Ford ha resuelto cerrar todas plantas de fabricación de automóviles en Brasil a lo largo de 2021. Culmina así 100 años de actividad en el país. Se pierden 5.000 empleos directos. La poderosa FIESP de San Pablo alertó de que era una muy mala señal sobre el alto costo tributario de Brasil, que hacía inviables a muchos negocios y que no era favorable para el clima inversor. Jair Bolsonaro, en su estilo confrontativo, salió a dar la bienvenida a la salida de Ford y decir que la empresa americana quería seguir recibiendo subsidios por US$ 3.600 millones anuales y que él no se los pensaba dar. “Lamento los 5 mil empleos perdidos. Ahora la prensa no dice que en noviembre creamos 414 mil empleos”, concluyó el mandatario brasileño.