Gustavo Petro rechazó expresiones de militares retirados que promueven un golpe de Estado

Petro se refería así a las declaraciones realizadas el jueves anterior por el coronel retirado del Ejército John Marulanda durante un debate en la radio La W. Marulanda dijo que la movilización de militares y policías retirados que se había realizado el día anterior en Plaza Bolívar era una señal de que Colombia está “siguiendo los pasos de Perú” donde “las fuerzas de reserva lograron defenestrar con éxito a un presidente corrupto”. Y agregó: “Aquí vamos a hacer todo lo posible para defenestrar a alguien que fue guerrillero”.

Marulanda, quien es expresidente de la Asociación de Oficiales en Retiro del Ejército (ACORE), inmediatamente trató de rectificar su afirmación en la entrevista diciendo “yo corrijo lo dicho. No se trata de pretender defenestrar al presidente como se defenestró al presidente peruano Castillo. Petro es legítimo, es perfectamente verosímil que sea presidente de la República”.

El día anterior, alrededor de 3.000 retirados de las Fuerzas Armadas se movilizaron en la Plaza Bolívar contra el gobierno del presidente Gustavo Petro y su política de Seguridad Nacional. En particular, están en desacuerdo con el plan del gobierno de Petro para la "Paz Total", que lleva al gobierno a participar en conversaciones y negociaciones de paz con numerosos grupos armados diferentes en el país y establecer varios “alto el fuego” bilaterales.

Personal retirado del Ejército también criticó las reformas progresistas impulsadas por Petro y los congresistas del Pacto Histórico como la reforma sanitaria y la reforma laboral. Muchos en la movilización exigieron “¡Fuera Petro!” y destacaron el hecho de que él es un ex miembro de un grupo guerrillero.

En este contexto, las declaraciones del coronel Marulanda despertaron serias preocupaciones entre las fuerzas progresistas sobre un posible complot golpista contra Petro.

Poco después de que Marulanda hablara en La W, el presidente Petro escribió en Twitter: “¿Por qué conspiran para un golpe de Estado? Porque les aterroriza que acabemos con la impunidad. La verdad los asusta tanto que se desesperan”.

La fiscalía general de la Nación emitió un comunicado ese mismo día, en respuesta directa a “las declaraciones en medios de comunicación que mencionaron la posibilidad de atentar contra las instituciones democráticas establecidas en Colombia y cómo un ciudadano lo expresó palabra por palabra 'defenestrar al presidente’”, y declaró que “rechaza cualquier intento de socavar las instituciones democráticas y sus representantes” y que abrirá una investigación al respecto.

Por otro lado, el expresidente ultraderechista Álvaro Uribe Vélez rechazó las advertencias de Petro sobre un golpe de Estado diciendo que “es perjudicial hablar de un golpe de Estado cuando Colombia tuvo las Fuerzas Armadas más respetuosas de la democracia. Es perjudicial que a través de acuerdos políticos con el Congreso se le dé un golpe de Estado al Sistema de Salud”.

Las tensiones que afloraron en la última semana se vienen gestando desde mucho antes de la elección de Gustavo Petro. Uno de los principales desafíos que enfrenta Petro es cómo lidiar con el enorme aparato de las Fuerzas Armadas que, históricamente, fueron un aliado de los sucesivos gobiernos de derecha en el país y están profundamente enredadas en una estructura de corrupción y crimen.

La creación de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) por los Acuerdos de Paz de La Habana de 2016 y las numerosas investigaciones que se realizaron sobre los crímenes cometidos por miembros de las Fuerzas Armadas de Colombia, como el escándalo de los “Falsos Positivos”, provocaron un revuelo entre los que son o fueron parte del aparato militar. Durante los gobiernos anteriores, existió de hecho un código de silencio sobre los crímenes cometidos por las Fuerzas Armadas contra civiles colombianos, especialmente porque eran en colaboración con las políticas gubernamentales.

(Con información de agencias)