Iglesia Católica y democracia

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Iglesia Católica y Democracia

El período de 1.000 años del Medioevo, que transcurre entre 500-1.500 DC, en los que la influencia de la Iglesia Católica fue predominante, crearon la base social de los que hoy son los países desarrollados
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16 de agosto de 2021 a las 05:04

La intención de este artículo es dar a conocer una investigación, interesante para cualquier persona que pretenda hurgar en las raíces de las democracias modernas. Pertenece al campo de la psicología, y fue realizado por el Dr.  Jonathan F. Schultz y su equipo. Se titula The Church, intensive kinship, and global psychological variation.  Apareció en la revista Science, en 2019 (1).  El equipo estudia la notable variación de perfiles psicológicos en las poblaciones del mundo. Destacan uno en particular, raro dentro del conjunto, que corresponde al grupo de sociedades actualmente desarrolladas: Europa, y sus descendientes culturales, Norteamérica y Australia-. Este grupo de países lo designan con la sigla WEIRD (en inglés: occidentales, educados, industrializados, ricos y democráticos).

Las características psicológicas de este grupo de naciones son las siguientes. En primer lugar, la individualidad. Podemos definirla como el aprecio por la intrínseca dignidad de la persona, valorada en sus derechos y deberes intransferibles. En segundo lugar, la independencia, que es la capacidad de valerse por sí mismo, sin que eso implique prescindir de su condición social. En tercer lugar, una tendencia amigable hacia los extraños, que no son vistos como enemigos por el solo hecho de no pertenecer al propio grupo. En cuarto lugar, el inconformismo, que connota una disposición a cambiar lo que es susceptible de cambio y mejora. Si quisiéramos describir estas características por su opuesto, diríamos que son lo contrario al gregarismo.

La tesis que la investigación intenta demostrar es doble. La primera, que las sociedades con esas características no se basan en relaciones de parentesco. El gregarismo, en las sociedades WEIRD, es menor que en la sociedades menos desarrolladas. Es una afirmación bien documentada en muchos estudios actuales, pero de la que no se ha procurado suficientemente explicar la causa. La segunda tesis es que esas sociedades son las que han recibido mayor influencia de la Iglesia Católica durante el Medioevo. En otras palabras, pretenden demostrar que fue la acción social de la Iglesia Católica a lo largo de la Edad Media la que produjo la transformación de una Europa primitiva basada exclusivamente en estructuras familiares, a una Europa basada en vínculos abiertos, más amplios que los parentales. El período de 1.000 años del Medioevo, que transcurre entre 500-1.500 DC, en los que la influencia de la Iglesia Católica fue predominante, crearon la base social de los que hoy son los países desarrollados.  

Para expresar sus resultados, definen una variable -“densidad de parentesco”-, que es la proporción o tasa de casamientos entre primos dentro de una sociedad. Demuestran que a mayor tiempo de presencia de la Iglesia Católica en un país (o una región dentro del país), menor es la densidad de parentesco.

Desde el punto de vista antropológico, la primera organización humana es la familia, y primariamente el tejido social se constituye con relaciones de parentesco.  Esto se reforzó con el sedentarismo, resultado de la aparición de la agricultura, que hizo necesaria la defensa del territorio y la organización de la producción. Así se estrechan los vínculos entre parientes y eso genera organizaciones patriarcales como los clanes o tribus. En una tribu, los lazos intensos de parentesco producen, desde el punto de vista psicológico, conductas de obediencia a las normas internas del grupo, de culto a los antepasados, de lealtad a los parientes por encima de los extraños al grupo. Una sociedad tribal, por ejemplo, reconoce las normas de la tribu, antes que las normas universales, tanto morales como legales. 

A estas razones de carácter antropológico y psicológico, hay que añadir una razón histórica. Con el comienzo de nuestra era, aparecen religiones más universalistas, con códigos morales que derivan de una creencia en una vida después de la muerte. Su influencia alcanza a las instituciones familiares de distinto modo, según la religión de que se trate. Por ejemplo, en Persia, el zoroastrismo ensalza el matrimonio con parientes, incluso entre hermanos. El Islam, siglos más tarde, permitió la poligamia y fomentó el casamiento entre primos.

¿En qué consistió la influencia de la Iglesia Católica en Europa, para dar origen a una psicología propia que caracteriza hoy a esa sociedad desarrollada? Los investigadores la denominan Programa sobre matrimonio y familia (MFP en inglés). Es una combinación de prohibiciones y prescripciones religiosas, por las que la Iglesia romana atacó sistemáticamente, desde el comienzo, las formas institucionales basadas en el parentesco. Comenzó con prohibiciones de ciertas prácticas matrimoniales que aseguraban alianzas entre familias; por ejemplo, el levirato, por el que la viuda debía casarse con el hermano del marido difunto, algo usual entre tribus del Asia Central. La poligamia y el culto a los antepasados fueron prohibidos desde el principio.  Pero fue el incesto, por sobre todo lo demás, el gran peligro que la Iglesia combatió. Para conjurarlo, hacia el año 1000 por ejemplo, estaban prohibidos los matrimonios entre primos hasta sexto grado. Igualmente los matrimonios con padrastros y parientes políticos. O con parentesco espiritual (padrinos de bautismo, por ejemplo).

Al mismo tiempo la Iglesia promovió el matrimonio por elección libre -lo contrario al matrimonio “arreglado”- y requirió a menudo que las parejas recién casadas se establecieran en viviendas independientes del resto de la familia. También combatió ciertas prácticas de adopción legal, segundas nupcias y matrimonios polígamos, así como el concubinato; hasta el punto que muchas dinastías desaparecieron por falta de herederos.

Concluyendo, si Europa, hacia el comienzo del Medioevo, lucía un aspecto muy similar a otras sociedades de agricultores -clanes, poligamia, sistema patriarcal y culto a los antepasados-, fue un largo período de influencia social de la Iglesia Católica, que la llevó, en los inicios de la Edad Moderna, a tener la configuración que hoy conocemos, y que se difundió en el mundo occidental.

                   

  1. Schultz et al., Science 366, 707 (8 de noviembre de 2019).

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