Sobre las 14 horas de este sábado 17 de agosto, por Bulevar José Batlle y Ordóñez se dirigía un ómnibus de la empresa COETC rumbo al Estadio Centenario con sobrecarga de pasajeros y con sus puertas abiertas en movimiento. Transportaba hinchas del club Peñarol que sacaban su cuerpo por las ventanillas. Ante esta escena vale la pena hacer algunas preguntas:
¿Cómo puede circular un ómnibus violando toda la ordenanza de tránsito con total impunidad?
Una vez que se haga la investigación de este caso, ¿se le retirará la libreta profesional al chofer del coche?
¿Qué sanción aplicará la Intendencia de Montevideo a la empresa dueña del vehículo 248, matrícula STC 1729?
Este tipo de uso abusivo de un vehículo de transporte público, donde se lo expone al vandalismo, no se debe tolerar, más aún cuando la ciudadanía aporta con sus impuestos dineros para la renovación de las flotas de estas empresas.
La violencia que vemos generalmente en los espectáculos de fútbol no comienza en las canchas, comienza en el camino. Consumo de distintas sustancias, gente rumbo al estadio con botellas y cajas de vino, ante la mirada pasiva de las autoridades.
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