengo que resolverle el problema al cliente. La gente valora mucho eso”, aseguró.
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Grandes cadenas se focalizan en el interior
Una ley limita apertura y ampliaciones de grandes superficies
Al igual que en otros países, Uruguay tiene desde 1999 una ley (la 17.188) que exige a los grandes supermercados pedir permiso para poder abrir una nueva sucursal o para poder ampliar un local ya existente.
La ley crea una comisión que tiene cuatro integrantes: uno del Poder Ejecutivo, otro de la intendencia del departamento en cuestión, un representante de los consumidores y otro de los almacenes. Cualquier supermercado de más de 300 metros cuadrados que quiera instalarse o ampliar un local debe pedir autorización a esta comisión.
Esta limitación ha hecho que, en los últimos años, las grandes cadenas de supermercados empiecen a mirar con interés el interior del país, donde la necesidades de contar con nuevos puntos de ventas es mayor, lo que hace que obtener la aprobación de la comisión sea más viable.
El director de ID Retail, Gustavo Rodríguez, dijo a Café & Negocios que “ha habido un descenso significativo de apertura de supermercados de grandes superficies”.
Advirtió que “fundamentalmente el crecimiento de las grandes cadenas ha pasado por la compra de pequeños supermercados y autoservicios de barrio”, dado que debido a la reglamentación están “obligados a comprar los locales que ya existen por no poder abrir nuevos emprendimientos”.
En este sentido, señaló que las aperturas en Montevideo “fueron muy pocas” debido que las grandes cadenas se han concentrado en hacer aperturas en el interior. Según Rodríguez, este es el caso Tata, Multi Ahorro, Grupo Disco y El Dorado.