Es algo que se ha construido trabajosamente a lo largo de los siglos y que ha venido a ser moneda corriente en los países occidentales desde de la fines del siglo XVIII. Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos y luego los países americanos cuando se independizaron de la Corona Española, adoptaron como principio central la garantía de la libertad de expresión. No fue en todos los países con igual fuerza, y su efectividad estuvo en relación con la independencia de la Justicia, otro principio cardinal de las democracias liberales.