Hering y Estrella Negra, otras dos pruebas

La primera confirmación de que quizá habían vegetado un tiempo inmerecido en mi escritorio fueron las canciones de Estrella Negra. Ese es el nombre que Natalia Taborda eligió para presentar sus canciones en el mes de febrero, cuando Esquizodelia editó su disco. Las suyas son canciones que se presentan por lo general a guitarra y voz. La voz de Taborda se me hace auténtica, aunque por momentos se afecta y oscila entre la confianza y el recogimiento en un vaivén que no resulta nada forzado. Desde ahí encara cuestiones como el miedo y las enfermedades que traen los demonios internos de cada quien, por lo general en canciones que siempre están apuntadas hacia algún otro que, desde alguna parte, escucha o escuchará.

Estas canciones no poseen un afán de trascendencia ni demasiada pretenciosidad. Más bien en muchos casos parecen simples excusas para que la voz de Taborda se acople a la mencionada guitarra y a los otros instrumentos que eventualmente puedan sumarse y que, sin quitarle minimalismo, introducen a quien escucha en otros climas. Es probable que tenga mucho que ver en eso la presencia de Pau O´Bianchi (Millones de casas con fantasmas, 3pecados) en la producción. O´ Bianchi es autor de muchas de las canciones más removedoras de la escena independiente en los últimos años y ha demostrado una buena mano para entender el formato de la canción de autor de corte más personal.

Obviamente confesionales y personales, las canciones de Estrella Negra son una buena compañía, con el añadido de que la cantante regala casi 40 relejantes minutos de sonido de lluvia al final de su última canción.

Por otro lado, en la otra carpeta, algo bien distinto. Hace ya unos cuántos años -más o menos por 2006- conocí “Devil”, disco de Danteinferno, una banda conformada por Martín Recto y Pancho Coelho, entonces responsable de muchas de las estridencias de la elogiada banda Pompas. Pompas fue una especie de estrella fugaz del under Montevideano con alguna noche mágica en Sala Zitarrosa. Danteinferno se movía en una identidad musical muy similar cercana a lo que en aquél entonces se denominaba under en la ciudad, teniendo la hipnosis ruidosa del shoegaze como una de sus banderas, más allá de moverse por momentos hacia alguna estructura más rockera o pop. Pues bien, este año Recto (quien también fue el responsable del documental Montevideo Unde, centrado en las bandas emergentes y otras que han vivido durante toda su historia en ese lugar y/o etiqueta) conformó Hering. Se trata de otro dúo, esta vez con el integrante de La Hermana Menor Juan Sacco, que también se parece tomar de alguna forma al shoegaze como base.

Más allá de la siempre incómoda etiqueta musical (obligada para dar una idea de por dónde viene el sonido de un artista), este EP de Hering es un potente viaje armado casi que de forma cruda. Aquí muchas cosas ambientales y climáticas suenan a zapada. Canciones como “Oh si” tienen actitud y punch. Parecen pedir que uno se sirva un buen whisky y se deje golpear por la música a volúmenes altos. Porque además, téngalo presente: esto no es para auriculares.

Dos discos fuera del radar, dos discos locales, dos proyectos con futuro incierto pero con canciones que piden, al menos ser recorridas una vez. Y detrás de todo esto, el placer de encontrarse música nueva, con actitud y desconocida. Aunque sea tarde, que en realidad nunca lo es. Los discos son gratis: concurra y pruebe.