La niña que divide a los Zuckerberg

La sobredosis tecnológica en la que se sumergen millones de personas en todo el mundo es asunto de preocupación para filósofos y estudiosos sociales, pero también representa la urna al final del arcoíris para las empresas que gobiernan el universo digital comprendido por dispositivos y servicios. En este mismo antagonismo de ópticas se encuentra la familia Zuckerberg ante la inminente publicación del primer libro de Randi, la hermana del multimillonario fundador de Facebook, Mark Zuckerberg.

En un afán por desconectar a las personas del omnipresente mundo virtual, la hermana del famoso empresario presenta Dot, un libro infantil que narra la historia de una pequeña niña, de nombre homónimo al título, la cual está profundamente encantada con todo lo relacionado a la tecnología. Las ilustraciones de Joe Berger dan vida a esta tímida sabionda de la era digital, quien irá descubriendo las experiencias maravillosas que se pueden vivir una vez que se alejan los ojos de la pantalla.

Por un lado, Dot busca incentivar a los más pequeños a comprender de una manera delicada y sencilla que existe mucha más emoción y amor por fuera de los celulares, tabletas, computadoras y consolas de videojuegos.

Por otra parte, también busca ofrecer ayuda a los padres que no saben cómo educar a sus hijos en la nueva era digital, donde el exceso de tecnología puede ser perjudicial y los límites en cuanto al uso resultan difíciles de marcar.

Si bien Dot estará en librerías a partir del martes, el libro ya está disponible para los e-reader y tabletas Kindle en Amazon (aunque eso no parece resultarle contradictorio a Randi). Ambos se venden a unos US$ 12 y por lo pronto no llegarán a Uruguay.

Una ex Facebook

En la búsqueda de una viralidad sencilla, pero efectiva, la editorial Harper Collins creó un video introductorio del libro que se ha esparcido en las diferentes redes sociales, incluso en Facebook. Esto puede parecer extraño a simple vista, pero lo cierto es que Randi supo trabajar detrás de la empresa de su hermano como jefa de marketing desde su fundación hasta 2011, cuando se retiró tras quedar embarazada.

Si bien sus confesiones están lejos de parecerse a las de Edward Snowden y su develación de la red de ciberespionaje mundial que llevaba a cabo Estados Unidos, Randi conoció de primera mano y sangre el detrás de escenas de Facebook. Por eso su abordaje sobre una vida menos conectada puede resultar efectiva en los niños e informativa para los padres.

Pero no solo para chicos escribe. Randi comenzó a trabajar en las implicancias sociales de la vida digital antes de Dot, cuando dejó Facebook y creó el blog Dot Complicated (“Punto complicado”). El sitio no cuenta con un lineamiento muy definido, pero en general abarca temas de estilo de vida pro digitalidad. En su versión como escritora para adultos, se encarga de ofrecer información de interés variado sobre aplicaciones móviles, nuevos dispositivos y algunos consejos en relación al uso de las nuevas tecnologías.

Para ella, los niños no deben perderse la infancia frente a una pantalla, mientras que los grandes tienen que aprender a sentirse cómodos con la vida en bits.

Adultos pro conexión

Basado en este primer proyecto es que también en noviembre lanzará otro libro, pero de no ficción y para adultos llamado igual que el blog.

“La tecnología ha cambiado virtualmente cada aspecto de nuestras vidas, derivando en una sociedad moderna y digital que se parece mucho al Lejano Oeste”, dijo Randi en un comunicado publicado por Harper Collins. Y agregó estar emocionada por poder compartir algunos de sus “locas experiencias en la primera línea de los medios sociales e inspirar a gente de todas las edades a abrazar la tecnología, así como los nuevos paquetes de normas sociales que vienen con ella”.

En el libro Dot complicated desarrolla un análisis sobre la vida hiperconectada que mantienen millones de personas en todas partes del mundo. Basada en su propia vida, Randi intenta generar una guía para tener una vida tecnológica saludable, balanceando lo real y lo virtual.

Con esto, la cena de fin de año en la mansión Zuckerberg podría terminar siendo menos polémica.





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