Economía y Empresas > REGULACIÓN

Empresas en quiebra carecen de incentivos para vender en bloque

Desde fines de 2008 se solicitaron 383 concursos y solo en cuatro tuvo éxito esta vía
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13 de marzo de 2016 a las 05:00
La posibilidad de realizar la venta en bloque de una empresa que se hubiera declarado insolvente y hubiera solicitado concurso fue una de las modificaciones que introdujo la ley de 2008 que hizo salir de escena a la figura del concordato e introdujo la del concurso. Este cambio –el régimen anterior no permitía esta operación– fue en su momento subrayado como uno de los puntos fuertes de la nueva ley.
Sin embargo, en poco más de siete años son muy escasos los ejemplos de empresas que, habiendo solicitado concurso, terminaron vendiéndose en bloque.

Desde el 3 de noviembre de 2008 –cuando entró en vigencia la ley Nº 18.387 de Declaración judicial del concurso y reorganización empresarial– se presentaron 383 concursos. De esa cantidad, solamente siete intentaron venderse en bloque. Tres fracasaron (su destino fue entonces la liquidación en partes) y cuatro sí lograron colocarse como una unidad. Esta suerte corrieron la red de farmacias Farmacia Calveira, el cementerio Los Fresnos de Carrasco, un edificio de apartamentos en Maldonado y, más recientemente, la pesquera Fripur.

Según el responsable de Servicios Jurídicos de la Liga de Defensa Comercial (Lideco), Fernando Cabrera, pese a que la venta en bloque era "el gran gancho que tenía esta reforma concursal", hay "defectos de regulación" en la ley que no hacen atractiva una operación de este tipo.
De hecho, Lideco presentó hace tres años un proyecto de ley para "solucionar" esto, indicó Cabrera.
De acuerdo al experto, este mecanismo fue poco utilizado por dos motivos principales: no cualquier empresa puede ser vendida en bloque y existen problemas interpretativos en la norma vigente.

Por qué hay pocos casos

Por su parte, uno de los redactores de la ley, Ricardo Olivera García, sostuvo que la idea de vender la empresa en bloque es "muy buena" y que "una estructura organizada de bienes operando tiene mayor valor que los bienes que individualmente la componen".

¿Por qué hay pocos ejemplos de este tipo de operaciones? A su criterio, el primer "gran problema" es que los procedimientos concursales en el país "no están funcionando de acuerdo con la forma en que la ley previó que debían funcionar". En este sentido, criticó que los procesos "se alargan" y se extienden en la mayoría de los casos "por plazos absolutamente desmedidos".
Olivera García indicó que esta dilación tiene como principal efecto la "destrucción de valor" en la empresa. "Muchas veces las empresas no se terminan vendiendo en bloque porque en el proceso desde que se pidió el concurso hasta que la venta se realiza es mucho lo que la empresa ha perdido", dijo.
El otro obstáculo, sostuvo el abogado, es que el inicio del concurso sigue demorándose. Según él, "los acreedores no piden los concursos, generalmente son pedidos por el deudor, los jueces de concurso muchas veces no estimulan el concurso. Todo lo contrario, tratan de disuadirlo".

Asimismo, también apuntó al "tema laboral", dado que en ocasiones quien compra la firma "no tiene las manos libres para darle la estructura de personal que el proyecto requiere".
Para Olivera García, si el adquirente de la empresa en bloque "tiene que cargar con la mochila de una cantidad de contratos de trabajo, eso puede hacer que en muchos casos no sea rentable llevarse esa estructura".

El redactor de la ley señaló dos aspectos sobre los cuales trabajar para aumentar la cantidad de ventas en bloque. Primero, lograr una "correcta aplicación" de la norma. "La visión de la dirección del Poder Judicial debería prestar atención a la forma en la que están funcionando los procedimientos concursales, eso tiene que funcionar más rápido", comentó. A criterio del abogado, "las situaciones de crisis son crisis, y no siempre de las crisis se puede salir con un subsidio estatal y con las plazas de trabajo íntegramente cubiertas".

Los "vicios" del concurso de Fripur


El concurso de Fripur –solicitado por los responsables de la firma en julio de 2014– tuvo, para el abogado Ricardo Olivera García, varios "vicios" que afectan a este tipo de procesos.
Señaló, por un lado, el tiempo que llevó. "Sé que son concursos grandes y que dan mucho trabajo, pero los tiempos del concurso fueron muy largos", expresó.

Asimismo, hizo referencia a "la demanda por preservar las fuentes de trabajo" y al hecho de que se trató de "una negociación muy larga y muy dura".

El experto también mencionó otra "externalidad" que añadió dificultad: "Vender una empresa que ha perdido la confianza porque ha dejado de pagar nunca es fácil". Cuando cerró, Fripur mantenía deudas por varias decenas de millones de dólares.

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