Hacia más rampas digitales: qué hacen los fabricantes y el Estado para que la web sea más accesible

Este caso se trató de una norma tomada deliberadamente por los ejecutivos de la compañía. ¿Pero qué pasa cuando a estas decisiones las toman los algoritmos de inteligencia artificial? Si los profesionales que trabajan con esta tecnología no tienen en cuenta las particularidades físicas de quienes tienen alguna discapacidad, los algoritmos podrían fallar al reconocerlos.

A raíz de esta situación, en enero IBM pidió en Estados Unidos que se establezcan reglas que eliminen el sesgo en la inteligencia artificial para aliviar las preocupaciones acerca de que la tecnología use datos basados en prácticas discriminatorias pasadas y puedan perjudicar tanto a estos usuarios como a otras minorías.

El problema no es menor ya que aproximadamente el 15% de la población mundial sufre algún tipo de discapacidad. En Uruguay, más de 500.000 personas declararon tener alguna en el censo 2011, por lo que es evidente que “los otros usuarios” no son casos aislados, sino que representan a un 16% del total de la población nacional. 

Soluciones apta para todo público

A raíz de la magnitud de este problema es que tiene cada vez más relevancia el concepto de “tecnologías para la inclusión”: hacen referencia a las soluciones concebidas, diseñadas y fabricadas para responder a las necesidades de los adultos mayores y de las personas con discapacidad física o psíquica.

Estos desarrollos pueden adoptar la forma de herramientas de software, o bien de dispositivos como teclados y mouse adaptados, cámaras web y pulsadores. En ambos casos el objetivo es el mismo: aportar herramientas que favorezcan la autonomía y la comunicación de estos usuarios, a efectos de propiciar su participación social activa. Y en un sentido más general: lograr que la sociedad de la información potencie las oportunidades de inclusión de estas minorías, y no que eleve nuevas barreras.

¿Cómo se hace? Una manera muy concreta es incorporando a los discapacitados durante el proceso de diseño para que aporten su perspectiva. Esto se efectúa en el marco de las pruebas de usabilidad, que es una técnica para que los potenciales usuarios gestionen el software por ellos mismos y lo evalúen. Con esos comentarios, los profesionales realizan los ajustes pertinentes.

También hay casos en los cuales mientras los usuarios están frente al software, los expertos los observan. Ven cómo es la interacción con la tecnología y luego realizan las mejoras pertinentes. “El foco es asegurar que todos los usuarios puedan usar las apps móviles y sitios web en computadoras y dispositivos inteligentes que se lanzan en el mercado”, explica a Cromo Beatriz Ponce de León, country manager para Uruguay de la firma de aseguramiento de software de Arbusta. La ejecutiva comenta que todavía no han incorporado a personas con discapacidad en el equipo de desarrollo porque la operación es reciente, “pero en Buenos Aires, Argentina, hemos trabajado con jóvenes no videntes con excelentes resultados”, comenta la ejecutiva. 

Dentro del campo específico del desarrollo de software, existen cada vez más funciones que se incorporan para la inclusión. Por nombrar un ejemplo: Facebook, la red social más popular del mundo, incorpora características tales como la posibilidad de incorporar o eliminar subtítulos en los videos, ajustar el contraste y tamaño del texto, y un sistema abreviado de teclado, para navegar por la plataforma presionando unas pocas teclas de acceso.

Instagram también busca integrarlos. Está a punto de incorporar una función que consiste en describir por voz las imágenes que se publican en la red. Para eso, apelará a la tecnología de reconocimiento de objetos para generar una descripción visual del contenido de las publicaciones, lo cual permite que las personas con problemas visuales puedan escuchar los elementos presentes en las fotos. 

Todo esto se debe a que la tendencia actual es desarrollar productos digitales centrados en el usuario, un método de trabajo que no existía en el pasado, cuando los expertos eran quienes proponían cómo eran las interfaces sin contemplar la experiencia de uso en el mercado. “Existen cada vez más herramientas informáticas que favorecen la accesibilidad para facilitar el acceso a los diferentes dispositivos y equipos. Por ejemplo se busca modificar los tamaños o colores de los íconos para que a las personas con problemas de visión les resulte más amigable el manejo y la lectura”, explica a Cromo Erika Beth La Torre Loayza, que trabaja como desarrolladora de software en Baufest.

