Este artículo fue publicado originalmente en el blog Neurona Financiera.
Se nos viene fin de año y es típico comenzar a pensar en lo que hicimos o no hicimos en el transcurso del año actual y ponernos objetivos para el siguiente. Seguro el próximo año lo logramos…
Pero hay una realidad, ¡¡usualmente somos muy malos definiendo objetivos!!
Creo que esa es la razón por la cual no alcanzamos la mayoría de aquellas cosas que nos proponemos, en especial en estas fechas, que muchos nos ponemos meditabundos y reflexivos.
Definir claramente un objetivo es la mitad del trabajo para alcanzarlo. Tiene tanta fuerza como el camino en sí.
Esto aplica tanto para los objetivos financieros como para cualquier cosa que nos propongamos en la vida.
Repasemos qué cosas debe tener como mínimo un buen objetivo:
Debo poder medir de alguna forma cuál es el objetivo al que quiero alcanzar. Si estamos hablando de un bien o servicio que quiero adquirir, debo poder dimensionar el valor de ese bien.
Por ejemplo, si quiero el año que viene irme a Europa de viaje, debo averiguar los costos y luego mi objetivo debe ser juntar ese monto para ir a Europa
El objetivo debe ser realizable, de nada sirve ponerse objetivos que son imposibles. Si no creo en ellos de forma inconsciente me voy a sabotear y no lo voy a conseguir.
Ayuda mucho poder definir hitos para alcanzar el objetivo, por ejemplo si es algo que sale 1200 USD yo se que es equivalente a 100 por mes.
Esto es radicalmente importante, el definir cuándo quiero alcanzar el objetivo. Si no pongo una fecha límite es un deseo. Un objetivo siempre debe estar atado a una fecha.
De nada sirve definir un objetivo y tirarlo en un cajón. Tengo que tenerlo presente. Por ejemplo puede ser una alcancía con una foto de lo que quiero conseguir, puede ser una pizarra donde voy tachando marcas a medida que me acerco al objetivo, un fondo de pantalla o cualquier cosa que me recuerde que tan cerca estoy de lograrlo.
El otro día vi un ejemplo de alguien que tiene muy claro su objetivo y encontró una forma genial de tenerlo presente.
En este mate, que la acompaña a todos lados (Visible) se ve la cantidad de créditos que necesita para recibirse (Medible) y está dividido por áreas (Divisible). Demás está decir que es posible, solo falta la fecha límite por ahí.
Quedé tan encantado con este mate que fue lo que me inspiró a escribir este artículo, previo autorización a la mamá del mate para poder mostrarlo. Gracias Anna!
Así que este año, cuando nos pongamos melancólicos pensando en lo que pasó y soñando lo que está por venir, recordemos que si queremos alcanzar ese objetivo debemos comprometernos y el primer paso es definir claramente lo que quiero.
Definir bien el objetivo es la mitad del camino.
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