En el lugar de las víctimas

Entre abril y junio, el Centro de Atención a las Víctimas de Delitos Violentos atendió a 1.200 personas con el objetivo de brindarles contención y derivarlas a los especialistas que se considere necesarios
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05 de septiembre de 2015 a las 05:00

María (nombre ficticio) había participado de un ritual religioso, en el que bebió un vaso de alcohol y fumó tres cigarrillos. Como estaba cansada, decidió recostarse en una habitación del lugar en el que se realizó el acto. Se despertó sobresaltada con un hombre encima de ella que la estaba violando. Logró reincorporarse y el atacante salió corriendo. La mujer realizó la denuncia y fue trasladada a un centro hospitalario, donde le realizaron el procedimiento médico específico para casos de violación.

El victimario fue detenido y el caso llegó a la Justicia. La jueza interrogó a la víctima y le preguntó cómo sabía ella que no consintió el vínculo carnal si en ese tipo de rituales se "consume todo tipo de drogas". María se sintió revictimizada y dijo que solo había bebido un vaso de alcohol y consumido algunos cigarros. Finalmente, el hombre fue procesado por el delito de violación.

Una vez que la persona hace la denuncia en la seccional policial, se la ubica para brindarle información de la existencia del centro y la posibilidad de concretar una entrevista personal con un psicólogo

El Centro de Atención a las Víctimas de Delitos Violentos (Cavid) intervino según el protocolo, realizando una entrevista psicológica a la víctima y una mediación entre ella y su guía espiritual, ya que la mujer entendía que él había incurrido en una falta de cuidado, por permitir que se llegara a esa situación. El guía espiritual se disculpó con María por haber permitido que el victimario participara del ritual y tuviera ese desenlace delictivo. Esto ofició como acto reparatorio y finalizó la actuación del Cavid.

El de María es uno de los tantos casos que se atienden en este centro que, a partir de fines de julio, funciona con un comité que unifica las políticas de todos los organismos que cumplen un rol en el proceso posterior a un delito violento. El presidente Tabaré Vázquez firmó el decreto para la creación del Comité Nacional Especializado en la Atención a las Víctimas de Delitos Violentos. La propuesta surgió desde el centro de atención a las víctimas de estos delitos, como forma de brindarles a ellos y a sus familias un tratamiento adecuado de asistencia y promoción de sus derechos. Este centro funciona en la órbita de la Dirección Nacional de Sanidad del Ministerio del Interior desde el año 2009.

Pese a prestar atención en miles de casos, aún no es posible llegar a la totalidad de las víctimas de violaciones, rapiñas o copamientos

"Fue una invitación desde el Ministerio del Interior a una propuesta nuestra. No había hasta el momento unificación de políticas", comentó en entrevista con El Observador el encargado del centro, el sociólogo Agustín Deleo.

El centro agrupa toda la información acerca de la víctima y una vez que recurre al médico y al juez, no tiene que volver a pasar por esa situación estresante de contar varias veces lo sucedido, porque hay una base de datos con similitudes a una historia clínica, con todo lo necesario.

Cómo funciona

Una vez que la persona hace la denuncia en la seccional policial, se la ubica para brindarle información de la existencia del centro y la posibilidad de concretar una entrevista personal con un psicólogo de la institución para profundizar en el diagnóstico. La ubicación de la víctima debe producirse antes de las 48 horas de ocurrido el delito. "Si por el tipo de delito se entiende que la persona puede perder calidad de vida, la invitamos a venir para una primera etapa de contención y orientación", explicó Deleo. La siguiente etapa es la derivación a la Red de Asistencia en las áreas de salud mental de las policlínicas de ASSE o de las mutualistas. La importancia que desde el centro se le otorga a esta red es que luego de haber sufrido un delito, la persona concurre directamente al área necesaria para comenzar un tratamiento de reparación de daños, sin necesidad de trámites y consultas con su médico de cabecera.

"Es importante conocer esta realidad. Se ha apostado dinero para las cárceles, pero poco para las víctimas", manifestó el encargado del centro, y agregó que pese a prestar orientación a varios casos, no es posible atender el universo de denuncias que llegan a las seccionales por rapiñas, copamientos, violaciones, entre otros. La situación en el interior del país es más difícil porque no hay dependencias de este centro en otros departamentos.

Entre abril, mayo y junio se contactaron aproximadamente 1.200 casos. No todas las situaciones siguieron el procedimiento y pasaron por la etapa de entrevistas y derivación. El porcentaje de rechazo a la ayuda que brinda el centro oscila en 5%. "Muchas veces las personas quieren que el ministerio se encargue de evitar los delitos, pero ese no es el fin del centro. Nosotros nos preocupamos por el después del hecho, por mejorar la calidad de vida de la persona", aseguró Deleo.

Oficinas complicadas

La oficina del Cavid se ubica en la Aguada, en la Dirección Nacional de Sanidad Policial, y el espacio para las entrevistas es compartido por otras áreas, por ejemplo, toxicología. Es una sala de techos altos, paredes blancas y solo una mesa rectangular y algunas sillas de plástico. Al hablar, el eco de la voz ocupa todo el lugar. Dicho por los mismos especialistas, no es el espacio más indicado para tener una entrevista con alguien que acaba de atravesar un momento traumático como es un delito violento. Semanalmente se llevan a cabo unas seis o siete entrevistas, depende de la cantidad de casos que tomen los técnicos encargados. Néstor Abriel es psicólogo del centro y Ana Balbis se desempeña como asistente social. Ambos dialogaron con El Observador sobre el procedimiento luego de revisar los partes policiales y contactarse con las víctimas de algunos delitos.

La forma de seleccionar entre la multiplicidad de delitos se basa en algunos criterios, como, por ejemplo, cuando se presume que este produce una afectación importante a nivel psicosocial. Hay delitos que tienen repercusión en la prensa y también se trabaja con ellos o si la afectación es a nivel comunitario; por ejemplo, en un barrio donde ocurrió un robo con heridos graves o los vecinos presenciaron la muerte de alguien conocido en la zona.

Confían porque no son policías

El alto porcentaje de aceptación de las víctimas por acceder a la contención de Cavid se explica, según los especialistas, en que el personal que trabaja allí es técnico y no policial, lo que genera más confianza en la persona afectada. El procedimiento cierra una vez que el técnico llama para informarse si la persona asistió a la primera consulta con el especialista en su mutualista o en ASSE.

(Producción: Victoria Mujica)

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