Las cifras de ProWein anticipan tres jornadas maratónicas. Desde el 17 al 19 de marzo, en la ciudad alemana de Düsseldorf, un hormiguero de gente (el año pasado fueron más de 60 mil visitantes) se distribuye en los diferentes pabellones con un objetivo claro y único: hacer negocios. ProWein es –así lo llaman los especialistas en la materia– el mundial del vino. Aunque, claro, no hay un único campeón. Pero los expositores, casi 7.000 de 60 países distintos, deben llegar en buena forma.
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