Salir de vacaciones en febrero tiene sus ventajas. Hay menos cantidad de gente en los balnearios y el costo para el bolsillo suele ser bastante menor en comparación a los precios que se tienen que pagar en los primeros 10 o 15 días de enero. Eso vale para arrendamientos, alojamientos, gastronomía e incluso los precios que hay que pegar en comercios y supermercados.