Por David Shimer
Dos años después de que Amazon completó su primera entrega con un dron comercial, la idea de usar dispositivos sin pilotos para llevar artículos hasta la puerta de las casas sigue siendo un sueño distante, por no decir disparatado. El cierre reciente del Aeropuerto de Gatwick, en Londres, provocado por avistamientos de drones cerca de la pista dejó claros los riesgos y las complejidades de los esfuerzos.
Sin embargo, a medida que el comercio electrónico sigue creciendo, los drones tienen el potencial de reducir los tiempos, los costos y la energía que necesitan muchas entregas diarias, en el entendido de que se manejen bien y se usen con cuidado.
Antes de que prospere una industria de drones comerciales, en particular en las zonas urbanas más pobladas de Europa, distintos tipos de drones deben ser capaces de volar por sus rutas de entrega sin chocar entre ellos —y conforme a un conjunto estandarizado de regulaciones, según los expertos—, de manera similar a los autos en las calles.
El camino para demostrar que los drones pueden funcionar juntos y ser monitoreados en cielos abarrotados ha llevado a un grupo de empresas a un antiguo aeródromo militar a las afueras de Bruselas, donde pondrán a prueba su tecnología de aviación sin pilotos. El proyecto, conocido como Safir, les ayudará a las autoridades europeas a trazar un conjunto de reglas para el uso comercial de los drones.
Entre las empresas más grandes involucradas se encuentra Amazon Prime Air, la división de drones del gigante minorista. En diciembre de 2016, Amazon demostró cómo podría usar los drones cuando documentó la entrega aérea de un dispositivo de streaming y una bolsa de palomitas de maíz a un cliente en Cambridgeshire, Inglaterra. La empresa ha desarrollado un sistema de gestión de tráfico sin personal: en esencia, un sistema de control de tránsito aéreo para drones.
Sin embargo, las ambiciones de Amazon son solo una parte de la iniciativa Safir. “El objetivo es probar diez drones con diferentes propósitos, aplicaciones y sistemas informáticos”, comentó Mark Vanlook, director ejecutivo de DronePort, las instalaciones recién inauguradas donde se llevarán a cabo las pruebas.
Las empresas involucradas en el proyecto abarcan distintas necesidades y propósitos. Unifly, una empresa de software de aviación que desarrolla sistemas de administración de drones, recaudó unos US$ 16,7 millones de inversores. Otra empresa, Helicus, trabaja en el transporte de material médico con drones, y promete entregas más rápidas de medicina crucial a los hospitales. Ambas empresas emergentes tienen sede en Bélgica.
Otros participantes fabrican drones que pueden ayudar a la policía a inspeccionar cables de alta tensión y a monitorear la vida silvestre.
El proyecto Safir ayudará a trazar reglas para el uso comercial de drones.
Según Vanlook, el objetivo general es asegurarse de que los distintos sistemas de drones puedan coexistir. “Si los drones no pueden tener en cuenta lo que los rodea, van a chocar y herir a las personas”, explicó.
El proyecto Safir se lleva a cabo en un momento de transición en la industria de los drones comerciales de la Unión Europea. El Parlamento Europeo y el Consejo Europeo expandieron la regulación para incluir a todos los drones civiles, y la Comisión Europea está terminando un conjunto armonizado de reglas.
El cierre de Gatwick, que afectó los planes de viaje de más de 140.000 personas días antes de Navidad, “abrió nuestros ojos” a la importancia del trabajo regulatorio, comentó Vanlook, y a la necesidad de soluciones innovadoras para la gestión del tránsito de drones.
Como ejemplo, mencionó a Aveillant, una empresa del proyecto Safir con sede en Cambridge, que vende tecnología de radares holográficos diseñada para detectar las actividades de los drones en los alrededores de los aeropuertos, las fronteras nacionales y otras zonas críticas.
Aunque está llena de problemas y desafíos sin resolver, la industria de los drones comerciales ha llamado la atención de legisladores y funcionarios por su potencial económico. China es el mayor fabricante de drones comerciales en el mundo, mientras que EEUU busca apresurar el desarrollo de su propio mercado. Hace poco, el presidente estadounidense Donald Trump amplió las oportunidades para probar drones por encima de poblados más allá del campo visual y de noche.
Hay otras empresas importantes además de Amazon que están destinando recursos a la industria, como Wing, una división de la matriz de Google, Alphabet, la cual ha hecho pruebas de entregas con drones en Australia.
China es el mayor fabricante de de drones comerciales en el mundo
Para no quedarse atrás, la Comisión Europea está ayudando a financiar proyectos como Safir. Según los analistas, la industria de los drones comerciales podría producir más de cien mil empleos dentro del bloque para 2050.
Ya hay países en Europa que se han embarcado en sus propios experimentos, desde entregas de comida rápida en Islandia hasta las de medicamentos en Suiza. Al regular todos los drones civiles, las autoridades esperan crear un sistema uniforme que traiga una inversión considerable, afirmó Enrique Navarro, profesor y abogado en España especializado en aviación.
El próximo año, Safir probará productos en conjunto en DronePort, donde los usuarios tendrán espacios para oficinas y zonas de prueba en exteriores, así como una larga pista de despegue, una torre de control y hangares.
Asimismo, planean realizar una demostración en vivo sobre Amberes, Bélgica, siempre y cuando pasen una serie de pruebas de seguridad y certificación, señaló Robin Garrity, especialista en gestión de tránsito aéreo que ayuda en la supervisión del proyecto.
Los participantes aseguran que, de tener éxito, la demostración en vivo enviará una señal tanto a los negocios como a los consumidores de que se puede desarrollar una vibrante industria de drones comerciales.
“Ahora mismo, estamos viendo una industria que está a punto de cambiar por completo, y que tiene montones de oportunidades”, comentó Malfliet. “Es de vital importancia colaborar, trabajar juntos y movernos lo más rápido y lo más lejos posible”.
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