Gerardo Sotelo: "No se puede garantizar la imparcialidad de los medios públicos con directores designados por confianza política"

Gerardo Sotelo asumió la presidencia del Servicio de Comunicación Audiovisual Nacional (Secan) el 24 de abril tras haber sido designado por el presidente Luis Lacalle Pou como integrante de la coalición multicolor por el Partido Independiente, al que se unió en julio del año pasado. Su cargo es de confianza política, y dice que no debería ser ocupado por un político o persona afín a un grupo político.

Desde su puesto, afirma, tiene la intención de limitar su propio poder para fortalecer a los medios públicos, tanto a Televisión Nacional Uruguay (TNU) como a Radiodifusión Nacional del Uruguay (RNU), que incluye a Radio Uruguay, Emisora del Sur, Babel y Clásica.

El experiodista, de 62 años, que además es candidato suplente a la Intendencia de Montevideo, quiere dejar su huella en el canal y las radios, y así lo expresa en esta entrevista que mantuvo mediante videoconferencia con El Observador.

¿Con qué Secan se encontró?
Me encontré con una institución muy nueva en su instrumentación, con una fusión de la televisión nacional y radiodifusión nacional que está todavía en ciernes. Trabajamos en edificios distintos, pero tendemos a un único servicio de comunicación audiovisual del Estado. Tenemos que avanzar mucho más en la idea de que pertenecemos a un único servicio con el mandato de hacer productos audiovisuales. Desde el punto de vista de la cultura organizacional –que es todavía muy frágil–, me encontré con gente que tiene muchas ganas de hacer cosas, de que su trabajo sea de mayor calidad, de tener más oportunidades de desarrollar su talento y sus ganas. Y también con gente que está a la espera de directivas que generen entusiasmo. Me encontré también con algunos problemas de programación, que se agudizaron con la realidad impuesta por la emergencia sanitaria.

Decía recién que la radio y la televisión trabajan en edificios diferentes. ¿Quiere unificarlos en uno solo?
Sí. La idea es generar una sinergia que permita –con los recursos que tenemos, que no son pocos– obtener mejores productos. Cumplir mejor con nuestra misión. Se van a obtener mucho mejores resultados, seguramente, si estamos juntos. Pero eso demanda inversiones que no podemos hacer ahora, que no están financiadas ni es razonable pedir el dinero para que se financien. Estamos por ahora en etapas muy preliminares, pero el objetivo es trabajar en el mismo edificio, generar equipos multimedia, potenciar el sentido multiplataforma que es la manera en la que hoy la gente, y cada vez más, consume los medios. Debemos hacer una inversión rápida y potente en las plataformas digitales. Que se conviertan en el corazón de la oferta audiovisual y en la puerta de entrada, el primer contacto del público con los medios del Estado. Y no con esfuerzos desconcentrados, descoordinados como tenemos hasta ahora.

En varias oportunidades en el pasado los directores de los medios públicos han tenido dificultades con el personal, sobre todo con quienes son funcionarios. ¿Cómo va a enfrentar esa situación?
Tengo muy buena relación con el sindicato de funcionarios y diálogo permanente. Estamos dispuestos a hacer mayores esfuerzos porque sabemos que necesitan un mayor reconocimiento. Esto pasa por la motivación del personal, por validarlos en cuanto a que lo que hacen es importante para esta dirección y para la gente.

Canal 5 ha sufrido procesos refundacionales constantes, porque cada director que llega cambia el rumbo del canal. Incluso pensando en el nombre. Fue canal 5, Sodre, Sistema Nacional de Televisión, Tveo, TNU. ¿Va a seguir llamándose TNU?
Eso es real y demuestra la fragilidad de la marca. Conozco muy poca gente que le diga TNU, pero en todo caso TNU no parece una marca y la gente no te dice por la calle TNU, o “yo escucho RNU”. Te puede decir que escucha radio Uruguay. Las radios tienen buenas marcas. Pero sentimos que para darle más potencia comunicacional a esta gran corporación de los medios públicos tenemos que generar una marca que funcione como tal. Estamos ya trabajando en eso y esperamos presentarlo pronto en una nueva plataforma digital. Es un producto nuevo que sacaremos y vamos a testear por allí. Por lo que haya sido, en estos últimos 20 años no se resolvió bien algo que antes la gente tenía claramente identificado: las radios del Sodre y el canal del Sodre. Si pudiéramos resolverlo sería fantástico.

