Primero fueron Alemania y Bélgica. Ahora es Francia. El presidente Emmanuel Macron anunció que su gobierno estudiará la prolongación de la vida útil de los reactores nucleares existentes en el país de los actuales 40 a 60 años o más. Al igual que el resto de la Unión Europea, la segunda economía de la UE apuesta al llamado "renacimiento" de la energía nuclear para afrontar la crisis energética y climática.
Fuentes oficiales francesas precisaron que el mandatario, que por estas horas está sometido a una intensa presión política por la masiva oposición sindical a la reforma previsional que impulsa para elevar la edad jubilatoria, dio instrucciones a su consejo de política nuclear para revisar el compromiso de desactivar algunas centrales y acelerar la construcción de seis nuevos reactores.
Según declaración que recoge la agencia de noticias AFP, el cuerpo asesor " validó el lanzamiento de estudios que permitan preparar la prolongación de la vida útil de las centrales existentes hasta los 60 años y más, en estrictas condiciones de seguridad", una determinación que supone en cambio radical en la materia luego de que varios países, tras el accidente de 2011 en la central japonesa de Fukishima, buscaran reducir el peso del sector en sus respectivas matrices energéticas.
En 2019, el sector nuclear aseguraba un 70,6% de la producción de electricidad en Francia, seguido del hidráulico (11,2%) y del termoeléctrico de ciclo convencional (7,9%), según la empresa Electricidad de Francia (EDF), la firma de capital público y privado que administra las 19 centrales nucleares y los 56 rectores, de los cuales 32 que están inactivos y volverían a funcionar en los próximos meses para disminuir la dependencia del gas ruso.
Por lo pronto, el gobierno ya trabaja en un programa de construcción de 14 pequeños reactores modulares (SMR), mientras busca sancionar un proyecto de ley para “ahorrar tiempo” de construcción, hasta cinco años según los expertos, a partir de la simplificación de los procedimientos administrativos para la construcción, que será en los sitios adyacentes a los que actualmente ya hay plantas nucleares.
Algunos países, como Alemania y Bélgica, luego de que Rusia suspendiera el suministro de gas natural y petróleo en el marco de las sanciones cruzadas por la guerra en Ucrania, decidieron prolongar la vida de sus reactores. En ese contexto y en el marco del plan anunciado por Macron, el gobierno francés prevé avanzar con seis nuevos reactores de tipo EPR2 para 2035 y espera prolongar el límite de vida útil de los actuales 56 reactores.
Según los analistas locales, 2023 se anuncia como un año crucial para el futuro energético de Francia. Dos proyectos de ley, uno sobre el desarrollo de energías renovables y otro sobre la nuclear, deben ser discutidos en el Parlamento. El país, además, y de cara al compromiso asumido en el contexto internacional, debe sancionar una norma que especifique el progresivo abandono de los combustibles fósiles para lograr la neutralidad de carbono en 2050.
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