Desde su salida para PC y Xbox 360 a fines de abril,
Monaco: what’s yours is mine solo ha recibido elogios. El sitio especializado
IGN, por ejemplo, lo describió como “una de las más puras y disfrutables experiencias cooperativas”, catalogándolo entre los juegos más “únicos y adictivos” de 2013.
Al estilo de la saga de películas
La gran estafa, en
Monaco el objetivo es reunir a un grupo de ladrones para cometer el asalto perfecto en la riviera francesa. Robar un banco, ayudar a otro criminal a escapar de la cárcel, conseguir documentos o incluso retirarse del negocio de los robos son algunas de las tareas que el jugador tendrá que realizar solo o de forma cooperativa.
En el modo
single player, el jugador puede planificar metódicamente cada misión hasta completar los 30 capítulos. Pero cuando opta por colaborar con hasta tres personas más online o en la misma pantalla, los robos pueden terminar como en la película
Perros de la calle: con una matanza y caótica huida.
No obstante, incluso cuando esto sucede,
Monaco nunca pierde su encanto. Es que la perspectiva de arriba hacia abajo (al estilo
Pac-Man) hace que en los momentos donde los policías les pisan los talones a los asaltantes, el juego deje de ser una película de robos y se convierta en un divertido episodio de
El show de Benny Hill.
En este sentido, la música es un factor clave. Creada por el compositor
Austin Wintory, quien el año pasado fue nominado a un Grammy, la banda sonora del videojuego es un jazz que puede pasar de un solo de piano en momentos donde el ladrón está escondido hasta una explosión instrumental cuando hay una frenética persecución.
Otro de los puntos fundamentales de las buenas críticas que ha recibido
Monaco son los personajes. Se trata de ocho ladrones, cada uno con un apodo vinculado a la habilidad única que aporta al juego. Así, hay desde un experto en disfraces (Gentleman) hasta un hacker (Hacker), pasando por un asesino silencioso y psicópata (Cleaner) y una seductora manipuladora (Redhead). El jugador puede ir cambiando de delincuente para cumplir con las distintas misiones y, si bien uno puede ser más apto que otro para determinada tarea, ninguno es indispensable para pasar ningún nivel.
Por si esto fuera poco, la estética retro en 8 bits le aporta al videojuego de Pocketwatch Games una ventaja extra. Aunque los píxeles y la perspectiva cenital sumados puedan ser confusos de a momentos, en general es un minimalismo muy disfrutable.
Disponible a solo US$ 15,
Monaco brinda una experiencia distinta cada vez que se lo juega, lo que es particularmente divertido en el modo cooperativo. El desafío para el equipo de
gamers es lograr un asalto con la meticulosidad de los golpes planeados por Danny Ocean.