Humberto de Vargas volvió a la televisión en VTV
Nicolás Tabárez

Nicolás Tabárez

Periodista de cultura y espectáculos

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Humberto de Vargas: "Estaba apurado por irme de Canal 10 y hacer el mayor daño posible desde la vereda de enfrente"

El conductor habló sobre su vuelta a la televisión y a la radio, sobre el impacto que su escándalo tuvo en su vida y su carrera, y la razón por la que no hubo una disculpa pública luego de su arresto
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25 de febrero de 2023 a las 05:01

Humberto de Vargas se imaginaba más cerca del retiro que de reiniciar su carrera en un nuevo lugar. El conductor de 60 años ya estaba consultando y gestionando su posible jubilación, pero su carrera y su vida toda tuvieron un punto de quiebre sorpresivo en la madrugada del 11 de julio de 2022.

Esa noche, De Vargas fue detenido por conducir peligrosamente y con una rueda de su auto pinchada. Intentó fugarse, la espirometria fue positiva, y durante el arresto amenazó a los policías. En los días siguientes, además, se filtraron videos que lo mostraban confrontando a los policías en la seccional. El episodio desató un escándalo público, el presentador fue condenado por la Justicia a cumplir 18 días de tareas comunitarias que realizó como colaborador en el Centro de Salud de La Cruz de Carrasco, y le costó su trabajo en Canal 10, su hogar profesional durante 40 años.

Seis meses después del incidente, el comunicador volvió a la pantalla. Fue contratado por VTV, canal en el que está actualmente preparando dos programas: el primero tiene previsto su estreno para el 4 de marzo, se llamará VTV al día, y será un programa periodístico, un semanario de noticias que funcionará como un resumen y una puesta en contexto de los episodios más relevantes de la semana, con particular énfasis en el interior. El otro tendrá por título Mano a mano con De Vargas, y será un ciclo de entrevistas en profundidad con personalidades de larga trayectoria, en las que se repasarán sus vidas y sus historias, pero también tendrán una pata de actualidad.

Su regreso fue, sin embargo, como columnista. El pasado 17 de febrero el conductor se estrenó en Día a día, donde tendrá una columna semanal elaborada en base a su profuso archivo audiovisual. De Vargas acumuló obsesivamente a lo largo de las décadas material de diversos temas de los canales abiertos públicos y privados, de señales televisivas que ya no existen y hasta de la pantalla argentina, que grabó y digitalizó y que ahora le sirven como fuente para elaborar informes.

De Vargas se estrenó en VTV en febrero después de 40 años en Canal 10

Así, luego de lo que considera el peor momento de su vida, De Vargas volvió a empezar y volvió al origen. Dice que su objetivo ahora es “hacer el mayor daño posible” a Canal 10, y que su despido no le sorprendió. También habló sobre el escándalo que protagonizó, por qué no pidió disculpas públicas y sobre cómo se lleva con la popularidad luego de toda una vida en los medios.

Este es un resumen de la charla que Humberto de Vargas tuvo con El Observador.

¿Qué extrañaste en estos meses fuera de la televisión?

Extrañé mucho a mis compañeros. Yo tenía un relacionamiento diario con todos, no solo con mis compañeros de producción, sino también con camarógrafos, iluminadores, directores de cámara. Incluso trabajé con dos o tres generaciones, porque desde que empecé trabajé con el padre, el hijo, y casi que con el nieto también. Eso me costó mucho porque fueron y son muchos amigos. Tenía una costumbre de cada tanto prender un fuego y juntarnos en casa a comer un buen asado, hacer un cordero o algo por el estilo. Para salir también del trajinar diario y del estrés que tiene nuestro trabajo, que siempre es de una inmediatez de locura. Siempre hacía el chiste de que empezás el programa, decís "que tal amigos, muy buenos días" y el asistente de piso ya te está diciendo "metele". Y ese contacto y compartir otras cosas es lo que más extraño. Supongo que en un tiempo más, si Dios quiere, se irá dando también en esta nueva casa donde fui muy pero muy bien recibido. 

¿Fue raro empezar después de 40 años en un nuevo canal?

Sí, nunca me lo imaginé a esta altura de mi vida. Pero bueno, las circunstancias se dieron así, la decisión empresarial fue esa, y a uno no le queda más que respetarla y tratar de demostrarme a mí mismo y también a la empresa que pudo haberse equivocado y quizás tendría que haber esperado un tiempo más a que ciertas situaciones personales me permitieran tener un "alta emocional", llamémosle. Y que podía volver a desarrollar mi trabajo como lo estoy desarrollando desde hace un mes acá en VTV.

Canal 10 dijo luego de tu detención que no había “nada más lejano” que la idea de desvincularte, y un mes después te despidieron. ¿Cómo tomaste la noticia?

