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Entre barras, trucos y fuerza, la calistenia gana terreno en Uruguay

La disciplina crece como una de las nuevas tendencias de entrenamiento; su mayor beneficio es que no necesita más que el peso del cuerpo para ejecutarla
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07 de enero de 2019 a las 05:00

A comienzos de 2018 se instaló el primer parque público y al aire libre de calistenia en Parque Rodó y, en diciembre, Trouville fue escenario del segundo. Esto logró que quienes no tenían idea de su existencia se acercaran con curiosidad a este deporte que a va ganando terreno y espacio. Es muy habitual ver, a distintas horas del día, a varios grupos de personas haciendo piruetas en una serie de barras dispuestas en puntos estratégicos de la rambla de Montevideo. Estos circuitos instalados por la Intendencia de Montevideo contemplan el interés de un grupo de deportistas que, desde hace unos años, insisten para que la calistenia tome más relevancia en Uruguay y se generen espacios donde desarrollarla.

En el escueto imaginario popular que existe sobre esta disciplina, calistenia es sinónimo de barras, gente colgada de ellas haciendo trucos, paros de mano en paralelas, la popular bandera y, sobre todo, hombres musculosos muy bien entrenados. Sin embargo, al dialogar con personas que realmente entrenan, sale a la luz que se trata de un deporte mucho más preciso y completo que funciona para un diverso grupo de personas.

Los objetivos de aquellos que eligen incursionar en esta disciplina son variados y dependen de cada persona: mejorar la masa muscular, lograr mayor control sobre el cuerpo, aumentar la flexibilidad, mejorar la postura, erradicar dolores de espalda, divertirse, desafiarse a uno mismo y un sinfín de metas más. 

Roberto Rodríguez, mientras dialoga con El Observador, controla constantemente cada movimiento que realizan sus alumnos en Calistenia Project World, la primera academia de este deporte en Uruguay.

La calistenia –que comenzó siendo un ejercicio practicado por gimnastas– es un sistema de entrenamiento donde se trabaja con la resistencia del propio peso corporal. “Es bastante anaeróbico ya que se trabaja con la fuerza y no se exige velocidad, sino calidad”, explicó Rodríguez, representante de la Federación de Calistenia en Uruguay y director y profesor de la academia.

Pasaron casi tres años entre que Rodríguez conoció el deporte y empezó a instruirse –de forma autodidacta, mirando videos y viajando a países donde la práctica estaba más desarrollada– para que se lanzara a abrir su academia. A dos años y medio de su apertura y con un número de alumnos en aumento exponencial (al momento son cerca de 80), el deportista celebra el avance a paso lento pero seguro de esta técnica en la capital.


 

La academia se encuentra dentro del Estadio Centenario y consiste en un espacio donde los distintos tipos de barras y paralelas son el nexo entre el control y competencia sobre uno mismo y, también, el aprendizaje y relacionamiento colaborativo con los demás. 

Al entrar a la academia y ver las figuras y trucos que hacen los alumnos, la primera sensación es que una persona con poca fuerza o sin entrenamiento nunca podría lograrlo. Sin embargo, en cuestión de semanas, los principiantes pueden observar sus progresos.

Florencia tiene 24 años; contó que antes de comenzar a practicar este deporte –hace siete meses– el único ejercicio que hacía era ir, de tanto en tanto, a una clase de zumba. Eso no impidió que ahora sea de las alumnas que mejores destrezas desarrollan y pueda hacer dominadas en barra con una facilidad que al comienzo le resultaban casi imposibles.

Como Florencia, Brenda –con más de 50 años–, logró superarse a sí misma a través de este deporte que practica desde 2016, cuando abrió la academia. Comenzó cuando, producto de su trabajo de oficina, la mala postura le jugó una mala pasada y su espalda necesitó de ayuda externa. Rodríguez explicó que la calistenia es ideal para quienes tienen problemas de espalda. Uno alumno de 14 años llegó con una postura muy encorvada y la logró corregir. 

