La ola de calor en Europa genera más irritación y más internaciones psiquiátricas

“Un calor moderado nos anima, nos estimula a salir y a tener relaciones sociales”, explica Valentín Martínez-Otero, doctor en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid y miembro del Consejo General de Psicología de España. Sin embargo, agrega, cuando las temperaturas alcanzan valores extremos existe un impacto en nuestra conducta.

“Se produce un descenso del rendimiento laboral y también irritabilidad, mayor en personas más inestables. Aquellos con depresión o con trastornos de ansiedad, este calor produce un estrés significativo así como peor humor, más irritabilidad, más frustración. Están más debilitados en estos procesos de calor extremo”, señala.

Numerosos estudios llevan años relacionando el aumento de las temperaturas con cambios en el comportamiento. Olas de calor que se relacionan con olas de crímenes, el aumento del riesgo de feminicidios y  errores similares a alguien que tenga un nivel de 0,8 g/l de alcohol en sangre cuando los conductores no se hidratan.

España, casi en su totalidad, se encontraba el miércoles bajo alerta por temperaturas de hasta 44/45ºC, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

Existe una relación directa entre las olas de calor y el cambio climático, ya que las emisiones de gases de efecto invernadero aumentan su intensidad, duración y frecuencia. La ola de calor que se instaló en Europa occidental "afecta principalmente a España y Portugal, pero está previsto que se intensifique y extienda", declaró en Ginebra Clare Nullis, portavoz de la Organización Meteorológica Mundial.

Las temperaturas extremas, además de modificar conductas humanas, producen "sequías" e impactan a los "glaciares en los Alpes", advirtió la vocera, una semana después del desprendimiento de una parte del glaciar italiano de la Marmolada, que dejó once muertos.

En Francia, la ola de calor durará al menos hasta inicios de la próxima semana. En el suroeste del país se esperan temperaturas de hasta 38ºC este miércoles. La primera ministra francesa, Elisabeth Borne, urgió a su gobierno a movilizarse frente al "rápido impacto" del calor "en la salud de la población, en particular de los más vulnerables". En el Reino Unido, el servicio meteorológico emitió un aviso naranja ante una "ola de calor extrema" a partir del domingo, con temperaturas superiores a los 35ºC que para el Reino Unido es completamente inusual.

Fragilidad emocional y trastornos de sueño

Aunque las personas más vulnerables a los efectos del calor extremo sobre la salud mental son las que tienen patologías previas, en realidad cada grado extra aumenta el riesgo también para el resto de la población. Desde GISMAU, el Grupo de Investigación en Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano del Instituto de Salud Carlos III de Madrid, Cristina Linares y Julio Díaz explican que “la evidencia científica relaciona los episodios de olas de calor con el aumento de desórdenes emocionales así como el incremento de la violencia y el abuso de sustancias tóxicas tales como alcohol, medicamentos y drogas”.

Hay grupos “altamente vulnerables” como quienes sufren una enfermedad mental, pero esto “no descarta al resto de personas”. Así, la población anciana o las personas con menor nivel socioeconómico pueden sufrir también una “agudización de procesos relacionados con la salud mental”.

La ciencia intenta explicar cuáles son los mecanismos fisiológicos que hacen aumentar la agresividad cuando sube la temperatura. El calor extremo altera los niveles y el equilibrio de la serotonina y dopamina, neurotransmisores relacionados con las emociones. Además, varios días y noches de temperaturas afecta el sueño. La temperatura ideal para dormir ronda los 17-18º C.

“Cuando dormimos realizamos bastantes tareas de reparación del cuerpo y, en concreto, del cerebro”, explica la psicóloga Aurora Gómez. En estas noches en las que la temperatura no baja, esa reparación no se realiza. “La gente que tenga obsesiones tendrá más, la gente que tenga depresión tendrá pensamientos más intrusivos. Cada uno va a ir hacia lo peor en lo suyo”, apunta.

Según un despacho de la agencia Reuters los fenómenos meteorológicos extremos -desde olas de calor abrasadoras hasta aguaceros inusualmente intensos- han provocado este año trastornos generalizados en todo el mundo, con miles de muertos y millones de desplazados.

En los últimos tres meses, las lluvias monzónicas desataron inundaciones desastrosas en Bangladesh y las olas de calor brutales abrasaron partes del sur de Asia y Europa. Mientras tanto, la prolongada sequía ha dejado a millones de personas al borde de la hambruna en África oriental.

La revista Environmental Research Climate en su edición de junio sostiene que el estudio de las temperaturas de las últimas dos décadas confirman las advertencias sobre cómo el calentamiento global cambiará nuestro mundo y también dejan claro qué es preciso hacer.

En el caso de las olas de calor y las precipitaciones extremas "hemos comprobado que comprendemos mucho mejor cómo está cambiando la intensidad de estos fenómenos debido al cambio climático", afirma Luke Harrington, coautor del estudio y científico del clima de la Universidad Victoria de Wellington.