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El último rinoceronte blanco del norte macho se está muriendo
El último rinoceronte blanco del norte macho está muriendo.
La muerte de Sudán significará que solo sobrevivirán dos hembras de su subespecie y todas las esperanzas estarán puestas en los investigadores que intentan utilizar las técnicas de fertilización en vitro para evitar que el rinoceronte blanco del norte se extinga por completo.
A finales de 2017, el anciano rinoceronte de 45 años, que vive con las dos hembras en la Conservación Ol Pejeta en Kenia, desarrolló una infección en la pierna derecha.
"Recientemente, se descubrió una infección secundaria y mucho más profunda debajo de la inicial", explicó Ol Pejeta, en un comunicado. "Esto ha sido tratado, pero preocupantemente, la infección tarda más tiempo en recuperarse, a pesar de los mejores esfuerzos de su equipo de veterinarios que le brindan atención las 24 horas, con todo lo que se puede hacer para ayudarlo a recuperar su salud".
Existe la preocupación muy real de que, debido a su vejez, esta infección podría matarlo. Si eso sucede, entonces la subespecie se deslizará cada vez más cerca de la extinción.
Los tres rinocerontes restantes que viven en la conservación fueron trasladados allí desde un zoológico en la República Checa, en un intento por alentarlos a salvar la subespecie. Pero no se ha logrado ninguna cría hasta ahora, informó el sitio IFLS.
Cuando Sudán fue capturado de las selvas del Parque Nacional Shambe en lo que hoy es Sudán del Sur en 1973, se pensó que había al menos 500 rinocerontes blancos del norte en estado salvaje.
En el transcurso de la vida de Sudán, la caza furtiva tuvo un alto costo. Los últimos rinocerontes blancos salvajes del norte que viven en el Parque Nacional Garamba, República Democrática del Congo, fueron vistos por última vez en 2006, dejando solo un puñado de individuos cautivos que representan a toda la subespecie. Ahora solo quedan tres, todos bajo vigilancia armada las 24 horas.
"Estamos muy preocupados por él, es extremadamente viejo para un rinoceronte y no queremos que sufra innecesariamente", escribe Ol Pejeta.