Fuerza

“Si partimos de la base de que tu tren superior no está acostumbrado a cargar con tu peso, cualquier peso que vos le agregues –que en este caso, sos vos mismo –, va a hacer que tus músculos luchen con eso. Y no hay forma de que no se rompan las fibras musculares para que vos crezcas”, ejemplificó Rodríguez para explicar el resultado a nivel muscular del trabajo de fuerza que se produce con la calistenia. 

De todas formas aclaró lo siguiente: “No vas a agarrar un físico de fierrero, aunque hay genéticas y genéticas, es fuerza más real, porque mover tu cuerpo no es como mover una máquina”. Los efectos a nivel físico dependen de cada persona y del estilo de vida que lleve. En ese sentido, el profesor explicó que, en la academia, se busca generar conciencia sobre hábitos saludables en los alumnos –varios son adolescentes– que exceden lo meramente deportivo. Hay casos en Calistenia Project World donde el deporte, significó una vía de escape y superación sobre situaciones conflictivas de la vida personal o contextos sociales críticos.

Primeros pasos

Para comenzar con las clases primero se hace una prueba para ver en qué nivel de fuerza se encuentra el alumno y así poder diseñarle los ejercicios con los que trabajará a posteriori. Y después sí, ya se puede comenzar con la rutina.

Primero, un trote para calentar y luego, movimientos de brazos para preparar el tren superior. 

El primer ejercicio consiste en realizar dominadas colgado de una barra. Para estas –considerando que se trata de alguien que recién comienza–, se suelen utilizar bandas que sirven para restarle kilaje al propio cuerpo y facilitar la dominada. Las bandas están colgadas de las barras y se colocan en la planta de los pies.

Dependiendo del agarre, la persona puede hacer dominadas pronas o supinas (hay otras, pero estas son las más comunes). Con la prona se realiza mayor fuerza de antebrazos y se trabajan más los dorsales y la porción baja del trapecio; la supina –que suele ser la más práctica para las mujeres que no tienen tan desarrollada la fuerza del antebrazo–, realiza mayor trabajo de bíceps.

En segundo lugar, se realizan fondos en paralelas donde se trabajan mayoritariamente los tríceps, músculo fundamental a desarrollar para los ejercicios de calistenia. Para quienes recién comienzan, también existen bandas –que se colocan entre las barras y las rodillas– que facilitan el ejercicio, sacando peso.

Tras las paralelas, llegan las clásicas lagartijas que trabajan mayoritariamente el pecho. 

Por último, se realizan abdominales colgado desde la barra. 

De todos los ejercicios, se realizan cuatro series con un mínimo de repeticiones –que van variando según el nivel de la persona– donde los descansos se dan una vez que se termina cada serie. 

Rodríguez explicó que, una vez que el alumno ingresa a la academia, realiza esa prueba y trabaja sobre esos ejercicios por determinado tiempo, cuando logra hacer un promedio de 10 o 12 repeticiones de cada uno, considera que ya dejó de ser un principiante y adquirió la mínima fuerza para poder desarrollar los ejercicios de calistenia.

Independencia y beneficios

Según Rodríguez, una vez adquiridas las herramientas necesarias se puede practicar este deporte más allá del lugar físico. Entonces, una persona se puede ir de vacaciones y mantener una rutina de calistenia que sea independiente de las barras del club. Además, contó que alguien que vaya un tiempo al club, pero luego tenga que dejar por un tema económico, puede seguir practicando el deporte si aprendió los ejercicios. En este sentido, resulta una disciplina bastante independiente del contexto pues no necesita más que el cuerpo propio.

A nivel físico, los beneficios son varios. Se desarrolla la fuerza –sobre todo la del tren superior que, a diferencia de las piernas, no está acostumbrado a cargar con el peso del cuerpo–; se trabaja la flexibilidad, se mejora el control sobre uno mismo y se perfecciona la postura de la espalda.