Te mentiría si te digo que fue un imprevisto. Te mentiría porque lo único previsible en el medio televisivo es la imprevisión. Esa es la realidad. Hay un viejo dicho en el que se justifica toda decisión que se toma, que es que te llaman y te dicen "esto es muy dinámico", y ya sabés que viene una mala noticia. No lo creí de Canal 10. Estábamos acostumbrados a otro tipo de trato. Pero las generaciones cambian, las cabezas cambian, las direcciones cambian, y era una opción. No la tenía entre las primeras cuatro o cinco, eso te lo puedo asegurar. Obviamente me cayó muy mal desde el punto de vista emocional. No colaboró para nada en mi recuperación. Pero al mismo tiempo, después me permitió sacar un poco de rebeldía, y surgió esto, para mí fue muy, muy importante.

¿Tuviste una instancia de despedida?

No hubo, no pude despedirme de mis compañeros. Simplemente dos funcionarios me pusieron un papel con una frase, que decía que se me despedía. Acusé recibo, firmé y les dije si tenían algo más que decirme, porque a partir de ese momento solamente estaba apurado por irme de Lorenzo Carnelli 1234 para tratar a la brevedad, y estas fueron mis palabras textuales, "de hacer el mayor daño posible" desde la vereda de enfrente. Siempre tomándolo desde un punto de vista competitivo. A partir de ese momento, lo único que iba a tratar era de volver a tener un trabajo y hacer daño a nivel de que sea exitoso, tenga rating y puedan decir "que mala decisión que tomamos". Pero como una actitud lógica y un deseo de mostrar que se equivocaron. Pero me fui inmediatamente. 

¿Qué sentiste cuando empezó tu primera columna en Día a día?

Mucha cosa. Porque además me gustó no empezar con la conducción de un programa, empezar como un colaborador de un programa ya establecido. Soy de las personas que entienden que el comunicador, el conductor, el animador, el periodista, tiene que estar preparado para estos cambios y para que de repente después de un tiempo de hacer, por ejemplo, el informativo central, vuelvas a la calle a hacer un móvil. A mí me pasó esto y volví a la raíz, a los inicios. De hecho, antes de VTV yo ya tenía arreglada mi vuelta a la radio, voy a volver en Radio Clarín, entre las 7 y las 9 de la mañana en un nuevo proyecto de la emisora, y lo tengo arreglado desde el año pasado, pero no lo pude anunciar hasta ahora. Pero pensaba volver con eso, por la vieja época que hacía el Diario Oral en Montecarlo y Oriental a las 6 de la mañana allá en 18 y Cuareim. Me gusta eso también. El volver al tablado, a hacer ese trabajo de campo y después ya se verá si llega el tiempo de retirarse o no.

Cuando una figura pública protagoniza un episodio como el tuyo, ¿entiende que la exposición que se genera es parte de las reglas del juego por ser alguien conocido?

Sí, totalmente. Uno sabe que está expuesto en todo momento y más ahora que con un celular todos podemos grabar, subir y viralizar. Hay que aceptarlo. Pero errores se cometen, yo los cometí, los he cometido y seguramente los cometeré, como tantos otros. A veces, por decirlo de alguna manera, te puede generar un poco de bronca el hecho de decir "pensar que en la misma circunstancia, otras personas no tuvieron esa misma repercusión". Pero al mismo tiempo lo pensás y decís "ladran, Sancho".

¿Cómo te llevás con la popularidad y con estar en los medios desde niño?

Me llevo muy bien, lo tengo incorporado porque felizmente tuve dos padres que se dedicaron a lo mismo. Mi madre era actriz de radioteatros, papá era sonomontajista y libretista de radioteatros. Entonces ellos me transmitieron un poco que es parte del trabajo. Sabés que es un trabajo que lo que te da es popularidad. Uruguay no tiene gente famosa, tiene gente popular. Argentina sí tiene famosos, Argentina puede tener divas como Susana Giménez, o señores televisión como Marcelo Tinelli o en su momento Alejandro Romay. Es otra escala, pero en esa escala también ganan como para en un año hacer el dinero que yo jamás soñaría hacer en toda mi carrera. Y eso también establece una diferencia. Acá somos populares. Sí, te conocen por la calle, sí, vas al almacén y hay un diálogo. Y es grato eso. Aún en la crítica. Está bien que se metan en tu vida, vos permitiste eso, abriste las puertas y las ventanas de tu casa para que se metan. ¿Le vas a decir a la gente "no, ahora no quiero"? Son las reglas de juego y yo las acepto y las llevo bien. Es parte de mi vida. 

El conductor cumplió 18 horas de trabajo comunitario en 2022

¿Qué sentiste luego de las filtraciones de los audios y videos de lo que pasó en la seccional?

Yo sabía que iba a pasar. Lo tenía clarísimo, era imposible que no se conociera. No me parece que sea correcto. Pero vuelvo a lo de las reglas de juego, uno sabe que es así. En la vida me tengo que cuidar mucho más que los demás. Es parte de nuestro trabajo también. No puedo tener una discusión en la calle, en el tránsito. No puedo sobornar a un funcionario policial o a un inspector de tránsito porque en un momento cometí una determinada falta. Siempre tenés que pensar que los ojos van a ser mucho más críticos. Tu palabra tiene que ser siempre la adecuada, siempre tiene que existir por encima de todo mucho respeto y educación, y también hacés cosas que otros no harían. Si estoy en el super con el carrito que tiene cinco o seis cosas, y tengo atrás a una señora que tiene dos cosas, o el carrito lleno, le tengo que decir que pase antes que yo. Y yo puedo estar apurado, si, pero la señora ahí atrás ya está pensando. Es aquella frase del no basta con ser, también hay que parecer. Vos además de ser de determinada manera, tenés que mostrar que sos de esa manera.