 Por ejemplo, el monitor y el mouse no son útiles para los ciegos. Dependen del teclado. Los programas llamados “lectores de pantalla” son sus mejores amigos: convierten el texto en voz sintetizada. Estas herramientas permiten navegar a través del contenido de diferentes formas: lectura de la pantalla de arriba hacia abajo, uso de la tecla de tabulación para ir de enlace en enlace o de un encabezado a otro, etc. Además, para aquellas personas que son ciegas y sordas los lectores de pantalla también pueden transformar el texto en caracteres braille actualizables en dispositivos específicos. 

Qué pasa en Uruguay

En Uruguay, hay acciones para incluir a personas con discapacidad al mundo informático.

Martín Rebour, gerente de Formación del Plan Ceibal, cuenta a Cromo que se atiende el posible problema que tenga un niño. El procedimiento es enviar un formulario, que es analizado por el organismo para luego determinar el dispositivo que mejor se adapta a sus necesidades. “Por ejemplo, si el chico tiene dificultades motoras quizás conviene retirarle su tablet y entregarle una laptop”, señala.

Adicionalmente, el Plan Ceibal también entrega software desarrollado para personas con discapacidad. También compran licencias de terceros. Algunas opciones, entre muchas, son audiocuentos y paisajes sonoros para usuarios con problemas visuales y amplificadores de sonido para personas con dificultades auditivas. “Para ofrecer soluciones reales, integramos a usuarios con distintas capacidades tanto en la instancia de desarrollo de software como de testeo. Y lo mismo hacemos respecto al hardware. En resumen, trabajamos con el diseño, y esto ha sido clave para el éxito de nuestras propuestas ya que al incorporar a los actores implicados garantizamos que estamos trabajando en un producto que realmente les va a resultar útil”, explica Rebour.

Si bien el funcionario cuenta que Plan Ceibal trabaja para la inclusión de quienes tienen alguna discapacidad desde hace varios años, en el último tiempo le dieron más fuerza a este colectivo: en 2019 lanzaron el proyecto Certi Ceibal, una iniciativa en el que se generan espacios de consulta para que los niños con discapacidad reciban junto con sus docentes un asesoramiento personalizado para analizar qué tipo de software y hardware le conviene utilizar. 

Los trámites estatales no pueden quedar afuera de este análisis. Virginia Pardo, directora del Área Ciudadanía Digital de la Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información y del Conocimiento (Agesic), comenta: “En la iniciativa ‘trámites en línea’, que es un programa para poner en línea el 100% de los trámites de administración central este año, está contemplado que todos los que se van digitalizando estén en concordancia con los estándares internacionales de accesibilidad y usabilidad. Hasta el momento, ya son más de 1.400 los trámites disponibles”.

Por otra parte, en los sitios web “gub.uy”, que genera un modelo único de interacción entre el Estado y las personas, se trabaja desde 2009. “A la fecha, el 70% de los sitios web de la administración central están integrados a gub.uy y cumplen con todas las pautas internacionales de accesibilidad, usabilidad y movilidad”, agrega la experta.

Un largo camino por recorrer

Más allá de los adelantos en materia de tecnología para la inclusión, y a pesar de las mejores que notan los entrevistados, ellos también señalan que hay mucho por hacer en este campo de la accesibilidad universal. “A través de plataformas web o aplicaciones se compra online, se estudia, se busca empleo, se realizan trámites administrativos para los bancos o para el mismo gobierno. Por eso, la tecnología tiene que ser facilitadora y articuladora de esos espacios y no una barrera”, comentan desde Arbusta.

Incluso existen movimientos valiosos desde hace muchos años, como la Iniciativa para la Accesibilidad Web que ha consolidado todos los estándares en un documento que se mantiene actualizado periódicamente por las contribuciones de todo el mundo. Uruguay forma parte de esta organización. “Como miembro de este consorcio, consideramos como requisito excluyente en los pliegos de contrataciones que genera la agencia, el hecho de que los proveedores deben respetar y adoptar las normas y lineamientos técnicos de accesibilidad y usabilidad”, dice Virginia Pardo, funcionaria de la Agencia del Gobierno Electrónico (Agesic).

Uno de los puntos más importantes que reclama es que las creadores de software cuenten con sus propios equipos de accesibilidad debidamente formados.