Además del nombre, ¿qué cosas cambiarán en su gestión?
Todos los productos, de ahora en más, deberán tener el corazón multimedia. Aunque haya productos específicos para radios y otros para televisión, habrá otros, presumo que cada vez más, específicamente para el soporte digital. Tenemos que apostar fuertemente a mejorar de manera sustancial nuestra presencia en las plataformas digitales porque si no vamos a quedar por el camino. No va a haber dinero que alcance ni que valga la pena invertir si no estamos donde está la gente.

Señal en HD

Los canales privados tienen alrededor de $ 1.000 millones de ingresos anuales cada uno, de acuerdo a cifras de la Asociación Uruguaya de Agencias de Publicidad. El Secan tiene un presupuesto asignado de $ 500 millones. ¿Es suficiente?
Sí, es suficiente. Para la puesta al aire de las radios y del canal, y para lo que razonablemente le podemos pedir al contribuyente uruguayo, no estamos mal. Quizás precisaríamos dinero para algún tipo de inversión. Y ahí tendríamos que buscar un modelo de gestión que nos permita generar recursos económicos a través de nuestra oferta audiovisual.

Tenemos que apostar fuertemente a mejorar de manera sustancial nuestra presencia en las plataformas digitales porque si no vamos a quedar por el camino

Hay modelos variados de medios públicos en el mundo. Siempre se menciona a la BBC, pero también está RTVE en España, la CBC en Canadá e incluso, más cerca, TVN de Chile. ¿Cómo debe ser un sistema de medios públicos en Uruguay?
Trataría de rescatar o de aprender de todos esos modelos lo que nos puede resultar más útil y que podamos aplicar en nuestro país. Queremos lograr productos de calidad en una programación que va a seguir teniendo en los contenidos informativos, periodísticos y culturales en general su principal esfuerzo e inclinación de recursos.

En muchos países los directorios de esos canales están compuestos por más de 10 personas de diversos ámbitos. ¿Debería haber algo así en Uruguay?
Sí. Los medios públicos deberían ir hacia un estatus legal que le permita mayor autonomía. Y me refiero tanto a autonomía del poder político como presupuestal y para gestionar con la eficiencia y la dinámica que reclama la gestión comercial de los medios de comunicación. Eso no lo tenemos hoy como unidad ejecutora del MEC. No sé si directorios de 10 miembros, pero por lo menos que sea un directorio, un equipo que tenga idoneidad y respaldo consistente del sistema político, como ocurre con los servicios descentralizados y los entes autónomos. Eso o una persona pública no estatal podría ser un ámbito institucional adecuado para que funcionaran los medios de comunicación.

Usted propone la creación de una comisión de notables, con el periodista Tomás Linn como presidente. ¿Es el puntapié inicial para un directorio integrado por varios miembros como en otros países?
Esto no sustituye a lo otro. Lo que hace un marco legal es garantizarle procedimientos mucho más abiertos, transparentes y auditables a la sociedad toda, al público y –particularmente– a aquellos que están más lejos del poder. No porque nos lo pida la ley, sino porque esta dirección y este gobierno creen que debe marchar hacia ahí. Queremos terminar con una era de discrecionalidad, de arbitrariedad, de utilización de los medios públicos principalmente para beneficio del gobierno. Eso no se corresponde con un país con la calidad democrática del Uruguay y estamos decididos a iniciar una nueva era. Acá hay un desfasaje alarmante entre los niveles de calidad institucional democrática que tiene Uruguay, que son de los más altos del mundo, y los niveles de rigor y de control de los contenidos de los medios públicos, que se asemejan más a países de escasa institucionalidad democrática. ¿Por qué? Porque tal como es tradición en Uruguay, como está planteado en las normativas vigentes, el gobierno tiene la más absoluta discrecionalidad para hacer lo que quiera con los medios públicos. ¡Eso hay que terminarlo de una vez por todas! ¡No vamos a aceptar que se nos imponga continuar con ningún grado de arbitrariedades!