Ahora que pasaron algunos meses, ¿qué significó para vos el incidente?

Me agarró en un momento emocional que era muy difícil evaluar cosas. Una depresión muy, muy aguda, una fuerte medicación que todavía no controlaba correctamente. Mi diagnóstico inicial fue depresión aguda con ataques de pánico y agorafobia, que es el temor a salir de tu casa porque te parece que te va a pasar algo. Yo creí sinceramente en un momento que no iba a poder escapar de eso. La ayuda terapéutica y de profesionales fue lo que me sacó y lo que me ayudó a tomar el incidente y toda la repercusión que tuvo con la naturalidad que lo debía tomar. Acá no voy a caer en la tontería y la estupidez de decir "yo no maté a nadie". Pero hay una realidad: es una falta. Las faltas se pagan en la justicia como faltas, no como delitos. Hay en nuestra sociedad un no entender las cosas y el condenar desde un lugar de "claro, se salvó porque es conocido". ¿Me salvé de qué, de la silla eléctrica? Hay un orden, y conmigo la justicia fue justa. Hizo lo que tenía que hacer. El incidente me ayudó a entender cuantos escalones había bajado. Que lo que debía primar fundamentalmente en mí era cuidar mi salud, sino no iba a poder estar charlando ahora contigo ni trabajando como estoy. A la gente le digo que no duden en solicitar ayuda terapéutica cuando empiezan a ver que dejan de ser ellos mismos. Porque es un tema de salud mental, tenemos mucho miedo a reconocer los problemas de salud mental y si no los atacás debidamente, si no utilizás los medios que un profesional te da para que salgas de esa situación, indefectiblemente podés terminar en tu propia autodestrucción, o que sea muy difícil salir de ese pozo.

¿Dirías que estabas en el peor momento de tu vida?

Sí, que yo recuerde sí. Nunca pasé una situación así. Emocionalmente no respondía, no me encontraba conmigo mismo, no tenía nada que ver con lo que había sido una persona durante todos estos años. Pero bueno, también, y no lo digo para justificarme, la pérdida de una familia de un día para el otro, yo estaba profundamente enamorado de mi esposa y tenía una hermosísima familia, con la que lamentablemente hoy no tengo vínculo, hay dos de mis tres hijos con lo que no tengo contacto, y ese es un dolor tremendamente profundo. Hay un drama tremendo en que un hombre reconozca que fue él el que fue dejado, y reconocer que te generó un tremendo dolor del que no te podías recuperar. Yo no tengo problema en decirlo, pasó eso, me la banqué, lloré lo que tenía que llorar, pasó lo que tenía que pasar, y ahora estoy en otra etapa, puedo ver fotos y no ponerme a llorar, o que no se me llenen los ojos de lágrimas. Ya está. Acepto que es una situación de la vida, que es muy poco el tiempo que pasó, y de repente con el devenir de los años las cosas cambian.

¿Te arrepentís de algo o te plantás desde el lugar de que el daño ya está hecho y no se puede cambiar lo que pasó?

Arrepentimientos hay siempre, todos los días te arrepentís de algo. Por supuesto, tenés más cosas para arrepentirte cuando cometés errores, y cuando esos errores son una cadena de errores. Pero sin culpa. El arrepentimiento sincero de decir "esto no debió haber pasado, no debí haber permitido esto". El enojo es con uno mismo. Después te preguntan mucho, "¿no tendrías que haber pedido disculpas públicas?". La disculpa pública existió inmediatamente del acontecimiento. Fue decisión del canal, que entendió que como el canal no había dado la noticia ni se había hecho eco de la noticia, no tenía por qué comunicarla. Pero a mí me parecía insólito hacer la disculpa por las redes. Lo primero que se iba a preguntar alguien es por qué ese comunicado no lo leían en Canal 10. Danilo Tegaldo, amigo, tuvo la redacción de la disculpa, que todavía la tengo en el celular, no pasó por ningún abogado ni nada por el estilo, era lo que a mí me parecía que había que decir en ese momento. "Mil disculpas, estoy pasando un momento muy difícil, no es justificativo para lo que hice", simplemente eso. Después de todas formas hubo críticas porque no pedí perdón. Capaz que querían que fuera hasta San Cono de rodillas o a la Gruta de Lourdes. ¡Paren un poco, muchachos! De verdad lo digo. No cometí una afrenta, cometí una falta, insisto con el término, porque así lo determinó la justicia, realicé mis tareas comunitarias como cualquier persona y me dieron la pena que me tenían que dar y la realicé en un lugar estupendo, maravilloso, que hace un trabajo tremendo, donde me trataron estupendamente bien pero donde cumplí mi horario e hice mi trabajo, sabiendo que estaba haciendo ese trabajo pagando la falta que había cometido. Punto y aparte. 

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