El 12 de setiembre, el débil pegamento que mantenía unidos a los distintos sectores del peronismo en el gobierno saltó por los aires. La coalición que Cristina Kirchner había concebido en 2019 para atraer al sector de Sergio Massa –con Alberto Fernández fungiendo entonces de mensajero componedor entre ambos– y que luego los llevaría al poder, con la inesperada ocurrencia de que quien finalmente terminó encabezando la fórmula presidencial fue el que en un inicio no esperaba más que una jefatura de gabinete, recibió una paliza en las primarias legislativas del domingo que los dejó al borde de la fractura y el colapso.
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