Johnny Depp vs Amber Heard: el juicio que transformó la violencia en un espectáculo viral

Los actores comenzaron su relación en 2012 y se casaron en 2015. El matrimonio duró un año y medio antes de que ella solicitara el divorcio acusándolo a él de haberla golpeado. Finalmente llegaron a un acuerdo y publicaron un comunicado en conjunto: “Nuestra relación fue intensamente apasionada y, a veces, volátil, pero siempre con amor. Ninguna de las partes ha hecho acusaciones falsas para obtener ganancias financieras. Nunca hubo ninguna intención de daño físico o emocional”. Definir una relación violenta como “apasionada” y “volátil” es muy del siglo pasado.

En junio de 2018, Depp demandó al grupo editorial del periódico The Sun después de que se refirieran al actor como “golpeador de esposas”, un juicio que perdió en la Corte Suprema de Londres. En 2019, Heard escribió una columna de opinión sobre violencia sexual en el Washington Post en el que se definía como “una figura pública que representa el abuso doméstico”. Aunque no nombraba a Depp, el actor inició una demanda por difamación en marzo de 2020 por 50 millones de dólares. La actriz respondió con una contrademanda por 100 millones.

Finalmente, el 11 de abril comenzó la saga. El juicio empezó en el condado de Fairfax, en Virginia, y rápidamente se convirtió en un circo mediático, una dolorosa excavación del pasado, un acceso sin límites a la vida íntima de las estrellas de cine, que se transmite en vivo desde el estrado. 

“¿Qué serie estás mirando? El juicio de Amber y Johnny”, escribió una twittera, y no hay nada más ilustrativo. Un juicio en el que se cuenta el detalle a detalle de una relación violenta, que convirtió en un producto de consumo masivo el abuso físico, emocional y sexual.

Hay varias aristas a abordar en este caso. El efecto de la “cultura de la cancelación” sobre los actores, los rastros del movimiento #MeToo en Hollywood, los perjuicios de las adicciones o las relaciones que establecemos con completos desconocidos cuando los vemos en la pantalla del cine desde nuestra infancia. Y la forma en la que las redes sociales han respondido a todas las anteriores.

Durante semanas, el actor acusó a Amber Heard de mentir sobre los abusos que cuenta que sucedieron en su relación y de ser ella la que ejercía violencia sobre él. Por otra parte, ella sostiene que Depp la maltrató física y psicológicamente de forma sistemática durante su relación, y que incluso llegó a violarla con una botella de cristal. Pero si pretende leer los pormenores de la violencia en esta nota le recomiendo que no siga. Bastante se ha escrito al respecto, con pelos y señales.

“Los detallados testimonios de Depp y Heard son desgarradores: desagradables, violentos y cargados de anécdotas profundamente íntimas sobre su relación. A grandes rasgos, los testigos convencen con sus declaraciones y, con dos actores en el estrado, no hay manera de distinguir ni remotamente la verdad absoluta”, escribe Raven Smith en Vogue. Pero parece que tampoco importa. Desde la comodidad del sillón del living, cada uno ha dado su propio veredicto.

El juicio se convirtió en el show más visto de Internet. E Internet reaccionó como sabe hacerlo: transformándolo en un meme. El espectáculo de la violencia se convirtió en una broma viral, una burla que te hace parte o te excluye de la conversación. Una conversación que parteaguas y se inclina del lado del actor que ha congregado una legión de fanáticos a sus 58 años. Una campaña en redes sociales.

Un video de un perrito. Scroll. Una influencer que muestra su rutina de la mañana. Scroll. Un niño gracioso que se duerme mientras come. Scroll. Amber Heard testifica y habla de la presunta agresión sexual que sufrió por parte de su pareja, con un filtro que alarga su nariz como Pinocho y dos emojis que se ríen con lágrimas. Scroll. Una receta de cocina en 15 segundos. Todo es lo mismo y se consume al mismo tiempo.

La comunidad bautizó un filtro de Snapchat que transforma el rostro con una expresión triste como el “filtro Amber Heard”, después de que se difundieran imágenes de la actriz llorando en el estrado. Su uso fue tan extendido y el rumor de que se inspiró en el juicio tan sonado, que la empresa debió desmentirlo públicamente.

Las secciones de comentarios de los canales de YouTube en los que se transmite el juicio no paran de recibir mensajes en un intento de animar, generalmente al actor, o denostar, usualmente a la actriz. Emoji, emoji, emoji.

Pero Tik Tok, la plataforma utilizada ampliamente por centennials, se convirtió en el lugar preferido para escudriñar cada reacción corporal, furcio, pregunta, respuesta y estrategia. Los usuarios se abocan a analizar cada detalle del juicio, creyéndose forenses, jueces o deidades. Son considerados “Depp Tokers” y acumulan seguidores. Seguidores que llevan a monetizaciones. El precio de la explotación del dolor ajeno.

Condenada como “la mala víctima”, Heard ha sido arrojada a la hoguera de las redes sociales, que no se molestaron en trazar una línea. Porque una pensaría que hasta el fanático más ferviente de un actor que ha personificado algunos de los personajes más queridos de la década de los 90’ y los 2000 podría dejar en pausa el altar mientras se debate si abusó sexualmente de su exesposa. Pero no.

No hay que despreciar del factor de la fama. En un juicio de estas características se ha coqueteado con nombres como el del multimillonario Elon Musk, el actor James Franco o Paul Bettany. Los giros son cinematográficos, quizás por eso es que se olvida que es la vida real de dos personas que, por una vez, no estaban interpretando fantasías ajenas. Sino una pesadilla personal.

¿Qué efecto tiene en el público? ¿Y en las personas que viven abusos, violencias y violaciones que asisten a la quema de la bruja? “Soy una sobreviviente de abuso, y es particularmente dañino ver pilas de redes sociales centradas en una mujer que inicialmente ni siquiera nombró a su abusador. Me recuerda que cuando las mujeres alegan abuso, a menudo pasan por un escurridor, sean famosas o no”, sostuvo la escritora Patricia Grisafi en un artículo de NBC News.

“Nunca podremos saber realmente qué sucedió en la relación de Depp y Heard, pero la forma en que el público está consumiendo este juicio nos muestra las partes más oscuras de nosotros mismos, y cómo todavía no entendemos la dinámica y los matices de la violencia doméstica”, agrega. 

El juicio entra ahora en la última etapa de testimonios. Pero incluso después de que se dirima un veredicto, quedó demostrada una vez más la capacidad de las redes para consumir el dolor como espectáculo. Quedará la ironía por la que un juicio por difamación potenció una vez más la mentira, el acoso y la violencia.