Presidentes de los países de salida y llegada, representantes de las monarquías del Golfo Pérsico, de la Unión Africana y líderes de la Unión Europea (UE), además de funcionarios de organismos multilaterales de crédito, se dieron cita en Roma, en el marco de la Conferencia Internacional sobre Desarrollo y Migración.
El evento organizado por el gobierno italiano que lidera la primera ministra Giorgia Meloni tiene como objetivo "lanzar un proceso internacional para implementar medidas concretas para el crecimiento y desarrollo del Mediterráneo ampliado y África", según el texto de la convocatoria.
Según fuentes diplomáticas, se trata del “primer paso” hacia la elaboración de un programa de inversiones, conocido como Plan Mattei, que impulsan Meloni y su canciller, Antono Tajani, con la finalidad de que los países africanos puedan desarrollarse y frenar así la llegada de migrantes a las costas italianas y de Europa en general.
"Luchar contra la inmigración ilegal, gestionar los flujos legales, apoyar a los refugiados, y sobre todo, lo más importante: una cooperación amplia para apoyar el desarrollo de África, en particular de los países de origen de los migrantes”, enumeró Meloni en la apertura del foro.
Poco antes, en el Vaticano, durante el Ángelus, el papa Francisco urgió a los jefes de Estado y de Gobierno europeos y africanos a "socorrer y asistir" a los migrantes en el Mediterráneo, pero también a las personas que en países como Túnez o Libia "están atrapados y abandonados en zonas desérticas".
"El Mediterráneo nunca más debe ser escenario de muerte e inhumanidad", reclamó el pontífice argentino.
Ayudar a los países africanos para que sus economías puedan pueden crecer mediante el intercambio comercial con los europeos ha sido una estrategia de contención para la cual Italia ha estado buscando aliados. ”Para avanzar se necesita una acción coherente, decidida y capaz de mirar hacia adelante”, señaló Meloni.
“Solo así será posible derrotar la actividad delictiva de los traficantes de personas, apoyando y promoviendo la migración legal en un contexto regulado", agregó la primera ministra, que busca ampliar el modelo de acuerdo firmado por la UE con Túnez con el objetivo de frenar la llegada de migrantes a Europa.
En total, 21 estados, entre ellos Argelia, Egipto, Libia, Baréin, Catar, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, participan de la iniciativa; además de Túnez, que firmó el memorándum auspiciado por Italia pese a las críticas que recibe el país por la forma en que gestiona la fuerte ola migratoria que se desplaza desde sus costas hacia Europa.
La presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, participó en representación de Europa en el marco de un formato que incluye a los mandatarios de Medio Oriente, del Sahel y el Cuerno África; además de los estados de la ribera sur del Mediterráneo, en especial los más afectados por el fenómeno migratorio: Grecia, Chipre, Malta y España, incluida Italia.
La iniciativa también busca sumar a la estrategia a las instituciones financieras mundiales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), y el Banco Mundial (BM); además de los fondos árabes de desarrollo, el Programa Mundial de Alimentos (PMA), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
"Italia ha puesto el foco en el tema migratorio desde hace meses, convirtiéndolo no sólo en un tema nacional, sino europeo e internacional", dijo Tajani, quien reiteró, sin embargo, que "la estrategia italiana, el Plan Mattei, no puede ser suficiente" por sí sola porque "se necesita una acción global de Europa y de otros países".
"Abordar el tema migratorio no puede hacerse solamente como un asunto policial. Se requiere una estrategia a corto, mediano y largo plazo con el horizonte de intentar resolver el problema de raíz, que se llama cambio climático, pobreza, terrorismo y guerras civiles”, sostuvo Tajani.
El canciller italiano, además, advirtió que el “panorama que corre el riesgo de emporar en lo inmediato con la crisis del trigo”, en referencia a los obstáculos derivados de la guerra entre Moscú y Kiev en el Mar Negro, que amenaza con bloquear nuevamente las exportaciones de granos desde Ucrania.
Durante la campaña de las legislativas de 2022 que la llevó al poder, Meloni prometió "parar los desembarcos" de migrantes en Italia. Desde entonces, su gobierno ha obstaculizado las labores de los barcos humanitarios, sin lograr detener las salidas de migrantes.
Según el gobierno, unas 80.000 personas atravesaron el Mediterráneo y llegaron a las costas del país desde el inicio del año, frente a los 33.000 contabilizados en el mismo período de 2022, la mayoría proveniente del litoral tunecino.
Fue ante esas circunstancias que Meloni y la Comisión Europea (CE) intensificaron el "diálogo" con Túnez, prometiéndole financiamiento si el país se comprometía a combatir la emigración desde su territorio.
La negociación llevó a que la UE y el gobierno italiano firmaran la semana pasada con Túnez un protocolo de acuerdo que prevé una ayuda europea de € 105 millones, destinada a impedir las salidas de barcos y a luchar contra los traficantes de personas, memorándum que prevé más retornos de tunecinos en situación irregular en la UE, así como retornos desde Túnez hacia los países de origen de migrantes de África subsahariana.
"Esa asociación con Túnez debe ser un modelo para construir nuevas relaciones con nuestros vecinos del norte de África", sostuvo Meloni cuando visitó la capital tunecina acompañada por von der Leyen para la firma del acuerdo, que la UE espera replicar ahora con Egipto y Marruecos.
"Debemos cooperar con los países del norte de África aunque esto implique que aceptemos que no son democracias perfectas", dijo un embajador en Roma, que pidió el anonimato.
Más allá de la iniciativa italiana que procura replicar el acuerdo alcanzado con Túnez y poner en marcha el denominado Plan Mattei, diversas organizaciones civiles aprovecharon el encuentro en Roma para manifestarse en contra del endurecimiento de las políticas migratorias en la UE.
La oenegé Sea-Watch, organización alemana que opera en particular encargando barcos para rescatar a los inmigrantes, advirtió que el "mar Mediterráneo no es sólo un cementerio de mirantes”, sino también “la escena del crimen".
"Europa no ha aprendido nada de su complicidad con los abusos atroces cometidos contra migrantes en Libia", fustigó Human Rights Watch. Por su parte, el investigador independiente Yves Pascouau, señaló con preocupación que ahora "la migración es también considerada por los países del sur como un problema", al tiempo que destacó la “falta de una reflexión de largo plazo".
Según la ONU, más de 100.000 migrantes llegaron a Europa en los seis primeros meses de 2023 por el mar desde las costas norafricanas, Turquía y Líbano.
(Con información de la agencia de noticias AFP)
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