La crisis inaudita que está provocando la pandemia de la covid-19 ha corrido el velo a problemas previamente existentes, que habían quedado ocultos en la sociedad por un largo período de relativa calma en el funcionamiento de la actividad de la economía formal. Superado el trauma de la crisis de 2002, no hubo buen oído para auscultar los ruidos patológicos de la economía informal que hoy le estalla en la cara al país.
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