Además, a diferencia de otros deportes –que una vez que se llega a un nivel alto, las opciones de perfeccionarse se agotan y se puede rozar el aburrimiento–, en la calistenia el libro tiene un final abierto. Una vez que el deportista tiene la técnica bien aceitada, jugar con la creatividad de movimientos es parte del constante desafío que presenta este deporte.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

What should this move be called? #HannibalForKing

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¿Qué pasa en el mundo?

En la antigua Grecia, la calistenia –que etimológicamente deviene del griego kallos (belleza) y sthenos (fortalezas)– era practicada por guerreros y atletas que además de fuerza, buscaban la perfección física. De todas maneras, como fenómeno, comenzó a desarrollarse sobre 1822, cuando el deporte era dirigido mayoritariamente hacia las mujeres. Pese a una historia de larga data –porque en definitiva, el hombre siempre entrenó de una manera u otra con su propio peso– la calistenia se está popularizando como una opción divertida, independiente, beneficiosa y desafiante para entrenar, recién en los últimos años. 

Según Rodríguez, en países como Estados Unidos (con referentes como Hannibal for King y Frank Medrano), Rusia y Chile, esta disciplina tomó gran importancia gracias al apoyo del Estado que ayudó colocando varios parques abiertos en distintos puntos. También en España y Argentina el número de parques crece cada vez más. Y con él el número de interesados en practicar la disciplina. En este sentido, para Uruguay, 2018 fue un año fundamental para que lentamente gracias al boca a boca la y a la instalación de los parques más personas se pregunten de qué se trata ese ejercicio de piruetas.

En España –donde se han ido instalando diversos espacios de calistenia públicos–, la popularidad de este deporte se encuentra en su mejor punto de cocción. Y, a diferencia de lo que sucede en Uruguay, las mujeres se apropian cada vez más de esta disciplina. Entre los pocos clubes federados de calistenia en ese país, se encuentra Barkyrias de Vallecas, formado en su mayoría por mujeres que, según declararon en El País de Madrid, buscan cambiar la imagen actual del deporte que, en apariencia, parece ser solo de hombres. Además, este grupo ofrece charlas feministas asociadas al deporte donde invitan a las mujeres a derribar los prejuicios y animarse al street workout. 

Freestyle y Streetlifting

El representante de la Federación de Calistenia en Uruguay contó que este deporte se puede dividir en dos estilos: Freestyle y Streetlifting. El primero, tiene que ver con la parte más gimnástica de la calistenia –que tiene mucho contacto con la gimnasia olímpica– donde se realizan varios trucos como giros en barra y saltos. 
El Streetlifting implica entrenar con lastre, donde los ejercicios se realizan con peso externo, lo que hace más ardua la ejecución. Ese kilaje extra suele estar dado por discos en las competencias y en los entrenamientos; se suele utilizar también el peso de otra persona que se cuelga de quien realiza la fuerza mayor (ejemplo en foto).

No pasa por un tema de edad
“Los uruguayos estamos mal enseñados a pensar que la edad es un límite. Yo empecé esto a los 30 años y tengo 36. Cuando vos entendés que la edad es un número y vos con ese número hacés lo que querés, te abrís un campo de posibilidades para hacer cantidad de cosas”, expresó Roberto Rodríguez. El docente, además, insistió en que la vergüenza no es algo que deba limitar a la hora de decidir realizar este deporte. “Acá no venís a competir con nadie más que con vos mismo, tenés que acordarte lo que fuiste el día de la prueba y compararte meses después. Esa va a ser tu gran motivación”, concluyó.
Para practicar este deporte lo recomendado es que el joven sea mayor de 15 años, aunque hay  excepciones. En la academia, Rodríguez contempla si el adolescente cuenta con la madurez suficiente para comenzar; tiene, por ejemplo, un alumno de 12 años con un nivel avanzado. 


 

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