¿Cómo se puede garantizar esa imparcialidad cuando la dirección de los medios públicos sigue siendo un cargo de confianza política?
No se puede garantizar. Tenés razón. Tenemos que ir hacia una institucionalidad diferente. Lo que ocurre es que, mientras esa institucionalidad no exista, nosotros nos autoimponemos limitaciones al poder.

Soy muy respetuoso del entretenimiento como género porque sirve tanto para el chunga chunga como para generar espacios de superación intelectual y espiritual

Además de Tomás Linn, ¿quién va a integrar esa comisión?
Hice un par de contactos y no tuve la respuesta que esperaba.

Educación a través de la pantalla en la pandemia

Ha hablado de cambios en la programación. ¿Cuál es la línea que va a seguir?
Hay un núcleo en la información, lo periodístico y lo documental. Eso nos permite utilizar mejor los recursos humanos que tenemos, que siempre son los más difíciles de conseguir, para obtener mejores productos. Otro es apostar a la televisión en vivo, ahora que vamos a tener escenografías virtuales y un estudio íntegramente HD. Trataremos –hasta dónde podamos– de cubrir la mayor cantidad de espectáculos relacionados a la cultura nacional. Vamos a tratar de que los medios nacionales sean nacionales y no tan montevideanos como han sido siempre. No alcanza con tener una red de corresponsales. Necesitamos que se refleje la sensibilidad y los puntos de vista de gente de todo el territorio nacional. Eso supone que ellos hablen y que parte de los contenidos sean generados por profesionales de radio y televisión en todo el país.

Conozco muy poca gente que le diga TNU al canal, pero en todo caso TNU no parece una marca y la gente no te dice por la calle TNU

En una entrevista en canal 4 la semana pasada dijo que el entretenimiento tiene que ser parte de la programación. ¿A qué se refiere?

Ya sea como género, como fisiología o en su definición más espiritual, el entretenimiento es un lenguaje sumamente interesante. Si la gente no está entretenida, cambia. Hay gente que se entretiene con contenidos informativos, periodísticos y documentales, hay otros que se entretienen con programas chunga chunga, otros salvando el millón o respondiendo cuántas patas tiene la vaca. En los medios públicos no tendría sentido que invirtieran dinero en formatos en los cuales el entretenimiento, en lugar de elevar los niveles intelectuales y espirituales de la gente, los nivelara hacia abajo. Ahora, soy muy respetuoso del entretenimiento como género porque sirve tanto para el chunga chunga como para generar espacios de superación intelectual y espiritual.

Hice un par de contactos con quienes quería que integraran la comisión de notables y no tuve la respuesta que esperaba

¿Tendría un programa dentro de la grilla o una participación en alguno?
No. En absoluto. Me parece que es totalmente inadecuado e inaceptable desde el punto de vista ético e institucional.

El Frente Amplio lo cuestionó por asumir la presidencia del Secan y ser al mismo tiempo candidato suplente a la Intendencia de Montevideo. Usted ya dio su explicación de por qué tomó esa decisión, pero ¿hizo consultas legales para ver si podía renunciar a la candidatura?
Sí. Sí.

Y le dijeron que no.
No, no hay (posibilidad).

En caso de finalizar este período al frente del Secan, en 2026, para ese entonces tendrá 67 años. ¿Es la culminación de su carrera o piensa seguir?
Lo único en lo que pienso si llego a esa instancia es en entregar unos medios públicos que tengan una programación de mayor calidad, de mayor arraigo popular y que las arbitrariedades del poder de turno no existan más. Si logro eso, quizás pueda dedicarme a escribir algo vinculado a los géneros periodísticos, a la realidad. Tengo algún proyecto iniciado de tipo biográfico, dentro del género de no ficción. Y algunas otras ideas.